sábado, 28 de abril de 2018

28 de abril de 2018. Sábado.
CREAR PALOMAS

Respirando, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Hoy sábado, día de luz y mirlos, una mala noticia: muere el niño Alfie Evans, el que vivió unos días más de los dictaminados por un juez (dios), que se equivocó. Su padre Tom Evans, lo ha anunciado así: «Mi gladiador ganó su escudo y sus alas, a las 02:30… absolutamente desconsolados». Doloridas, pero esperanzadas palabras. Ganó sus alas, al modo de la paloma o el ángel, ya que las palomas deben ser el lado visible y lírico de los ángeles, o el aleteo angelical que se oye. Me entristece su muerte, Diario; pero me libera su vuelo, su aleteo vigoroso en el país de lo trascendente, donde Dios entiende de vida y de alas, y de pequeños sueños, como el de Alfie, que se duerme, para seguir viviendo (12:01:18).

viernes, 27 de abril de 2018

27 de abril de 2018. Viernes.
POEMAS EN SAN PEDRO DEL PINATAR

Recitando poemas, alentando, en San Pedro del Pinatar.

-Ayer, en San Pedro del Pinatar, se nos apareció el ángel de la gratitud. En la presentación de mi libro Y atrapé el viento, este ángel anduvo entre el público y en la mesa; es decir, en la sala y en la presidencia. La presidencia la ocupábamos la Alcaldesa, Visi -aquí en San Pedro, sí acuden los políticos a eventos  de cultura-, Paco Illán, y un servidor. Yo, desde la presidencia, miraba a los ojos de la gente que estaba en la sala, y veía ojos húmedos de emoción y gratitud. E interés. Se leían poemas y se hablaba de poesía. ¡Qué extraña y fantástica cosa! Yo, desde mis adentros, miraba mis ojos, y los veía llenos de nubes y también agradecidos. Nubes lluviosas, inconteniblemente acuosas, maravillosamente inundadas. Veía y no creía. Por unos versos, tanta expectación. Y me rendí -también- al agradecimiento. «Gratitud con gratitud se paga», me dije, y seguí oyendo recitar unos versos, que, en boca de María José y de Charo, parecían de otro mundo, tan hermosos los juzgaba. Luego, la firma de ejemplares -lo más aniquilador de todo-, se alargó dos horas: una eternidad sublime. Me temblaban las manos y las letras, pero me alentaba el viento, el soplo, el neuma detenido en la palabra del poema. En el poema respiraba dos veces. En el poema vivía. Y así, en esta tensión, pude finalizar las firmas, y los recuerdos, Diario, tan vivos y excitantes en este día de palabras, que seguían atrapando el viento (19:31:43).

miércoles, 25 de abril de 2018

25 de abril de 2018. Miércoles.
EL JUEZ (dios)

Abrazado a su madre, Catedral de Liubliana. Eslovenia. F: FotVi

-Vino el aliento y le sopló la vida, al niño Alfie Evans. Gozosamente, el aire entró en sus pulmones y le permitió respirar y vivir. Conectado a una máquina de ventilación mecánica desde su nacimiento, y desconectado por orden de un juez (dios) de la misma, ha seguido, sin embargo, inhalando vida, bebiendo supervivencia, y, abrazado a su madre, ha podido dormirse en paz. Percibiendo, a la vez, el olor purificador y especial del cuerpo de su madre. En ellas -en las madres- se halla el calor de Dios, «que parecía no estar / y en aquella estancia estaba», se atrevió a decir el poeta. Menos mal, Diario, que el juez (dios) no puede prohibir que una madre coja a su hijo -aunque sepa que va a morir- y lo abrace, hasta poderlo hacer cuerpo de su cuerpo y vida, en su vida (12:12:25).

martes, 24 de abril de 2018

24 de abril de 2018. Martes.
ALICIA

Con Alicia, en la madriguera. F: FotVi

-Ayer salí y compré cinco libros. (Día del libro, me dije). En total, cinco euros. O sea, baratos. ¿Quién no lee libros a estos precios? He de decir que eran libros viejos, cansados, pero aún con ánimo de ofrecer bellas e inquietantes historias a sus lectores. La librería se llama Mandrágora; es el nombre de una planta que, al ser arrancada -es parte del mito- llora con tal fuerza que su llanto es fatal para quien la escucha. (Harry Potter y la cámara secreta). Uno de los libros que he adquirido es de Balzac; otro, de Larra; otro, de Miguel Ángel Asturias; otro, de Cela; y el último, de Lewis Carroll: Alicia en el país de las maravillas. (Lo tengo varias veces repetido, pero no a la mano). Me sumerjo en su lectura; y, así, con Alicia, oigo hablar, por vez primera, a un conejo, que dice: «¡Dios mío, Dios mío, voy a llegar tarde!». Alicia y yo, en ese momento, no le dimos importancia; pero, cuando vemos que el conejo se saca un reloj del chaleco, lo mira y echa a correr, hasta precipitarse en una madriguera que había al pie del seto, nos dijimos: «¡Esto es admirable!». Y ambos, sin pararnos a pensar cómo saldríamos de ella, nos metimos en la madriguera. Y por la madriguera andamos, contemplando cosas sorprendentes, que un día, si para entonces no he perdido la ilusión de narrar historias, Diario, prometo contarte (19:19:17).

lunes, 23 de abril de 2018

23 de abril de 2018. Lunes.
ÁRBOLES LITERATURA

Hojas de libro, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Primero fue semilla que, del pico de un pájaro, cayó a tierra, y, animada por la voz de la lluvia, despertó árbol, y hoja de libro, y rasgueo de pluma de escribir. Un árbol, pues, revestido de hojas de libro, donde se pudieran leer aventuras del Quijote o versos de Shakespeare, y algún que otro hermoso soneto de Quevedo. Árboles literatura; o árboles lenguaje. Con pájaros, que alegren la lectura. Y el niño que miraba este milagro desde abajo, dijo al amigo: «Ayúdame a subir al árbol y así podré leer; y te contaré». El niño del árbol se durmió leyendo, y soñó que él también era hoja de libro. Y que, hoja desprendida del árbol, caía al suelo, donde el niño de abajo, pudo leer, y hablar de libros con el de arriba; y así, entre los dos, vislumbrar nuevos mundos, lejanos y mágicos, perversos unas veces, alegres otras, siempre atrayentes y sugestivos, imprevisibles. Primero, pues, fue la semilla y luego, el árbol (soñador de hojas de libro), y, más tarde, nacidas de él y encuadernadas las hojas, fue el libro, donde se dan cita las palabras y en ellas si silabean las más bellas fabulaciones: regalo del lector, que, para que haya libros, sueña conservar los bosques, y libros, para que subsistan autores y lectores, y niños que, subidos al árbol, puedan enviar hojas al amigo, que espera, abajo, deseoso por leer y poder tocar la luz en el libro, y, con la luz, Diario, la sabiduría, y los silencios que la siguen, y la utopía, o el color de las hojas del libro que tú desearías escribir (12:08:35).

domingo, 22 de abril de 2018

22 de abril de 2018. Domingo.
LA TIERRA

Polvo enamorado, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Toco la tierra, la saboreo con el tacto, y, al morderla en sus frutos, me sabe «a madre su bocado». Hoy es el día de la madre Tierra, la que llevo en mis huesos, en mi sangre, en mis dedos. Ella me da la vida, como un acontecimiento inteligente, versátil, libre. Amo la tierra, Diario, porque de ella vengo, en ella estoy, y a ella volveré redimido, y con la fe de que, al fin, seré (¡oh Quevedo!) «polvo, mas polvo enamorado» (17:58:33)

sábado, 21 de abril de 2018

21 de abril de 2018. Sábado.
NUBLADO

No importa, la primavera sigue. En Murcia. F: FotVi

-Un sábado nublado, es un medio sábado, o un sábado con luces de farola, enferma, de invierno. Los sábados se han hecho para ser relucientes; y, con un periódico en la mano, y mientras tomas un café en la terraza de un bar con las piernas cruzadas, dejar libre la mente y que roce las visiones y las fantasías más hermosas. ¡Ah, libre la mente, Diario! ¡Y el corazón! Como el humo del cigarro o el globo que escapa de las manos del niño, y se marcha por el reino de las nubes, saludando desde arriba, y, desde allí, vendiendo sueños imposibles (18:23:39).

viernes, 20 de abril de 2018

20 de abril de 2018. Viernes.
PILARES DEL MIEDO

Ciudad del miedo, en Kaymakli. Capadocia. Turquía. F: FotVi

-Se me subió el miedo a la garganta y la silenció. Los miedos se agarran a la yugular y la amordazan, y, si te dejas, te ahogan. Ahogan a pueblos, como a Alsasua; o a regiones, como a una parte de Cataluña y a otros lugares del planeta. Como aquel forastero (Spencer Tracy) que llega al poblado de Black Rock, en Conspiración de silencio, y al preguntar por un granjero japonés, todo son miradas de través, evasivas, hostiles. Lo que le hace sospechar que algo muy grave ha ocurrido. Y se dispone a descubrirlo. Me asustan los miedos, los que vienen de mí, y los de fuera. En los de dentro, los míos, hay lagartijas; en los de fuera, murciélagos y cobras, y algún elefante bebido. El templo de la cobardía se aguanta sobre pilares de miedo, y casi todas las veces se derrumba sobre el inocente que pasaba por allí. «No sé nada». «No he visto nada», dicen los cagados de miedo, o porque temen por sus vidas, o porque son parte de la plebe que mete miedo. El encogerse de hombros, Diario, es la rúbrica del miedo, su credo humillado, su infierno de la resignación (18:19:04).

miércoles, 18 de abril de 2018

18 de abril de 2018. Miércoles.
ELLOS TIENEN LA FLOR

Pájaros en el árbol, corcheas en el suelo. Mena. ABC: FotVi

-En un mes -abril- de justas poéticas, de maratones de lecturas, de hemorragias culturales, me hago una pregunta: ¿qué queda al fin de todo esto? ¿Emoción, locura, o el sentimiento de haber cruzado por un campo de hermosas lides literarias, donde, al final, no queda nada o simplemente destrucción? ¿O cadáveres, en los que, tras cruentas batallas, como en El Vizconde demediado, de Italo Calvino, se cebaban -a falta de cuervos y buitres, muertos a causa de la peste- cigüeñas, flamencos y grullas? Todos engullendo carne en estado de pudrición. Y los que más, sin duda, algún político o afiliado, o amigo del comendador. No me extraña que no acudan a estos actos de lumbre y letras, de canto y libertad, ninguno de los que lo organizan. Esto es para el pueblo inculto, oveja que bala tantas veces, agradecido enjambre que liba lo que le dejan de la flor. Ellos tienen la flor, y te la dejan un poco para que tú bebas de su miel, la gustes, y luego les des el voto. Pero no todos los políticos son iguales. Los hay, Diario, que sí asisten a la presentación de libros o a cualquier otro acto cultural; tienen la humildad de decir, con su actitud, que necesitan de la cultura para poder gobernar, para ser personas honorables, para poder comentar: estoy donde está el pueblo, al que me debo; y así poder hablar de dignidad (18:13:03).

martes, 17 de abril de 2018

17 de abril de 2018. Martes.
POESÍA EN MOLINA

Asombro del mundo, en Estambul. Turquía. F: FotVi 

-Pues llegué a Molina, saludé a mis amigos, me llenaron de elogios (compungido, bajé los ojos), leí algunos poemas, firmé libros, y me volví. Con Paco y Toñy, con los que había ido, y la alegría del deber cumplido. Lo recaudado, para Cáritas. No había mucha gente en la reunión; solo estábamos los justos, los insensatos, aquellos a los que nos gusta la poesía y nos apresuramos por acudir allí donde se huele que hay un incendio de belleza. Y de latidos distintos, clamorosos. No estaban ni la Alcaldesa, ni nadie del Ayuntamiento; asistió un único concejal, Miguel Ángel, y, no por ser concejal, sino por gustarle la poesía, y por amistad. Y es que la poesía debiera tener más poder que las ideologías, y que el color de los ojos, y que el carnet de identidad. Como dice Adonis, poeta sirio: «La línea recta / es círculo en el amor». Unas pocas palabras y una definición exacta y romántica de lo que es la poesía: un latido recto, que, en el amor (en el poema), se hace círculo, anillo de boda, beso que alienta. En el beso se da y se recibe aliento: la línea recta del amor. Lo mismo entre el poeta y su lector, ambos se dan y se quitan algo, se dan y se quitan belleza, luz, vida. El uno aspira y el otro, como bálsamo para sus debilidades o como fuerza para su grito: «¡Libertad!», le deja la palabra. En todo caso, Diario, y como dijo Larra: «Agotados los hechos, nacen las palabras», en las que habla el asombro del mundo (19:05:57).

lunes, 16 de abril de 2018

16 de abril de 2018. Lunes.
BATALLA DE BELLEZA

Y atrapé el viento, en mi pelo. F: FotVi

-Me despierto con un títere en la cabeza: hoy toca presentar en Molina de Segura mi libro Y atrapé el viento. Del mismo modo que el aliento crea la palabra, el poema atrapa al viento, y lo desmadeja, haciendo como que lo deja ir, pero sin soltarlo. Es la portada del libro: una niña apresando el viento en su pelo, viento que lucha por irse, pero que, enredado en la melena, sujeto a esa belleza desatada, no puede. El aliento, la palabra, el viento, el poema, todo enzarzado en una bella batalla de belleza y lucha por la libertad. Así son mis poemas: aliento y palabra, viento y libertad, amor y utopía. Es decir, vida y ensoñación, con las únicas fronteras, Diario, del tiempo y del espacio, donde la vida nace y se deshace, y, como dice el poeta, donde hay un Dios, pero… callado. Marcho a Molina (17:51:51).

domingo, 15 de abril de 2018

15 de abril de 2018. Domingo.
VIVO Y DEJO VIVIR

Abundancia primaveral, en el jardín. Murcia. F: FotVi 

-Hoy, domingo, vivo y dejo vivir: que, en los tiempos en que vivimos, no es poco. Salgo a caminar y -perdón- no miro a las personas. Pueden pensar lo que no es. Están los sentimientos tan a flor de piel, tan desatados. Miro a los árboles, al río, a los pescadores, a esa paloma que picotea sin importarle lo que pasa a su alrededor; por precaución, miro al semáforo, para no caerme bajo un vehículo y desparramarme como una manzana rota. En el parterre, todas las rosas están abriendo: al principio, recogidas, con pudor de novicia; luego, en todo su esplendor, estallando, encendidas. Las jacarandas, en primavera, pierden las hojas, y en otoño, reverdecen y se pueblan de su flor azul, virginal. Pisas las hojas caídas y parece que pisaras sangre azul, tan carnales son. Cada día suelo andar dos kilómetros, o un poco menos. O algo más. Pero sobre todo, miro al cielo, donde las nubes y las fantasías, y una cierta esperanza de redención. Hoy domingo, Diario, he vivido y he dejado vivir, por lo que me considero, a pesar de mis años y mis cansancios, una persona feliz, y todavía con algún sueño, o burbuja, que atrapar (19:13:40).

sábado, 14 de abril de 2018

13 de abril de 2018. Viernes.
NO TENGO UN MÁSTER

Cielo cubierto de másteres, en Murcia. F: FotVi

-Yo no tengo un máster, ¿qué puedo hacer? ¿Quién me puede vender uno? ¿Me dirijo a la Universidad para que le ponga precio al máster que necesito? ¡Luciría tanto en mi currículum, me daría tanta vida intelectual, lírica y emocional, adornada de fantasía! No duermo, pensando en el máster que no tengo. Antes se decía: «Escribe un libro, planta un árbol y ten un hijo»; ahora debiera decirse: «No escribas, planta un árbol y ten un máster». Es la verdad líquida de la nueva sociedad, que no le importa bañarse en fuentes de aguas virtuales con tal de decir que nada y guarda la ropa, o que todo acaba siendo ficticio. El mundo de lo relativo en el que parece que cualquiera puede nadar sin ahogarse, aunque no sepa nadar. Ahora que todo político –y personajillo- que se precie borra de su currículum másteres y títulos que no ha hecho, yo deseo hacerme con uno que diga que soy alto y joven, y que sé catalán. Y lo deseo, porque me interesa entrar en la Sinfónica de las Islas Baleares, que precisa a un cuentista que recite relatos en los intermedios de cada concierto, mientras los violines arrastran las notas de la primavera de Vivaldi. Permíteme, Diario, conseguir un máster, sea como sea, aunque tenga que morder un melocotón y llegar hasta el hueso, y saborearlo, y, lamida a lamida, desgastarlo; hasta lograr morder el gajo, con su deleitoso sabor a almendra (18:39:39).

jueves, 12 de abril de 2018

12 de abril de 2018. Jueves.
EL LIBRO IMPRESO

Herejes santos, en libro impreso. F: FotVi 

-Salí a caminar y me entretuve mirando, ante una librería de textos viejos, cómo sobreviven los libros. En un pequeño cajón habría unos veinte libros, todos a un euro el ejemplar. Pobre, pero feliz final de libros en otro tiempo celebrados y vendidos -según las editoriales- por cientos de miles. «Ya serán menos», me suelo decir, escéptico, y siento acertar, porque los libros no son –para muchos- objeto de deseo. Entré y me hice con dos: El Napoleón de Notting Hill, de Chesterton y Cuentos completos de Alejo Carpentier. Dos autores que manejan el idioma como orfebres de la perfección y el asombro; el uno desde la sátira y la ironía, el otro, desde «lo real maravilloso», como rasgo iluminador de la historia de la literatura de América. Me dijo la señorita que si quería una bolsa y le dije que no: me gusta tocar, sentir, oler el papel de aquello que adoro y sirvo, el libro impreso. Nunca aceptaré una tableta electrónica para leer un libro; la razón: no emite olor de libro, no alegra el tacto, no gime al pasar sus hojas. Es este un silencioso acontecer técnico, sin alma ni sabor, híbrido, impuro, sin estética literaria, y tan frío, que, al tocarlo, hiela los dedos y la mente, y el corazón. Se congela, Diario, el hecho mismo de leer; sería algo así como morder una manzana virtual, aparente, o en sueños: te quedas sin bocado y sin el crujir excitante y virtuoso del fruto en la boca (17:55:32).

martes, 10 de abril de 2018

10 de abril de 2018. Martes.
EL AMOR FUE TAN ALTO

Dándole a la caza alcance, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Me acosté lunes y me levanto martes: un aleteo más. Y me digo: «La vida sigue, y es hermoso». Y se me ve en los ojos, encendidos, que digo la verdad. No creo en el nihilismo de Nietzsche, y sí en lo que dice Carlos Marzal de los aforismos en La arquitectura del aire: «Los aforismos hay que morderlos, como las monedas, para saber si son falsos o no». Él habla de aforismos (sentencia breve y doctrinal), yo hablo de la vida. La vida hay que morderla, gustarla, chuparla como un hueso de melocotón, y luego acariciarla, mimarla, hasta dormirla en brazos de la ensoñación. La vida que sueña es más larga –quizá no en el tiempo, pero sí en la intensidad-, que la vida simplemente dormida, acomodada, hecha objeto aburrido de la costumbre. Instalarte en la vida es un mal asunto, Diario; es más fértil y noble dejarse llevar por la utopía, aunque sepas que nunca podrás darle a esta caza alcance; o, sí, como San Juan de la Cruz a aquel lance divino que él perseguía, y que, al fin, «el amor fue tan alto / que le di a la caza alcance», dice, llenándose así del otro Amor que él buscaba y en el que se sentía liberado y redimido, admitido (18:40:06).

lunes, 9 de abril de 2018

9 de abril de 2018. Lunes.
EL LIBRO

Llegó la primavera de las letras, a Molina de Segura. F: FotVi

-Digo domingo y salta una paloma de mi boca, como una agitación (o emoción) con alas. Digo lunes y pierde sus plumas la paloma: se queda varada, sin vuelos: mirando todo sin entender nada. O mirando al futuro. Es el sino de los días. Unos alegran y otros son como un borrón en una bella pintura; pintura que habla, sin embargo, de esperanza. Porque al decir lunes, nada se cierra, sino que en el horizonte se abre el martes, y el miércoles, y así, hasta llegar de nuevo al domingo, del que salta libre una nueva y turbadora paloma. La bella y sufrida paloma de la vida. Hoy he visitado, con Toñy y Paco Illán, Molina de Segura. Se presentaba el programa -Primavera del Libro 2018- de actividades poéticas y narrativas para estos días de floración y renacimiento de la naturaleza y de la creación literaria. Del 10 de abril al 10 de mayo, martillearán, en el corazón cultural de Molina, la poesía y la novela, y el relato; es decir, el brote de aquello que, naciendo en la mente, se traslada a la palabra, y de ahí al libro, donde se agitan la sabiduría y la libertad, y todos los inverosímiles sueños que en el mundo han sido, o puedan ser. Dios mediante, Diario, ahí estaremos, entre otros autores, Paco Illán, con su libro Versos envenenados, y un servidor, con Y atrapé el viento, que queda en el pelo jadeante de Candela (19:59:08).

sábado, 7 de abril de 2018

7 de abril de 2018. Sábado.
ANIMALICIAS

Animalicias, en la librería. F: FotVi

-Cuando pienso con mente del mal agüero, casi siempre pienso lo peor, y acierto. El pensar peor me lleva a pensar mal de casi todas las cosas. Y si digo casi, es por no herir mi fe, que se fundamenta en la roca que son las palabras graníticas del evangelio. Casi, para mi fe; pero quizá no tanto para mi razón, que, sin embargo, hay veces que se identifica con mi fe. Hoy me he levantado con mente de buen agüero y ha salido a Murcia, una Murcia festiva, ditirámbica, de cerveza y parranda. Murcia de pito y sardina. Y en esta Murcia de bullicio y fandango, la presentación de un libro, Animalicias, de Katy Parra. Un poemario sencillo, de octosílabos iluminados, con gatos dormilones y familias orquesta, con hormigas y números con vida -«el 1 siempre firme, / el 2 arrodillado, / el 3 como una m / que se hubiera volcado»-, y mucha sabiduría. Yo, que apenas asisto a eventos como éste -mis años, Diario-, he pasado un buen rato, oyéndola decir, sosegada y hermosamente, estos versos para niños, y para mayores con corazón de niño; versos de romance y jitanjáfora -figura retórica- de un gato-gordo y un perro-flaco, que, al final, resulta que sus dos corazones son un solo corazón, con un mismo latido musical y mimoso, y aventurero (19:44:15).

viernes, 6 de abril de 2018

6 de abril de 2018. Viernes.
DELIRO

Una pequeña luz, en la noche. F: FotVi

-Me pongo a pensar y no pienso, solo deliro. Hoy he escrito estos versos tensos y rebeldes, amargos: «Cuídate de ti mismo, oh Dios, / y de los que te hacen ofensa con boca de alabanza». Es este un canto a la nada, a la caverna, de la que dice el poeta José Emilio Pacheco, mexicano: «Todo está muerto. / En esta cueva ni siquiera vive la muerte». A veces, Diario, un poema te desnuda, o te viste (19:44:48).

jueves, 5 de abril de 2018

5 de abril de 2018. Jueves.
EN LA RETINA

Todas queriendo salir en la foto, en Torre de la Horadada. F: FotVi

-Ayer visité la Torre y me esperaba el mirlo, devoto y cínico, cantando. Cantaba sus viejos aires de primavera, sus ritmos amorosos, sus coqueteos líricos. Los mirlos corren como una niña gótica, siempre con prisas. El pico rojo y vestido todo él de negro, parece que al andar fuera a pisarse la falda. Pero, cuando no se le ve, como cualquier persona que se precie, se la ordena, su falda y plumaje de charol. Ah, y todavía llevo en la retina la chilena de Ronaldo, y la cara de lazo amarillo de Guardiola tras perder 3-0 ante el Liverpool, y el máster que Cifuentes hizo en el reino infinito de su fantasía, y los lances de capa y espada de doña Letizia con doña Sofía. Ah, Diario, en este mundo tan perdulario, tan desaliñado: ¡exquisita doña Sofía! (18:24:17).

martes, 3 de abril de 2018

3 de abril de 2018. Martes.
LIBRE EL GOZO

Platero habla, en el libro. F: FotVi

-Ayer, día del libro infantil; o el día en que los libros se ponen a hacer señas al niño para que acuda y los abra, y los hojee, y los lea. Y se asombre. El libro -también el infantil- anda, haciendo señales de que existe, por las librerías. Se viste de colores y tiene las letras muy grandes, no porque dude de la capacidad visual de los niños, sino para de este modo llamar su atención. Los libros infantiles se llenan de genios, de monstruos, de hadas, de príncipes, de coches que conversan, de magos que hacen hablar a las piedras, de brujas perversas, de osos sensibles, de castillos encantados, de árboles que se mueven, de burros peludos y suaves, de lápices que siempre tienen una historia que contar, o que callar. El libro infantil tiene tanto color como belleza en sus historias, y sus hojas son tan gruesas, porque han de sostener un castillo de fantasmas o una montaña que habla, y eso no es cosa fácil: necesitan mucha solidez, suelo firme. El libro, en la mente y el corazón del niño que lee, crea, en el país de la fantasía, mundos nuevos, paisajes vivos, personajes inverosímiles. El libro infantil, desde la portada a su interior festivo, hace guiños de colores al niño, con personajes desternillantes o muy tristes, o simplemente humanos. Pensaba yo en estas cosas en una librería de antiguo, cuando oigo a un niño decir: «¡Mami, este!», con ojos iluminados. Miro, y veo que señalaba a un pequeño volumen en el que se leía: Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez. En la portada, Platero anda por la cima de un verde montículo, rodeado de florecillas y mariposas frágiles, sus amigos -con el poeta- más íntimos. Y, entonces, me embarga el recuerdo: «Platero es pequeño, peludo, suave, tan blando por fuera…». Miro al niño y a la madre con complicidad feliz, y les sonrío. «¡Los niños leen!», me digo, y salgo a la calle con el corazón agradecido, y libre el gozo (11:11:43).