lunes, 23 de abril de 2018

23 de abril de 2018. Lunes.
ÁRBOLES LITERATURA

Hojas de libro, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Primero fue semilla que, del pico de un pájaro, cayó a tierra, y, animada por la voz de la lluvia, despertó árbol, y hoja de libro, y rasgueo de pluma de escribir. Un árbol, pues, revestido de hojas de libro, donde se pudieran leer aventuras del Quijote o versos de Shakespeare, y algún que otro hermoso soneto de Quevedo. Árboles literatura; o árboles lenguaje. Con pájaros, que alegren la lectura. Y el niño que miraba este milagro desde abajo, dijo al amigo: «Ayúdame a subir al árbol y así podré leer; y te contaré». El niño del árbol se durmió leyendo, y soñó que él también era hoja de libro. Y que, hoja desprendida del árbol, caía al suelo, donde el niño de abajo, pudo leer, y hablar de libros con el de arriba; y así, entre los dos, vislumbrar nuevos mundos, lejanos y mágicos, perversos unas veces, alegres otras, siempre atrayentes y sugestivos, imprevisibles. Primero, pues, fue la semilla y luego, el árbol (soñador de hojas de libro), y, más tarde, nacidas de él y encuadernadas las hojas, fue el libro, donde se dan cita las palabras y en ellas si silabean las más bellas fabulaciones: regalo del lector, que, para que haya libros, sueña conservar los bosques, y libros, para que subsistan autores y lectores, y niños que, subidos al árbol, puedan enviar hojas al amigo, que espera, abajo, deseoso por leer y poder tocar la luz en el libro, y, con la luz, Diario, la sabiduría, y los silencios que la siguen, y la utopía, o el color de las hojas del libro que tú desearías escribir (12:08:35).

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