16 de julio de 2018.
Lunes.
LETRAS
CON ALAS
Alas hablando, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi |
-Despierto
y digo: «¡Candela!», y se me llena la boca de letras con alas, que no son
pájaros, sino letras aladas, bellísimas, letras de irse por el aire volando,
entre risas. Letras de gozo y viaje, de masticar y soltar, de pronunciar y
echar al viento, para que naveguen en él como barquitos de papel en aguas de una
mar salada y calma. Imaginaos todo el mar lleno de barquitos de papel, con
miles de niños mirando y riendo, sin atreverse a creer, y como en el cuento de
Galeano, diciendo a sus padres: «¡Ayúdame a mirar!» Con una lágrima festiva
en los párpados, a punto de saltar e irse con las letras, que no paran, Diario,
hasta dar en un libro y quedándose en él hechas hojas de papel, ya quietas, purísima
alegría, parpadeando, formando ellas mismas el libro, su contenido de verbos y adjetivos,
de puntos y comas, y sin erratas; libro este que lee y revive Candela, haciéndolo
volar de nuevo, con ojos atónitos y de par en par abiertos; es decir, con ojos
de niña (12:48:33).