4 de julio de 2018.
Miércoles.
BUEN
ANCIANO
Templo de la Concordia, Agrigento. Sicilia. F: ForVi |
-Yo no
sabía que hubiera un santo llamado Calógero, y que fuera patrón de Agrigento,
ciudad, al sur de Sicilia, con monumentales ruinas griegas. El Valle de los
templos es un espacio en el que surgen templos griegos, dóricos, como palmeras
en un oasis. Calógero es nombre de origen griego que significa ermitaño o buen
anciano. El buen anciano perdido -y hallado por Dios- en la montaña. La montaña
guarda silencios de santidad, entre las rocas, en la maleza, y en las que -a
veces- Dios habla. Por lo visto, habla en silencios inspirados, que solo
entienden los santos anacoretas. O aquellos otros, los ermitaños, que, con ojos bajos, sandalias desarmadas,
un hábito haraposo y triste, y a pan y agua, viven al amparo de una cueva,
sostenidos solo por el hilo conductor de la oración y el cilicio, y sin otra
música que la celestial. (Secreto: me gustaría oír esa música, distinta,
envolvente, mística, que, con reminiscencias de salmos, y según dicen los que
la han experimentado, solo da en el espíritu, llenándolo de estupor y alegría, y
de gozos exquisitos). Entretanto, me alegra que los doce niños tailandeses y su
monitor estén a salvo en esa cueva maldita, que se los tragó antes del mozón, y
que ahora los mantiene atrapados, como pájaros asustados en una jaula con
barrotes de agua. Los barrotes de agua son crueles como los de hierro, y, si no
se sabe nadar, más demoledores. Diario, que San Calógero los proteja (18:15:51).
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