martes, 24 de julio de 2018

24 de julio de 2018. Martes.
INCLINA TU OÍDO

Tras la tormenta, aparece la luz. En Murcia. F: FotVi

-He recibido la alegría que esperaba: el Señor me ha oído. Hay veces que parece hacerse el distraído, pero, al fin, si insistes, te oye. «Inclina tu oído, Señor, escúchame», pide el salmista desde la angustia de su precariedad, desde su pequeñez; y finaliza: «porque tú, Señor, me ayudas y consuelas». Oración en la contrariedad, llama a este salmo la Biblia de Jerusalén. «Inclina el oído», pide el que suplica, como si fueran las palabras de un hijo a su padre. Inclina, dice: o ten la bondad de acercar el oído a mi palabra, palabra con la que te expongo mi necesidad. Tú, baja el oído, que yo levantaré mi alma, y se producirá el encuentro de mi necesidad con la gracia de tu bondad, y de este modo, tú me habrás salvado y yo te daré gracias, te bendeciré el resto de mi vida. Es lo que ha sucedido. Mi familia y yo, Diario, ante un hecho maravilloso -el Señor hace maravillas-, nos alegramos y festejamos, no con instrumentos musicales, que también, sino con palabras que saben a aleluyas y a acción de gracias, a himnos de alabanza (19:03:58).

lunes, 23 de julio de 2018

23 de julio de 2018. Lunes.
POESÍA ES ALGO

Poesía en piedra, Catedral de Logroño. F: FotVi

-Esta mañana de lunes, luminosa y sacudida por las lanzas solares, se presenta agradable y propicia para la lectura. Leo a Machado, su prosa, que es sencilla y lúcida, y magistral, de maestro. Dice: «No hay mejor definición de la poesía que ésta: “poesía es algo de lo que hacen los poetas”». Y sigue: Pero «qué sea este algo no debéis preguntarlo al poeta. Porque no será nunca el poeta quien os conteste». Sino el profesor. Y termina: «Hemos de hablar modestamente de la poesía, sin pretender definirla, ni mucho menos obtenerla por vía experimental químicamente pura». Es decir, poesía es lo que tú o yo, o el ángel fiel o el rebelde, o el místico o el perverso hallan en ella. El poeta nunca explica lo que ha escrito; en todo caso, lo explica el lector, que es el otro poeta que está al otro lado del que ha escrito los versos. El poeta escribe y el lector descifra. Decía que esta mañana de lunes era propicia para la lectura, Diario, pero también para un baño, si me decidía, y me he decido (20:49:57).

domingo, 22 de julio de 2018

22 de julio de 2018. Domingo.
EL CÉSPED

Sin césped, desierto de Judá, desde el monte Nebo. F: FotVi

-Cortan el césped y huele a muerte, pero a una muerte digna, intachable, con luz de martirio. Huele a hierba cortada, sacrificada, mutilada. Y no es perfume, sino olor fuerte, penetrante, de abismo oloroso. La hierba cortada sabe a renovación, a promesa, a novedad. Lo dice su olor o efluvio. Dentro de nada, surgirán los brotes nuevos, como rumores de antorcha, como pequeños aleteos de algo que quisiera volar. Luego quedarán anclados a su raíz, pero embelleciendo el entorno. Hasta que retorne la cuchilla y los vuelva a podar, con la esperanza de que renazcan, que retoñen. Es la resurrección de lo cotidiano, del milagro de cada día que sucede ante nuestros ojos y no lo vemos, porque nos distrae la otra vida, la menos brillante, la de lo prosaico que busca el pan que hay que ganar, y, si se tercia, con un poco de companaje que acompañe el mordisco. Y al paso, decir que el PP ha sido podado, desmochado, y ha surgido un nuevo y optimista brote llamado Casado, que luchará, dice, por hacer bonito y eficaz el nuevo césped de la política en España. La ilusión, el ensueño, Diario, se le nota; pero los resultados, ah, ya se verá (18:40:52).

jueves, 19 de julio de 2018

18 de julio de 2018. Miércoles.
QUIZÁ MAÑANA

Cada cosa en su sitio, pero al revés. En Murcia. F: FotVi

-Por fin entiendo el modo de entrar en internet desde el móvil: es como pelar una naranja e ir devorándola gajo a gajo, y, al tiempo, ir deshaciéndote de los huesos, uno a uno, escupiéndolos. ¿Lo ves? ¿Lo imaginas? Pues, así. Es fácil cuando se sabe, cuando se entra en el mecanismo y lo desmontas y lo montas sin dejarte ni una ruedecita, como con un reloj averiado. He necesitado dos clases, pero he salido alumno aventajado, o eso parece. Con dos clases me ha bastado. Entretanto, el mundo sigue con sus heridas y bajezas, con sus luces e himnos, con sus políticos y ventrílocuos, con las injusticias, que es de lo que más me debería preocupar, y me preocupa, pero sin ira, solo con piedad, y con la esperanza -de la que dice el profesor Albiac que es una mala consejera- de que el mañana, Diario, quizá sea mejor (19:25:41).

miércoles, 18 de julio de 2018

17 de julio de 2018. Martes.
PUZLE

Fósiles marinos, en el Museo del Mar. San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Tras el ajetreo del viaje, la calma del todo en su sitio y del cada cosa en su lugar. Una especie de puzle, que se compone con paciencia y precisión, y voluntarismo. Ya estoy en Torre de la Horadada, para regocijo de las plantas y los pequeños animalillos del patio, donde andan el olivo y el limonero-naranjo, el mirlo y el mar, el mosquito y la cochinilla; ah, el mosquito, el que incordia y hostiga, y la cochinilla, la que siempre camina cabizbaja y acorazada, y como apesadumbrada. Busco, y me dicen, cómo entrar en internet: y lo consigo. Pero no indefinidamente; para cada sesión he de entrar en ajustes e intentar dar con la tecla idónea. Pero no sé: de una vez para otra, me pierdo; no es fácil, o, sí, pero yo me pierdo; lo mejor, dejarlo, me doy por vencido. Mañana intentaré otra fórmula más sencilla y eficaz. De momento, Diario, marcho al patio a rezar vísperas, y, con el gozo de poder suplicar, pido que el cielo nos ayude a mi familia, a mí, al mundo; o al revés, al mundo, a mi familia y a mí, como Él lo vea más conveniente; total es el que sabe (19:16:51).

lunes, 16 de julio de 2018

16 de julio de 2018. Lunes.
LETRAS CON ALAS

Alas hablando, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Despierto y digo: «¡Candela!», y se me llena la boca de letras con alas, que no son pájaros, sino letras aladas, bellísimas, letras de irse por el aire volando, entre risas. Letras de gozo y viaje, de masticar y soltar, de pronunciar y echar al viento, para que naveguen en él como barquitos de papel en aguas de una mar salada y calma. Imaginaos todo el mar lleno de barquitos de papel, con miles de niños mirando y riendo, sin atreverse a creer, y como en el cuento de Galeano, diciendo a sus padres: «¡Ayúdame a mirar!» Con una lágrima festiva en los párpados, a punto de saltar e irse con las letras, que no paran, Diario, hasta dar en un libro y quedándose en él hechas hojas de papel, ya quietas, purísima alegría, parpadeando, formando ellas mismas el libro, su contenido de verbos y adjetivos, de puntos y comas, y sin erratas; libro este que lee y revive Candela, haciéndolo volar de nuevo, con ojos atónitos y de par en par abiertos; es decir, con ojos de niña (12:48:33).

sábado, 14 de julio de 2018

14 de julio de 2018. Sábado.
¿UN MILAGRO?

Un milagro, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Croacia está en la final del mundial de fútbol 2018 de Rusia y el entrenador ha dicho de su equipo: «Somos un milagro». Milagro, en el habla coloquial, es algo extraordinario y maravilloso que sucede sin saber cómo. Es como una excentricidad en el quehacer humano, pero una excentricidad asombrosa, admirable. Aunque también pudo ser (¿o no?) que el entrenador Zlatko Dalic, hombre profundamente religioso, lo haya dicho, lleno de fe, con todas las de la ley. Es decir, que crea en el milagro, o en la intervención de lo sobrenatural en el hecho de haberse clasificado. A Zlatko Dalic siempre se le ve, durante el partido, con las manos en los bolsillos. Una, la izquierda, la suele sacar alguna vez, pero no así la derecha. Dicen que, con la mano derecha aprieta fuertemente un rosario, como una tabla de salvación, de inspiración sagrada; o tal vez sea el poder divino, que, desde el bolsillo, y sin dejarse ver, místicamente, protege la fe de Zlatko Dalic y la llene de oportunidades. Pero, aunque la fe mueva montañas, Diario, no veo yo a Dios metido en estos lances patrióticos y futboleros, dándole a unos y quitándole a otros, pues como diría Einstein: «Dios no juega a los dados»; ni a los dados ni a dar patadas a un balón en la calle de la pobreza… ¿O sí? (19:51:10).

jueves, 12 de julio de 2018

12 de julio de 2018. Jueves.
EL PRINCIPITO Y YO

No necesito más, en Murcia. F: FotVi

-La otra cara de mi habitación, recogida y grata. Sencilla e íntima. Lo dicho: la cruz, la cama, la mesilla de noche, la mesa de trabajo, fotos, más libros, pocos, y un haz de folios, todos leídos y subrayados, o el día a día recopilado y guardado. Cuando troceen España, Diario, que me dejen este pequeño lugar para poder seguir sobreviviendo, sin más, como un eremita del siglo veintiuno, libre, sin otra atadura que la de no tener alas para poder volar, e irme al asteroide B 612, donde vive El Principito, con su rosa y su volcanes, y su amor, y comprobar con él que es verdad lo que le dijo el zorro, que «lo esencial es invisible a los ojos» (13:00:37).

miércoles, 11 de julio de 2018

11 de julio de 2018. Miércoles.
ENTRE HIERBAS Y PIEDRAS

Mi habitación, en Murcia. F: FotVi

-Mi habitación, que es pequeña, está llena, en lo que cabe, de fotos de Candela y de libros, mis libros más queridos, que son pocos; los más, han quedado en la Torre de la Horadada. También hay dos fotos de la Virgen y dos lienzos -dos obras de arte- pintados por Candela: lindas manchas de color e ingenio, y juego. Ah, también hay un crucifijo que preside mis horas de vida, un flexo sobre mi mesa de trabajo, una mínima tele, en la que contemplo los desastres de la patria, y la cama, en la que duermo (y despierto) mis sueños, para que, despejados y libres, acierten a caminar conmigo. De día camino con mis sueños delante de los ojos, y de noche, para alimentarlos, los sereno y los duermo; pero siempre (aunque duerma el cuerpo) con la mente abierta, ojo avizor, esperando ser nutrida por la luz de lo insospechado y lo súbitamente hermoso, que muchas veces queda en la mecánica del sueño, en su interior sosegado, y que apenas dormita. Y también hay un portátil, un portátil que porta pensamientos, tristezas, alegrías, viñetas, fotos de Candela y del mar, cansancios, liberaciones, mi vida. Toda mi vida en un portátil, tan leve, tan frágil, tan de estar sobre la mesa, tan de mirar sin ver. Toda mi vida, pues, Diario, en la memoria sin memoria de un artefacto volátil, hasta que se haga eternidad, o hasta que se disuelva, hecha «polvo enamorado», y «buscando lo divino» (como cuenta Ortega de Goethe) «in herbis et lapidibus» (entre hierbas y piedras), como un sabio busca las estrellas, o la escala de Jacob, y, en la cima, quizá, los silencios impenetrables y arcanos de Dios (10:34:20).

lunes, 9 de julio de 2018

9 de julio de 2018. Lunes.
PAUSAS DE REFLEXIÓN

Viejo libro, en mi biblioteca. F: FotVi

-Leo en El Cultural, revista literaria, que ya en el siglo XVI, Francis Bacon expresó su teoría sobre la lectura rápida, devoradora de libros, y la lectura lenta y meditativa, que yo llamaría de profundización en la golosina. Escribió: «Algunos libros son para probarlos, otros para tragarlos, y unos pocos para masticarlos y digerirlos». Hay diversas y contradictorias teorías sobre este particular, pero yo me acojo a la que mastica y digiere los libros. No soy capaz de tardar menos de cuatro o cinco semanas en la remate de una novela o de cualquier otro libro que yo ame. Amar un libro -creo- es mirarlo, tocarlo, rumiarlo, subrayarlo, gustarlo como un hueso de melocotón en la boca, darle vueltas entre los dientes, la lengua y el paladar, pasándolo luego a la mente, donde queda todo lo que has catado en él, como un regusto de recuerdo. Luego, en la biblioteca, verás el libro como algo encendido, luminoso, con destellos, que te llama a volver a cogerlo y buscar en él alguna frase o capítulo, o diamante, que te haya herido o liberado, o extasiado, y retornar a masticarlo. Así hago yo mis lecturas, lenta y amorosamente, con lápiz para subrayar, y así poder regresar sobre lo subrayado, sin importarme el final, que ya llegará, con asombro, quizá, pero sin prisa. Con pausas de reflexión. No es que no me interese el final, pero me seduce más el cuerpo del libro, su estructura, sus trucos, las palabras, las imágenes, la carne y los huesos, todo su caparazón de ostra, Diario, que encierra la perla y que, una vez abierta, te la entrega llena de belleza y solidez, y con olor a mar; es decir, con aroma literario (18:12:55).

domingo, 8 de julio de 2018

8 de julio de 2018. Domingo.
¡AAAH!

Respirando, en el jardín. F: FotVi

-Me despierto y se me viene un ¡aleluya! a la boca, es domingo; un aleluya extenso y festivo: por sentirme vivo y poder rezar, y parpadear, y asombrarme, y oír mi respiración, lenta y reparadora, apostada en mi nariz, y, después de un afanoso y liberador recorrido por todo mi cuerpo, liberada. ¡Aaah! O sea: inspiras frescura y expeles corrupción, o CO₂: dióxido de carbono. Somos como un coche al ralentí, que contaminamos un poco el ambiente, pero que, con la luz de nuestro pensar y sentir, y amar, también lo embellecemos. Y, en Tailandia, ya ha empezado la evacuación de los niños atrapados en la cueva. De momento, han salido cuatro, por lo que el ¡aleluya! se hace más coral y excelso; pero sin olvidar a Saman Guana, que murió intentando llevar oxígeno a los atrapados en la cueva. Descanse en paz, Diario, en la paz de los héroes (19:35:09).

sábado, 7 de julio de 2018

7 de julio de 2018. Sábado.
ILUMINANDO LETRAS

Abierta al dialogo, en el jardín. Murcia. F: FotVi
-Me asomo al sábado y lo hallo entoldado de nieblas, y turbio. El sol, poderoso depredador, sin embargo, rompe la telaraña de la niebla y sale a mirar el paisaje. Y a calentarlo. El sol se ha comido a la araña. Pongo mi corazón a secar y se orea como un trozo de ropa vieja, lírica, calamitosa; lo noto sin brillo, pero aún iluso y tierno, o de niño con años. Leo a Richard Long, escultor, fotógrafo y pintor, que dice: «Mientras tenga ideas, seguiré caminando». Y yo digo: «Mientras tenga un lápiz, seguiré emborronando papeles, e iluminando letras». Pues ocurre que la palabra se hizo letra, y la letra, idioma, y el idioma, texto, y el texto, lectura; y la lectura, Diario, libertad: libertad leída y ejercida (18:05:58).

viernes, 6 de julio de 2018

6 de julio de 2018. Viernes.
VIRGEN DEL CARMEN, O DEL JARDÍN DE DIOS

Jardín de Dios, en San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Ayer, en San Pedro del Pinatar, la Virgen del Carmen (o Jardín de Dios) y el Mar Menor se vieron colmados de versos. Como cuando le caen pétalos a la Virgen desde un balcón o miradas desde unos ojos asombrados, de niño. De pronto, la palabra se hizo verso y el verso emoción, y comunión, la que logra y alcanza la palabra. Y todo, en los labios de unos pocos poetas del lugar. Versos sencillos unos, un poco engolados otros, todos cómplices en el amor a una Virgen que es Madre y Estrella de la Mar; y que el dieciséis de julio irá en volandas desde San Pedro a Lo Pagán, donde la llenarán de halagos, de peticiones, todo iluminado por la fe. Y es que la Virgen, como dice un autor moderno, en su ensayo El mar y su estrella: «Desde el medievo y en el farfullo primero de la lengua castellana, María es argumento para el poema y para el apasionado canto del juglar». Ya el arcipreste de Hita, siglo XIV, en sus loores  a la Virgen, canta: «Estrella de la Mar, puerto de folgura, / de dolor complido e de tristura, / venme librar y conortar, / Señora de la altura». (Traducción: folgura: hermosura; tristura: tristeza; conortar: confortar). Se trataría, pues, de hallar en esos versos de poetas pinatarenses, sencillos y de andar por casa, pero alumbrados por el amor y la sinceridad, «las claves de lo maravilloso», que diría Sergio Ramírez; maravilla que se halla en María y en la Mar, aunque este Mar se llame Menor. La Virgen del Carmen, Diario, o la Estrella que se levanta sobre el mar, y lo bruñe y lo bendice, amándolo hasta el extremo, como la madre más apasionada (18:23:29).

miércoles, 4 de julio de 2018

4 de julio de 2018. Miércoles.
BUEN ANCIANO

Templo de la Concordia, Agrigento. Sicilia. F: ForVi

-Yo no sabía que hubiera un santo llamado Calógero, y que fuera patrón de Agrigento, ciudad, al sur de Sicilia, con monumentales ruinas griegas. El Valle de los templos es un espacio en el que surgen templos griegos, dóricos, como palmeras en un oasis. Calógero es nombre de origen griego que significa ermitaño o buen anciano. El buen anciano perdido -y hallado por Dios- en la montaña. La montaña guarda silencios de santidad, entre las rocas, en la maleza, y en las que -a veces- Dios habla. Por lo visto, habla en silencios inspirados, que solo entienden los santos anacoretas. O aquellos otros, los ermitaños, que, con ojos bajos, sandalias desarmadas, un hábito haraposo y triste, y a pan y agua, viven al amparo de una cueva, sostenidos solo por el hilo conductor de la oración y el cilicio, y sin otra música que la celestial. (Secreto: me gustaría oír esa música, distinta, envolvente, mística, que, con reminiscencias de salmos, y según dicen los que la han experimentado, solo da en el espíritu, llenándolo de estupor y alegría, y de gozos exquisitos). Entretanto, me alegra que los doce niños tailandeses y su monitor estén a salvo en esa cueva maldita, que se los tragó antes del mozón, y que ahora los mantiene atrapados, como pájaros asustados en una jaula con barrotes de agua. Los barrotes de agua son crueles como los de hierro, y, si no se sabe nadar, más demoledores. Diario, que San Calógero los proteja (18:15:51).

lunes, 2 de julio de 2018

2 de julio de 2018. Lunes.
ALGUNA FLORECILLA

Humildad soñadora, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Después del disgusto de ayer, abro los ojos y balbuceo con el salmista: Señor, «que se alegren los que se acogen a ti, / con júbilo eterno». Júbilo, o la alegría del jubilado que no se siente excluido, ni acabado, ni relegado a la oscuridad. Mi vejez sigue produciendo, gozosamente. «Pienso, luego escribo», me digo, y así vivo: entrenándome a cada momento. Física y espiritualmente. Un poco de esto y un poco de lo otro (rezo, camino, leo -ahora estoy otra vez con Nietzsche-, escribo, tacho, recompongo, me distraigo -alguna película, algo de tele, miro las viñetas de El Roto-, me rio, lloro -los niños que mueren por cualquier violencia-, me alimento, y así voy saltando de un  día a otro, volando de la vejez a un día más, sin dejar que me alcance la frustración, ni que me envuelva la tristeza; es decir, jubilado; y es que siempre, en la vida, hay alguna florecilla -o milagro- que admirar, y amar. ¿Perfecto yo? No, Diario, solo soñador (19:10:03).

domingo, 1 de julio de 2018

1 de julio de 2018. Domingo.
NO JUGAR A NADA

El sol sigue saliendo, en Torre de la Horadada. F: FotVi

-Me encuentro con el mes de julio entre las manos, lo miro, lo estudio, lo huelo, y, por fin, concluyo que lo temo. Julio es un mes caluroso, desagradable, con calor de termómetro desatado, achicharrador. En julio, los pájaros callan, se abanican con las hojas de los árboles, vuelan a beber agua a cualquier charco, regresan a casa, y, entre suspiros, dormitan. Después de no jugar a nada, España pierde ante Rusia en los penaltis, y bajo un manto de lluvia; de lluvia o de lágrimas, las de Ramos. Solo que los cocodrilos también lloran. Nada se puede hacer, cuando no se hace nada. Yo no sabía que al fútbol se juega a no jugar, a no ser, a no estar, o a estar cansado, como hastiado -una flor mustia en un florero-, que así he visto yo a este equipo de famosos y tatuados, sin nervio y sin alma, como una mala caricatura de sí mismos. He leído en algún sitio: «España es un horror»; y no: «España es un error». En Luzhniki, Diario, y como diría Don Quijote, España, con la cabeza, ha perdido la celada y el morrión, y ha quedado hecha -la selección- un Rocinante «con más cuartos que un real y más tachas que el caballo de Gonela». Gonela, por cierto, fue un bufón (20:14:26).

sábado, 30 de junio de 2018

30 de junio de 2018. Sábado.
ABRE EL MAR

Horizontes de luz, en las Salinas de San Pedro del Pinatar. F: Fotvi

-Con don Ramón María del Valle Inclán, que en Luces de Bohemia convierte el grito de guerra «¡Santiago y cierra España!», en «Santiago y abre España», yo, por la misma razón, podría decir «¡San Pedro y abre el mar!». El mar parcelado, lugar de aves, de las Salinas, el pequeño y amable (y mal cuidado) Mar Menor, el extendido y múltiple mar de Las Llanas. Un extenso y libre mar, que hace más dilatado y audaz al San Pedro del Pinatar en trance de fiesta y veraneo. Ayer estuve en San Pedro y viví la fiesta de su patrón, el que guía la barca de su vida, el que señala sus caminos de paz y de progreso, aparte de los que pasan de patronazgos y moldes que imitar. Yo me quedo con la imagen de San Pedro, vigoroso y pensativo, una mano en la cruz y en la otra una red de pescador, y un rostro que refleja un rictus de dolor amargo, como si le pesara la conciencia por su pecado de la noche del gallo y la negación. Pero una mirada, la de Jesús, hace que lo que fuera negación se convierta en liberación, y en piedra sólida sobre la que levantar el nuevo testamento, el de las utopías y el nuevo cielo, el de la nueva tierra; cielo y tierra en los que habiten la justicia y el derecho, y la paz, como secuela, con su himno glorioso de trompetas y tambores. En estos días de fiesta y holganza, pues, Diario, que sean muy felices todos los pinatarenses y allegados, y cualquiera de corazón festivo que aparezca por allí, porque en San Pedro se abre el mar a largos y bellos horizontes, sin fin (13:10:09).

miércoles, 27 de junio de 2018

27 de junio de 2018. Miércoles.                             
EUTANASIA

Cabeza anciana, y prodigiosa, de Alfredo Kraus, en Las Palmas de Gran Canaria. F: FotVi

-Voy por la calle y se me acerca alguien pidiéndome una limosna -su mano a la altura de mi pecho- y los menos, exigiendo que sea legalizada la eutanasia. Es un clamor general, un grito unánime, de pocos. Grito que rompe los oídos y, dando en los semáforos, los hace estallar. ¡Queremos morir -dicen los escasos- en aras de nuestra libertad! Libertad de expresión y libertad para morir. Los dos grandes hitos del bienestar de la sociedad: poder llenar la boca de culebras y permitir que, cuando uno no sea un esclavo productivo y rentable, le arrebaten la vida, le echen al sumidero. En la España de ahora mismo: en esta de las pensiones en el aire, del paro y del empleo basura, del desencanto juvenil, de la invasión migratoria, del problema catalán (y vasco), etc., legalizar la eutanasia, ¿es una prioridad social, es un anhelo irresistible del pueblo sin voz ni voto, es el deseo de la mayoría de los que han sentido ya el frío de los años, o se trata de un cortafuego, subterfugio, para tapar otros incendios? Tal vez sea eso, Diario; tal vez (19:25:41).

lunes, 25 de junio de 2018

25 de junio de 2018. Lunes.
RESIGNACIÓN REBELDE

Muriendo, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Me llega la noticia de la muerte de Juan Fernández López, un sacerdote que vivía en la habitación contigua a la mía. 77 años. Me entristece, porque hemos sido compañeros y nos hemos dado la amistad. Ya al final, cuando apenas podía andar, se apoyaba en mí para llegar a su habitación, y en la puerta, se despedía con una sonrisa de abatimiento, débil, de resignación rebelde. Su último destino: párroco en San Pío X, y allí será despedido. Él fue enviado para prestar a Dios su palabra, sus manos, su corazón, sus pasos, sus inquietudes, consoló a muchos, practicó la generosidad, rio la alegría, lloró todo llanto, y se estremeció en los momentos de emoción. Ahora se podría decir de él aquello de la carta de San Pablo a los Romanos: «¡Qué hermosa es la llegada de los que traen buenas noticias!». Diario, que descanse en paz, y que Dios lo acoja en su casa, en la que hay tantas estancias, y donde habitan la paz, la justicia, el amor, la eternidad sin tiempo, y sin muerte (18:47:44).

domingo, 24 de junio de 2018

24 de junio de 2018. Domingo.
LA JAULA

Entre rejas, en las Salinas. San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Nada más despertar, pienso: «En realidad, ¿soy libre?». Vengo de un sueño sombrío: toda la noche he estado luchando por salir de una jaula de recios barrotes. Al intentarlo, me enredaba en ella como en una malla de acero, entonces se volvía flexible, amenazante. Al poco, cuando los barrotes me habían vencido, volvían a ser de acero duro e intransigente, y yo, un tigre sometido, enjaulado. Quizá fuera porque acababa de leer el poema de Borges El oro de los tigres. Que dice: «Hasta la hora del ocaso amarillo / cuántas veces habré mirado / al poderoso tigre de Bengala / ir y venir por el predestinado camino / detrás de los barrotes de hierro / sin sospechar que eran su cárcel». El amarillo era el color que Borges, en casi su total ceguera -otro modo de esclavitud-, aún distinguía, podía ver. En esta velada siniestra, pues, parece que me he metido en la piel amarilla del tigre y me he visto encerrado dramáticamente en una jaula. La jaula de la sociedad en la que me ha tocado vivir. Una sociedad llena de barrotes, de cosas superfluas, que me cercan: el qué dirán, las infinitas clases de miedos, desde la vejez al de tener que vestir de esta u otra manera, el no poder gritar de placer ante algo bello, la televisión, el no tener valor para decir no me gusta esta novela o aquel poemario, porque la mayoría, aunque mientan, comentan que les gusta, como decir que -a mis años- sigo leyendo Rayuela, de Cortázar, todavía, o el Ulises de Joyce, todavía, sin haberlos podido terminar aún, la celda muchas veces infecta de internet, tantas cosas, Diario… ¿Soy libre, pues? Espero que esta noche no me siga cercando la pesadilla, que no me persiga la jaula, que respete mi sueño, añoso, pero reparador (18:41:48).