24 de julio de 2018.
Martes.
INCLINA
TU OÍDO
Tras la tormenta, aparece la luz. En Murcia. F: FotVi |
-He
recibido la alegría que esperaba: el Señor me ha oído. Hay veces que parece
hacerse el distraído, pero, al fin, si insistes, te oye. «Inclina tu oído,
Señor, escúchame», pide el salmista desde la angustia de su precariedad, desde
su pequeñez; y finaliza: «porque tú, Señor, me ayudas y consuelas». Oración en
la contrariedad, llama a este salmo la Biblia de Jerusalén. «Inclina el oído», pide el
que suplica, como si fueran las palabras de un hijo a su padre. Inclina, dice: o
ten la bondad de acercar el oído a mi palabra, palabra con la que te expongo mi
necesidad. Tú, baja el oído, que yo levantaré mi alma, y se producirá el
encuentro de mi necesidad con la gracia de tu bondad, y de este modo, tú me
habrás salvado y yo te daré gracias, te bendeciré el resto de mi vida. Es lo
que ha sucedido. Mi familia y yo, Diario, ante un hecho maravilloso -el Señor
hace maravillas-, nos alegramos y festejamos, no con instrumentos musicales,
que también, sino con palabras que saben a aleluyas y a acción de gracias, a
himnos de alabanza (19:03:58).