17 de noviembre de 2019. Domingo.
LA POBREZA MÁS
CRUEL
La pobreza más cruel, en Šibenik. Croacia. F: FotVi |
-Hoy celebra la Iglesia
el Día del Pobre. No el día de la pobreza, que sería inmoral, sino el día del
pobre, en singular y señalando. La pobreza es lo que viste al pobre, el hato, lo
que lleva al hombro como su techo y sus posesiones. Como el caracol, como el
molusco, o la tortuga. Sobre el hombro llevan todo lo que poseen, con su
dignidad. La que muestran y se ve es la indigencia, a veces la miseria, pero lo
que esconden, porque lo trascendente es invisible, es su dignidad, que lo hace
noble y respetable, y digno, con la dignidad del héroe: el pobre. He leído un
poema en el que se dice que: «La pobreza abre y cierra el Evangelio, / lo
envuelve, lo impulsa, lo caracteriza». El pesebre y la cruz –ésta, la pobreza
más cruel y despiadada–, son el prólogo que abre y la conclusión que cierra el
libro más hermoso jamás escrito. El libro en el que el Jesús pobre se acerca al
leproso, al ciego, al caído en el camino, a la mujer adúltera, al crucificado
con él en el Calvario, y, con su palabra y su mirada, y las manos acercándose
al dolor, los sana de sus heridas, y eleva su dignidad. Las palabras, las
miradas, las manos, Diario, donde el corazón late, y habla, y toca, y se da, y
de donde la alegría brota, como una caño de agua fresca que calma toda sed (18:20:55).