21 de febrero de 2020. Viernes.
DISFRAZ DE
CARNAVAL
El Gran Bazar: en el que todo se vende. Estambul. Turquía. F: FotVi |
-Ante tanta mentira, dudo
que sea verdad la verdad que intento escribir: que el mal existe. Espero que
Dios no mienta, o se haga reacio a defender y preservar la verdad. Confío en
que Dios mantenga como algo obsceno la mentira, su octavo precepto, aunque se admita en política y no esté entre los mandamientos de su ética. ¿Qué hemos hecho,
Señor, para tener que nadar entre tanta falsedad? Es este un ambiente
putrefacto, que huele a disfraz de carnaval, a mentira institucionalizada. No
creo en esta democracia de la mentira y el chantaje, democracia en la que hoy se
niega lo que se afirmó ayer, democracia donde es posible aparecer con todas las
caras, las del embuste y el fingimiento, la del cuento y la patraña. Para estos
equilibristas de la alcahuetería ya no vale el aserto de Gandhi: vale más
ser vencido diciendo la verdad, que triunfar por la mentira, había dicho. ¿Eh, Sánchez, Iván
y compañía? Habéis encendido la mentira con la cerilla de la verdad y se os está
quemando la Legislatura. Decía Maquiavelo que el que tolera el desorden para
evitar la guerra, tiene primero el desorden y después la guerra. Y El Cantar de los Cantares: «llega el
tiempo de la poda, el arrullo de la tórtola se oye en nuestra tierra»: aunque
ellos (los Sánchez, Iván y compañía), envueltos en su mentira, Diario, no la oigan; los bellos cantares, sus melodías, no son
para ellos (17:56:48).