20 de febrero de 2020. Jueves.
EL HUMO DE LA
FUGACIDAD
El cielo, como la pipa del fumador. Murcia. F: FotVi |
-Internet se ha
fastidiado y no responde. Me ha pasado como el que fuma en pipa y, de pronto, se
queda sin tabaco, sin combustible. Así la pipa en la boca no le dice nada, pues
no echa el humo de la fugacidad, que es, ante todo, su distracción. Tras la
chupada y con el humo, ve pasar la nada por delante de sus narices, y mirando
al tendido. La distracción del fumador es el humo, símbolo, en su vida, de las
cosas que pasan, de lo que es inestable, pérdida, pues, y no ganancia, niebla
que tapa al sol. Esta mañana me he quedado sin el cigarrillo de la noticia y sin
visión –casi siempre interesada– de la realidad. Según el periódico, así es la información
sobre determinados asuntos: o clara y azul o confusa y tiznada. Echemos una
mirada a lo que sucede hoy en la España de la política y el cachondeo: en El País,
todo, o casi todo, es correcto, no hay nada que criticar o comentar, todo es
normal, Sánchez es un lince y del Delcygate –o el caso de una vicepresidenta de
Venezuela que estaba donde no debía de estar– ni una palabra, nada, no ha
sucedido. Sin embargo para ABC, Sánchez es un fulero, un dicharachero
mentiroso, y el caso de la vicepresidenta que, según Marlasca «No había pisado
el aeropuerto», va para rato. Total, Diario, que, al fin, me he dicho: «¡Qué alegría
volver a la claridad!». Sin internet ha sido como ponerme la pipa sin tabaco en
la boca, y, al no echar humo tras la chupada, poder ver el cielo azul y las
palomas volar, sin importarles el mercado de los jueves en la Avenida de la Fama,
volar solemnes y plenas, como sueños voladores (20:14:14).
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