24 de junio de 2020. Miércoles.
DE NUEVO AL VOLANTE
Lugar de sueños, el mar. Lo Pagán. San Pedro del Pinatar. F: FotVi |
-He adelantado el reloj media hora y, bostezando,
me he acicalado y, tras desayunar un vaso de leche y unas galletas, por fin, he
cogido el coche –hacía 4 meses que no lo hacía– y me he echado a la carretera camino
del Mar Menor. El día me ha parecido espléndido, y las gentes, y la ciudad, y
los árboles, y la brisa que, ruidosa, entraba por la ventanilla abierta. Verme
de nuevo al volante, ha sido todo un acontecimiento, que he celebrado diciendo:
«Amén». La alegría la expreso o con un amén o con un aleluya, es mi modo de
volar y de piar, de dar con los nudillos en el corazón de Dios. Así hablo y río
con él. Y me quejo y celebro su amistad. Y, en esto, he llegado a San Pedro del
Pinatar. Tenía cita con mi cruel y –sin embargo amigo–, Hilario, el dentista. Me
trata con manos de seda, que a veces duelen. Es decir, siempre. Una vez la
muela fuera, he saludo a otro amigo: Guillermo, que estos días ha perdido a su
esposa Pura. Cincuenta y tantos años de amor y paz, de lágrimas y risas; es
decir, de vida plena entre ambos. Nos hemos dado un abrazo (con mascarilla), y a
la Torre: esperaba al técnico de la alarma, que no ha llegado: fiesta de San
Juan en Alicante. Y, a la vuelta, la brisa otra vez y un poco de lluvia, unas
gotas, que han seguido refrescando el día. Pero que, al fin, se ha cargado de
calor. Estamos en su tiempo, Diario, el de los calores blancos, revoltosos, de
inmaculado color azul (19:28:03).