1 de abril de 2023. Sábado.
UN TRIMESTRE MÁS
UN TRIMESTRE MÁS
-Acabo de echarme un trimestre más a las espaldas, y mis ochenta y nueve
años rejuvenecen. Voy a ver si puedo con el segundo: un segundo trimestre
más de sueños y aventuras, y con algún que otro verso nacido donde pienso y
existo; es decir, donde yo soy. Escribir un verso perfecto y bello, es soñar en
la eternidad, tocar lo trascendente. Es decirle a Dios: «Ven a mi verso, oh
Dios, y acampa en él». Así nacerá una nueva belleza, pues Dios es la Palabra
que acampa entre nosotros: en esa tienda en la que cualquiera que se sienta sin
techo puede descansar y tomar un vaso de leche y un trozo de pan bien horneado,
y vivir en el amor de Dios. Un nuevo abril y a punto de llegar los vencejos: suelen
llegar del diez al quince de este mes, arraigada ya la primavera. Habrán
recorrido miles de kilómetros, pero llegarán eufóricos, y, sin descanso y
piando, sus rayas negras cortarán el cielo y harán nidos donde dejar su
simiente. Sigo creyendo en Dios y en su creación; creacón en la que se manifiestan su
sabiduría y su amor por lo nacido de su palabra: «Entonces miró Dios todo lo
que había hecho –dice el Génesis, ese libro no científico, pero sí religioso, en
el que se habla de las maravillas de Dios y sus ternuras– y vio que todo era
muy bueno», y, Diario, aún sigue siéndolo (18:05:28).