30 de abril de 2024. Martes.
LO QUE DIOS TOCA
LO QUE DIOS TOCA
-Si llueve, la tierra se
esponja y las raíces ríen bonanza: alegría vegetal, nidos y frutos. La lluvia
toca la tierra. Las raíces necesitan luz y se la dan la lluvia, que las riega
iluminadas. La lluvia es para el árbol lo que la oración para el alma. Un alma
sin oración es un alma sin luz, que camina a ciegas. Orar es iluminar la vida
con luz de Dios, una llama amorosa, que alienta la mente y el corazón. La
oración es un ir y venir del alma a Dios y de Dios al alma. Salen palabras de
alabanza o de acción de gracias de la boca y suben, como lluvia de revés, al
corazón de Dios, que responde de inmediato, lloviendo luz y sosiego al corazón
de quien ha pronunciado la oración Si piensas frecuentemente en Dios, la vida
toda puede convertirse en una oración: dejemos que Dios guíe nuestras vidas:
todo lo que Dios toca lo hace santo. Ayer, en esta tierra de sequedad, llovió.
El hisopo de la bendición de Dios nos roció, sin estruendo, con sosiego de
amigo: alivió nuestra sed.