14 de abril de 2014. Lunes.
CASI UNA
CORAL DE BACH
Notas de Bach, en el interior del órgano. Catedral Vilnius. Lituania. F: FotVi |
-Pasado el Domingo de Ramos, ya estamos en Lunes Santo, un lunes con
apodo de personaje de hornacina; como el Santo Job o San Judas Tadeo, es un
decir; o Santo Toribio de Mogrovejo. Lunes Santo, o la virtud de un lunes que
no es suya, sino de quien llena la semana con su santidad: Jesús, el de Nazaret
(aquél, éste ahora), que está más allá de toda hornacina o convención, e
incluso de cualquier burla ditirámbica o babeo. (Es sabido que los escupitajos
que se lanzan contra el cielo acaban por caer sobre quien los lanza; o sea: se escupe,
sube el escupitajo, un momento de duda allá arriba, caída libre, y ¡plaf!; y, luego,
mano al clínex, siempre ocurre). Jesús es el Santo y da nombre, por su actitud
divina ante la vida (y ante la muerte: «soportó la cruz, despreciando a la
ignominia», dice la Escritura), a toda una semana. Lunes santo, además, con
sol, y la alegría de su luz. Tanto, que hasta los pájaros (el mirlo, el
jilguero, el gorrión, la tórtola, la curruca cabecinegra -anidando frente a mi
ventana-, el verderón…, toda esta pajarería tengo a mi alcance) hacen coro
(casi una coral de Bach) mientras escribo. Bach, dicen, se inspiró en el canto
de los pájaros para componer el relato musical de sus fugas: la persecución, el
acoso de unas notas a otras, el juego de subidas y bajadas, el encuentro y el
desencuentro, hasta el acorde final, pleno. El organista, con los diez dedos y
los pies en los teclados, ha logrado dominar las notas, las ha detenido en su
cacería, consiguiendo, al fin, bajo el cielo de las bóvedas catedralicias, la
paz musical. Paz, que yo pido, Diario, para los países (Estonia, Letonia,
Lituania, Finlandia, Ucrania…) cercanos a Rusia, que una vez más tiemblan ante
el oso nacionalista ruso, que parece haber despertado de su letargo invernal y
amenaza con romper la tranquilidad del bosque, europeo. Veremos (19:40:02).
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