21 de julio de 2014. Lunes.
POMPA DE JABÓN
Pliegues del tiempo, en Santo Domingo. Murcia. F: FotVi |
-Acabo de decirme: ¡Cómo corre julio, como un galgo! Percibimos el caminar
de los días, pero no nuestro pasar. El tiempo es la cajita o pompa de jabón en
la que la vida nos transporta hacia la muerte (o hacia la otra vida, la de los
asombros, dicen) sin sentir. Con el tiempo, siempre nos estamos yendo y no lo
apreciamos. El tiempo tiene la habilidad de engañarnos, haciéndonos creer que
pasa él, como un ventarrón, y no nosotros. ¡Julio ya, y parece que fue ayer el
1 de enero!, decimos. Desde el hoy de julio 21 al 1 de enero pasado, hay un
arco, y no de triunfo, bajo el que vamos dejando días atrás hasta darnos de
narices con el fin. Gran acorde (la enfermedad o el accidente), y el fin. Un
poco de llanto, un poco de alabanza quizá, un parpadear del recuerdo durante un
tiempo, y el fin. ¿Pesimista? No; sólo cronista del tiempo, que, en volandas,
nos lleva a la cuna de los silencios, como antes de nacer, y nos disuelve en su
vorágine. Hasta que el cuerpo aguante, solemos decir; y no: hasta que el tiempo
tenga a bien llevarnos a lo Harry Potter en sus alas de dragón peludo. Nos deja,
y sigue. Tal vez, Diario, alguien pueda decir de mí cuando me deje el tiempo,
en la alabanza o en el recuerdo, que escribí estos versos: «Cuanto digo es Amor,
/ también si digo Amor, o Tú». Ah, y
un tal Henri Barbuse, en su libro El
infierno, y citado por Augusto Monterroso, escribió que Linneo pudo decir aquello
de que tres moscas consumen un cadáver tan aprisa como un león. Nota: yo no lo
he podido comprobar, aún; pero quién sabe… (20:32:31).
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