1 de julio de 2014. Martes.
CENA
¿Luna llena, en el jardín? F: FotVi |
-Ayer cené fuera de casa, que es como decir que me sacaron de mis
casillas noctívagas. Más allá de las 10 de la noche (22 horas, según el horario
de Greenwich), mis salidas son impensables; me asisten el miedo a la noche y la
vuelta a casa con alguna que otra copa de más. Porque sucede que temo más a los
guardias que a la misma noche. Son mis dos terrores a lo Allan Poe, con gatos
negros y sombras que tienen vida propia, ambos incluidos, además. Anoche, en un
lugar de serena naturaleza y buen porte escénico, cené con unos amigos. Cenar
con amigos es hacer posible la conversación amable y la confidencia, y el
ingenio y la copa, y el langostino. Apenas bebí y apenas comí; pero hablé, y
mucho. Siempre se me ha dado bien el hablar, cuando los demás callan; y más, si,
mientras comen, callan y escuchan. Fue una noche agradable, y, al fin, Diario,
no hubo guardias, que, con el canuto de Gran Hermano en ristre (todos nos
quieren salvar), olieran mi aliento. Gracias comensales. Pena: Nadal ha caído
en Wimbledon; pero sigo celebrando a Nadal. ¿Qué sería de nosotros, los que no
salimos de noche, sin Nadal? ¿Eh? (20:30:35).
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