9 de diciembre de 2014. Martes.
NO MANCHADA
Pureza, en el jardín. F: FotVi |
-Inmaculada, o sin mácula, no manchada. O el modo de ser de la Virgen,
su naturaleza íntima, en la fiesta que celebramos ayer. Ser o estar sin mácula,
por la gracia de Dios y en previsión de la muerte del hijo que aún no había
nacido. Eso, sí, con una cruz y una muerte de redención al fondo, en el más allá,
en el allí del tiempo, estallando de sangre y miedos en un lugar llamado
Calvario. Inmaculada, pues, o sin sombra, sin lunar, sin mota en su ser de
madre o de vientre para Dios. Todo un vientre, sin mancha, para un Dios que se
haría hombre. Vientre sólo ocupado por Dios, y en el que durmió y pataleó, y se
hizo bebé, niño, el Hijo de Dios; pero, como hijo de María e hijo de Dios, bebé
hombre y bebé Dios, a la vez; es decir, Jesús de Nazaret, el que dijera
palabras hermosas y quisiera instaurar un reino en el que la única ley fuera el
amor; un reino distinto, Diario, pero posible (19:57:419.
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