10 de marzo de 2018. Sábado.
VIOLENCIA DE GÉNERO
Celosía de belleza, en el jardín. C. Sacerdotal. Murcia. F: FotVi |
-Una vez
pasada la orgía, viene la calma. Y se viene descubriendo que todo no fue una
fiesta; ni que la marcha por la igualdad -mejor por la equidad- no fue tan igualitaria.
En algún caso, hubo más política de secta, que de género. Y de ahí los abucheos
y formas totalitarias contra algunas feministas de otras tribus. Pasa casi
siempre: tú vas a un concurso de precisión y, de pronto, disparas y te sale el
tiro por la culata. Mientras unas gritaban «libertad», otras gritaban «fuera,
fuera». O precisión del tiro en el rostro. En general, sin embargo, todo bien: hasta
el volumen de los medios para hacer visible el acontecimiento, que se vio, y de
qué manera. Con una salvedad: ni una nota a pie de foto para el mundo musulmán,
en el que no se ve nada parecido. Y donde todo es esclavitud de la mujer, y a
la que solo se le pueden adivinar los ojos tras un enramado de celosía. El
burka. Y eso, sí, la fanfarria de siempre: que si «autonomía para construir
identidades y sexualidades», o «escuelas con perspectiva de género», toda una
homilía de progresía caduca, antigua, senil. Ah, y nada sobre Asia Bibi -cinco
hijos-, que, por negar convertirse al Islam y reafirmarse en su fe cristiana,
espera en el corredor de la muerte, acusada de blasfemia. Todo depende del fino
hilo de la tela de araña de una sentencia
del Tribunal Supremo en Pakistán. Por lo visto, Diario, eso no es violencia de género,
¿o sí lo es? (19:34:23).
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