31 de mayo de 2018. Jueves.
LÉGAMO
Y SOPLO
Instante de vida, en el jardín. Murcia. F: FotVi |
-Por no
morir de inanición, escribo y leo todos los días. La inanición lleva a la
debilidad, y esta, al desfallecimiento corporal y espiritual. Pero de ambos, el
que más me preocupa es el espiritual, pues es como privar de aliento al barro
que me viste, a la arcilla que me cubre. Yo sé que soy légamo y soplo, tierra
de arqueología y espiración, pudrición y libertad nacida de ella. ¿Cómo librarme de su atadura? Con un verso o una palabra, o con ese momento de luz que te hace
escribir en la hoja de papel o en el blanco pavoroso de la pantalla, aquello
que te redime, que te salva. Escribir todos los días, para, durante unos momentos,
dejar de ser barro y convertirte en una pequeña llama del espíritu, que te
alumbre y te libere del martilleo diario de la vulgaridad, de la pesadez de la
ciénaga en que te mueves; rescatarme, pues, Diario, de la pequeña muerte del
espíritu que me acecha como un puma en cada instante de la vida (19:12:55).
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