martes, 4 de septiembre de 2018

4 de septiembre de 2018. Martes.
MESILLA DE NOCHE

Olvidada mesilla de noche, en Murcia. F: FotVi

-Me despierto y miro, y lo primero que veo es el plafón del techo de mi habitación, y, al desperezarme,  doy con el brazo en la mesilla de noche. La mesilla de noche o esa verdad de mi vida, que está ahí callada, solícita, sirviéndome. Y apenas reparo en ella. O el valor de las cosas que usamos sin advertir su presencia. Sobre ella descansan la lámpara que ilumina mi último parpadeo del día, el Libro de las Horas, con el que casi toco a Dios con la palabra (o lo toco), un reloj que alguna vez dice la hora verdadera, un icono de la Virgen, o la Tehotokos (la que porta a Dios), una bendición apostólica del Papa con motivo de mis sesenta años de vida sacerdotal (¡nada menos!), y el crucifijo con el que celebré mi primera misa: aquella inmensa piedad, aquella fiesta de recogimiento y temblor, aquella deslumbrante claridad. Así he descubierto hoy mi mesilla de noche, con devoción de niño, como el que abre un libro, Diario, y aprende la primera letra, quedándole siempre agradecido, y absorto (18:51:36).

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