11 de junio de 2024. Martes.
PURA TEOLOGÍA DE CONTEMPLACIÓN
PURA TEOLOGÍA DE CONTEMPLACIÓN
Sintiendo el mar, junto aun pescador. Las Palmas. Gran Canaria. |
-El mar, como la montaña, es una llamada. Siempre llama el mar; pero ahora con más intensidad, cuando el cielo y sus estrellas descienden hasta confundirse con él. Quien vive junto al mar dispone de dos cielos: el del día, claro, espléndido, limpio o nublado, y el de la noche, identificado con el mar. El cielo mueve estrellas hacia el mar y el mar las recoge y las enciende para alivio de pescadores, y para los que contemplan el mar con devoción de creyentes. Decía Pablo Neruda, el inmenso poeta: «Necesito el mar porque me enseña». Me enseña, Diario, a ver la belleza, y, en su esplendor, la grandeza de Dios. Es un resumen de la teología sin libros y sin escuelas, es pura teología de contemplación; contemplas, ves, te asombras, y crees. Ha vuelto la lluvia. Se nos ha regalado una bendición. Gracias, oh Dios.
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