17 de junio de 2024. Lunes.
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SOÑANDO
-Por ser un día que Dios
me regala para la alabanza y el trabajo, poder soñar, y libre de prejuicios, me
alegra el lunes. Vivo el lunes con la misma intensidad que cualquier otro día
de la semana, con payasos en la cabeza y sorpresas de prestidigitador en las
manos. Vivo el lunes lo mismo que vivo el domingo, el día de los aleluyas: por
la conmemoración de la resurrección del Señor Jesús. El domingo puedo decir: «El
Hijo de Dios vive, aleluya», y hacer bailar a mi mente y a mi corazón, con el
permiso de mis piernas, que intentan unirse al baile y se tuercen como un sauce
hacia el agua del río. Lunes y sigo vivo, lamentándome un poco por los achaques
de la edad, pero haciendo proyectos que me invitan al vuelo: a soñar.
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