26 de junio de 2024. Miércoles.
EL PALACIO DE DIOS
EL PALACIO DE DIOS
-Doy la mano a un pobre
de traje y mirada humillados y saltan las palomas de mi mano: se alegra el día
como un silencio que riera o una gota de agua que creciera hasta hacerse un mar
inmenso. Mejor un saludo así que una bala de cañón o un exabrupto desgraciado.
Un saludo a un pobre me eleva de mi pobreza, me hace rico en respeto y
humanidad. Jesús tocaba a los leprosos y los curaba: dar la mano a un pobre es curarlo
de su complejo de inferioridad. Lo peor no es ser pobre de harapos, sino pobre
de alma; el pobre de harapos, se puede vestir; el pobre de alma no puede vestirse
porque no se ve desnudo, Diario, tanta es su petulancia y cinismo. Como se dice
en la novela Las cenizas de Ángela, de
Frank McCourt, «vuestra mente es un palacio»: el palacio de Dios.
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