24 de junio de 2024. Lunes.
PEQUEÑO MILAGRO
PEQUEÑO MILAGRO
-Miro al cielo, ni una
nube; o en todo caso una muy pequeña como aquella nubecilla que vio Elías, el
profeta, en el horizonte, y por la que, después de siete años de sequía, llegó la lluvia al pueblo sediento. (1 Reyes). Estos días de sol, el mar es el alivio que sueña todo ser
lúcido. Miro el mar y veo el cielo; miro el cielo y veo la formidable inmensidad
de los espacios celestes. Y pienso: «Un poco más allá, debe estar Dios». Y
entonces un niño me coge de la mano y me hace cambiar de criterio: Dios –me
digo– está en la mirada del niño, en su inocencia, y en el más allá, donde las
estrellas pregonan su grandeza. Y en el abrazo del agua, me veo cercado por
Dios, y doy las gracias al niño que, creyendo que era la de su madre, me ha
cogido la mano. Es el pequeño milagro –sonrío al cielo, Diario– del niño y el
mar.
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