16 de febrero de
2016. Martes.
EL
AUSENTE
Florecilla sonora, en Salinas de San Pedro del Pinatar. F: FotVi |
-Sales a pasear (Salinas
de San Pedro) y te encuentras con la ausencia de Dios que habla. Dios es el Ausente,
porque, aun estando, parece no estar. Esta tarde salí a pasear y todo hablaba. Acerqué
el oído, y sentí que el Ausente hablaba en las cosas, en su insistencia en la belleza.
Comparo bellezas, y me quedo con la inmensa florecilla sonora, la que recibe la
última sacudida de luz del sol en su ocaso. Una suave brisa la anima a querer
salir de sí misma y volar, como la mariposa que, en su vuelo, la ciega de
deseo. Pero se sabe florecilla y se resigna a ser, sólo, inmensa florecilla
sonora. ¡Sólo! Habla y se la nota feliz. ¡Sabe hablar! Y se la nota feliz. Y
parece no decir nada: ¡pero dice tanto! En éstas, miro, «y la tarde circular es
ya bahía: / todo está cerca y todo es intocable». (Octavio Paz). Todo es
intocable, como el Ausente, Diario, que, sin embargo, dice (20:35:57).