6 de febrero de 2016. Sábado.
EL ROSTRO DE LA LUZ
Comprender el día, camino de San Blas. Santiago de la Ribera. F: FotVi |
-Rezo y, de pronto, el
rezo se nutre con la belleza sorpresiva del verso de un himno. Advertir que, en
el rezo, el himno es el primer destello que te acerca a la hermosura de la
palabra sin aristas, limpia y trigal, fecunda, altísima, de la alabanza. En
este caso, el himno es un poema -Bello es
el rostro de la luz- de Antonio Gamoneda. Poema que acoge Laudes, y lo hace
rezo de urgencia. «Dame temprano / la potestad de comprender el día», canta el
poeta, refiriéndose a quien él nombra su
Dios. «Dios mío», clama. De este modo toma posesión de Dios (es la misión del
creyente) y, ante la necesidad de comprender
el suceso del día, para amarlo, lo hace
cómplice suyo. Es decir, comprender el día para poseerlo, y así poderlo dar. Porque
es deber nuestro, Diario, dar como don (y en paz), aquello que se nos ha dado
como tal. ¡Don por don! (20:02:51).
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