11 de diciembre de 2016. Domingo.
PREGUNTA
La respuesta, San Juan de la Cruz, en Murcia. F: FotVi |
-Domingo, y Dios en medio de nosotros: él señala
caminos de alegría, dice la Escritura. Porque «fortalece las manos débiles»,
«robustece las rodillas vacilantes», y dice a los «cobardes de corazón: sed
fuertes, no temáis». Las manos, ese suceso con el que se enhebra una aguja o se
dispara un arma, con el que se acaricia o se hiere, o se planta un árbol. Y las
rodillas, la dulce máquina de poder andar, de salir de ti, de irte a otras
partes donde el trabajo o la amistad, o el simple ejercicio de la
contemplación. (En la contemplación se abarca todo lo creado). Fortalecer y
robustecer lo débil y vacilante, lo que duda si estar de pie y doblarse, o caerse
sin poder levantarse. Y lo más arduo: «los cobardes de corazón». A éstos, un
consejo: «Sed fuertes, no temáis». Porque «se despegarán los ojos del ciego,
los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del
mudo cantará». De tal modo, que Juan el Bautista manda a dos de sus discípulos a
preguntar a Jesús si era él el que tenía que venir, y éste les contesta: «Id y
contad a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven (se despegarán los
ojos del ciego)…, los sordos oyen (los oídos del sordo se abrirán)…, y a los
pobres (los cobardes de corazón) se les anuncia la Buena Noticia». Jesús, como
argumento, cita a Isaías, que ocho siglos antes ya había trazado el programa
del Mesías: la liberación de los oprimidos y el rescate de los maltratados por
el destino. Ya entonces anunciaba Isaías: «Y volverán los rescatados del
Señor». Y lo harán con cánticos y sueños: «Vendrán a Sión con cánticos: en
cabeza, alegría perpetua; siguiéndolos, gozo y alegría. Pena y aflicción se
alejarán». Sin selfie, sin fragores, sólo
en procesión de salvados, con salmos en la boca y los pies ligeros; camino, Diario,
de la salvación (19:10:39).