5 de febrero de 2024. Lunes.
DIOS VENCE AL TIEMPO
DIOS VENCE AL TIEMPO
-El sol sigue a lo suyo:
sale y enciende el brasero, calentando el invierno. El anticiclón es el heraldo
del sol: siempre le precede contando sus maravillas. El firmamento, con el sol,
es la obra más bella y sublime de toda la creación. Estrellas, y con éstas el
sol, los planetas, y entre ellos, «la hermana madre tierra», como la llama San Francisco.
Esta madre tan maltratada, sin embargo, por el ser humano. Dios está en todo,
en la luz y en la sombra, en la florecilla del campo y en el alma de los niños,
en el bosón de Higgs –la partícula de Dios –y el inmenso universo. Dice San
Agustín que deberíamos ver la naturaleza como Dios la ve, sintiendo
profundamente tanto su belleza como su debilidad, amando la naturaleza pero sin
aferrarse a ella, pues es algo que tiene que morir. Como el lirio en el campo,
que, tras alabar a Dios con su belleza, muere al atardecer: ha cumplido su
papel, para eso fue creado. Es igual que la alabanza de mi boca a Dios, que la
hago por la mañana y a la tarde la he de repetir. Nuestras cosas son
perdurables, solo Dios es eterno: el tiempo no cuenta para Él. Dios, Diario,
vence al tiempo.