domingo, 29 de junio de 2014

29 de junio de 2014. Domingo.
DE LENGUAJES

Lenguaje, del jardín. F: FotVi

-Si hablas con Dios, nunca digas con qué lenguaje lo has hecho, pues siempre habrá quien diga que ese lenguaje no es posible. O porque Dios no atiende a lenguajes, por carecer de oído. Dios, sin oído, dicen, no puede escuchar. O que nada puede escuchar quien no existe. Eso dicen. Pero yo hablo con Dios. Hablo y me escucha; y sé que me escucha porque sus respuestas son coherentes con lo que yo le digo. Por lo visto he dado con el lenguaje que él entiende y que yo entiendo, aunque a veces parezca no estar. Que ¿qué lenguaje es éste? Si te lo dijera, Diario, contestarías lo que tantos otros me han dicho: o que Dios no atiende a lenguajes, porque carece de oído, o que no hay lenguaje que pueda entender quien no existe. Pero yo digo que le hablo y me escucha: todo consiste en afinar el oído y descifrar los silencios. En el silencio más íntimo y más libre de prejuicios, se oye todo, hasta a quien, siendo invisible, está y responde; y al que yo, por no salirme del tiesto intelectual y más común, llamo Dios. Bueno…, Dios, o El-Que-Oye (20:38:20).

viernes, 27 de junio de 2014


27 de junio de 2014. Viernes.
PAÑUELO EN EL AIRE
 
Pensando el otoño, en el jardín. F: FotVi
 
-Y, por fin, se va Rubalcaba; irse es algo así como dejar una mano o un pañuelo en el aire tratando, al despedirse, de atrapar de algún modo a la melancolía. La melancolía es un adiós que perdura, en el tiempo, en el aire, y en el corazón, a veces. Yo, con Rubalcaba, por no comulgar ni siquiera he comulgado con ruedas de molino; aunque seco y flaco él, continuamente me ha caído gordo; gordura solo intelectual, desde luego, no pasional. En Rubalcaba, en su modo de ser y de actuar, de farfullar palabras y silencios, de estar sin parecer estar, etcétera, siempre se me ha aparecido el reptar de la serpiente. Su vida política ha transitado entre un Maquiavelo venido a menos y un Rasputín venido a más, ambos dialécticos del incordio, pero quizá llenos de buenas intenciones y de sentido práctico de la vida y del Estado. El florentino, por el lado de lo amoral, y el ruso, por el fiasco de la moral trufada de falsedad y mesianismo. El uno diría que el fin justifica los medios y el otro hizo de la fe mágica, execrable por tanto, su modus vivendi profético, que cautivó a damas y a zares. Ayer, tras anunciar su marcha de la política, Rubalcaba fue ovacionado en el Congreso; la ovación llegó de los suyos y de los contrarios, queriendo decir todos quizá (o no) aquello de al que huye, aunque sea amigo, puente de plata. El amigo, porque corre el escalafón; y el contrario, por la nostalgia tal vez de lo que fue y ya no será. En el pasar de uno, se conjuga el verbo pasar de todos: paso, pasas…, pasamos… O el drama del irse; se va el mar, se suele decir, en la marea baja; o se va el tiempo, que nunca echa la vista atrás. Nada retorna, salvo la página de un libro si se vuelve a leer. ¡Es hermoso verificar que sólo vuelven los libros, si se regresa a su lectura! Pero no hay bibliotecas del tiempo, y es posible que no retorne justamente por esta razón. Se va Rubalcaba y me apena: su ida (o huida: es claro que el fracaso lo ha acompañado en política) es reflejo de que todo se mueve hacia su ocaso; es decir, la realeza, la potestad, la fama, la influencia, lo joven, lo inverosímil, lo cierto, la angustia, lo alegre, el éxito…; «la opacidad crepuscular lo borra / todo: sol, ilusiones, rosas, ángelus». En estos versos, Diario, Juan Ramón Jiménez se reviste de melancolía, y avisa de que, tras el día, siempre llega la noche, donde habitan las dudas, y los monstruos (20:11:58).

jueves, 26 de junio de 2014


26 de junio de 2014. Jueves.
EL POEMA DE LO USUAL
 
Objeto de felicidad, en el jardín. F: FotVi
 
-Me hace feliz una cosa tan sencilla como oír el canto de un pájaro y ver mecerse a la vez la ropa en la soga donde la he tendido tras sacarla de la lavadora. Canto del pájaro, ropa lavada, dos guiños de lo bello, sin estridencias, como versos sueltos del poema de lo usual. O el gran poema del día a día. Canto del pájaro y ropa mecida no son un concierto, pero sí son música. Desde niño me ha gustado la música del agua en la fuente o la del grillo en la noche; el grillo y la fuente, tan distintos y sin embargo tan familiarmente musicales. La fuente hace música en vertical, sube ésta y se desliza luego por el mismo chorro de música por el que subió, y así canta; el grillo, por el contrario, desparrama su música como esparciendo vidrios rotos, con el cuidado de no cortar a la Luna ni cortarse él a sí mismo. El grillo es así: hace música de lija y se regocija en ello, aunque moleste a veces. Y es que ser feliz cuesta poco: consiste en desear serlo a pesar de todo. No es fácil; pero nada hay fácil en la vida. Un romántico (Thomas Chalmers, escocés) decía que la dicha de la vida consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar. Se nota que además de romántico el tal Thomas era teólogo, es decir, moralista; pedía demasiadas cosas para ser feliz. A mí me basta con lo último que pide: tener algo que esperar. Y algo que celebrar, añadiría yo, como oír el canto del pájaro, Diario, y contemplar (¡asombro!) el mecerse de la ropa tendida en la soga; estas dos músicas me sirven como felicidad, a pesar de los silencios ya de mi vejez (20:49:51).

martes, 24 de junio de 2014

24 de junio de 2014. Martes.
COGIENDO MOSCAS

Luz, a pesar de las sombras, en el jardín. F: FotVi

-Esta vez me ha gustado España, porque ha perdido. En fútbol. Y ha sabido perder. En Cuba, se perdió más. Han perdido en fútbol los mismos que ganaron en fútbol, todo. En el deporte, como en los juegos de azar (y aun en el del amor, quizá), se gana y se pierde. Una esfera que vuela (el balón), sin órbita y sin otra ley que la de la gravedad, puede caer en cualquier sitio: hasta dentro de una portería, en la que un portero, teniendo intención de hacerse con el bolón, acabe cogiendo moscas. Ase las moscas y permite que la esfera traspase la línea de gol. ¡Y tragedia! Quien era «San» se convierte en «Sin», y el botarate de turno lo puede calificar de «acabado» e instarle a irse a su casa ya. Siempre será un periodista y la calle los que espumeen estos excesos por la boca. La calle es ola que se mueve al impulso de según vengan los vientos; el periodista, sin embargo, debiera ser más conspicuo y no hacer de búmeran, pues pudiera el órdago encabritado volverse contra él. Hay periodistas que pecan por exceso de estulticia, y evacuan estulticia cuando escriben o cuando hablan. Uno, hasta parece escupir huesos de cerezas cuando arenga, es catalán, y excreta desde el Lado Oscuro de la Tres, la Sexta, intentando ponerlo todo patas arriba. Vende más. Sus corifeos gritan y gritan, y, lo bueno, es que no se les entiende nada. Que sigan gritando, yo, entretanto, felicito a la Selección de Fútbol de España (nada de « Roja»), no por perder, sino porque, después de habernos dado tanto, Diario, ha sabido perder (20:33:42)

lunes, 23 de junio de 2014


23 de junio de 2014. Lunes.
DON QUE LLEGA
 
Don de vida, y muerte, en el jardín. F: FotVi
 
-La muerte, diría yo, es un don que llega; don envuelto en tragedia, desde luego, pero don. Para el creyente, se muere una vez y se vive siempre. Para el que sólo cree lo que toca (o con la razón o con los dedos, como aquel Tomás del evangelio), se vive una vez y se muere siempre. El creyente no dice ha muerto un amigo; sino, se ha dormido un amigo. De la dormición, incluidos sus sueños, se despierta; pero de la muerte, una vez alcanzada, y como del infierno de Dante, no se retorna; una vez que se llega a ella, se «abandona toda esperanza». Yo prefiero la dormición a la muerte. Ayer, en Pliego, falleció un amigo. (¿Puedo decir, sin embargo, y sin que parezca pedantería: ayer, en Pliego, se durmió un amigo?) Pues lo digo: Ayer, en Pliego, se durmió un amigo; y, además, como creyente que era, y soy, añado que se durmió en el Señor. Él, que era un señor, se durmió en el Señor; y dormido, para despertar. Llegado yo a Pliego con 23 años, él, Enrique, me ayudó a crecer como persona y como cura, ya que, debido a la edad, me creía llamado a conquistar el mundo y ponerlo en el ámbito de Dios, sin bálsamos ni componendas, a lo profeta coraje. Yo pretendía conquistar y él me apaciguaba: siempre las conquistas, me venía a decir, son más lentas que los sueños; pero no está de más soñar para que alguno de estos sueños llegue a buen fin. Él me ayudó en cualquier actividad que hilaba con sueños, y que a veces salían y que eran impulso para poner en marcha otras nuevas tareas. En aquel tiempo, finales de los 50 y principio de los 60, montamos una emisora (Onda Azul, Radio Juventud de Pliego), se hizo teatro, hubo juventud que rezaba, en la Acción Católica surgían proyectos que luego eran vida para la Parroquia, y Enrique, mi amigo, intervenía en todo ilusionado. Ahora, desde ayer, descansa en el Señor. Toda vida, aun la más longeva, acaba por parecernos corta, porque acaba. «Todo hombre pasa como una sombra», señala el salmista; pasa el hombre, pero no sus obras. Y de Enrique, Diario, quedan sus obras; y, como obra suya, hasta la letra del himno de Pliego queda, pues además de buena persona era poeta. Descanse en paz (21:37:58).

domingo, 22 de junio de 2014


22 de junio de 2014. Domingo.
UN BANQUETE
 
Para la mesa del pobre, en el Monumento de San Blas. F: FotVi
 
-Se quedó en el pan y en el vino, lo común y necesario en la mesa del pobre. Se quedó con el pobre («Bienaventurados los pobres», dijo una vez) y se hizo su comida. Hoy, día del Corpus Christi, celebramos que Jesús, antes de la cruz, se despidiera de los suyos, dejándoles como sacramento un banquete; un banquete tan frugal, que, al ir a comerlo, cabe en una mano y en un sorbo. Una miga de pan y una pequeña succión de vino, y el banquete está consumado. La calidad del alimento es espiritual, toca al alma y a la vida de Dios en ésta. Es el alimento que endiosa; pues dijo Jesús, que el que comiera su carne y bebiera su sangre tendría vida eterna, por habitar él en el que lo come. Y es que, mientras celebraban la Pascua, Jesús tomó el pan y dijo a los suyos: «Tomad, esto es mi cuerpo»; y, a continuación, cogiendo la copa del vino, siguió: «Ésta es mi sangre…» Y comieron y bebieron y por vez primera comieron y bebieron a Cristo. Y añadió: «Haced esto en memoria mía». Y aquí seguimos: haciendo que el pan y el vino llenen de vida eterna la mesa del pobre y, de presencia de Dios, los sagrarios de la tierra. Esta fiesta nació en Lieja, siglo XIII, y fue un papa, Clemente V, el que la hizo universal. No hay ciudad ni pueblo, católicos, que no celebren esta fiesta, que, por sus connotaciones populares, Diario, Gabriel Miró llamaría fiesta «infantil y agraria», y fiesta que «predispone a la felicidad», entonces, cuando él la vivió, año 1925 (20:50:46).

viernes, 20 de junio de 2014


20 de junio de 2014. Viernes.
PALABRA DE ORÁCULO
 
Párpado que se cierra, en el jardín. F: FotVi
 
-España, en lo que concierne al deporte fútbol, ha caído sin gloria, pero tampoco humillada. En el deporte, si se ha hecho todo lo que se sabe y se puede, aunque sin el resultado del éxito, no puede haber humillación. Lo que ahora ha sido vencido, ha triunfado en muchas otras ocasiones, y volverá a triunfar, palabra de oráculo. En el deporte, como en la vida, hay ciclos; y todo ciclo nace, tiene su fiesta granada, y un otoño, que precede al invierno. Pero un paso más allá del invierno, de sus abismos de frío y dormición, de sus pausas y perezas íntimas, irrumpe, rompe brote y tallo la primavera, brote y tallo que dan paso de nuevo a la gloria del fruto. En el renacer (que no resurrección) de la naturaleza, todo es color y belleza carnales, armonía y expresión, lujo. El invierno es un párpado que se cierra; la primavera, una visión clara y luminosa que se abre. Ayer, en (o con) el nuevo rey Felipe VI, pareció (no creo sea una efímera ilusión), pareció querer renacer España; ayer se movió la primavera política y democrática, para sacar de su letargo invernal (institucional y social) a España. España, que invernó en el deporte fútbol en Maracaná (Brasil), volverá en breve (eso creo y espero) al fruto de sus éxitos recientes. Siempre hay una España que muere (1898, 1936…) y, como el fuego de una brasa en las cenizas, otra que renace (1978…) Se aviva el rescoldo y bulle el fuego, se embravecen las llamas. Hay hogar. Los que sucumbieron en Maracaná, y que tantas alegrías nos dieron durante años, volverán otra vez, envueltos en nuevos impulsos y motivaciones, a la miel de los antiguos triunfos: es lo  que creo y espero. Lo mismo esta España mía, esta España nuestra, mi querida España, que, como cantara Cecilia, aquella muchacha de la guitarra y una melena de noche negra y suelta, Diario, acabarán despertando versos de poetas; de momento, sus versos (19:48:55).

jueves, 19 de junio de 2014


 
19 de junio de 2014. Jueves.
VISTO Y OÍDO
 
Verde que te quiero verde, esperanza, en el jardín. F: FotVi
 
-Vivir la historia es leerla dos veces, ha comentado el sabio. Hoy, los que hemos asistido a la proclamación de Felipe VI como rey (en la calle o en la tele), leeremos la historia dos veces; una, la que hemos vivido en directo; otra, la que nos cuenten. Hoy he sentido pasar la historia ante mis ojos, la historia que luego leeré en los libros. La historia que yo he vivido ha sido emocionante, y, aunque hecha con énfasis, manifestada sin embargo con sencillez, y muy de cara al pueblo, al que, con todo, a veces, se humilla y engaña. El pueblo ha salido a la calle para ver a su rey, rey renovado para un tiempo inquietante y nuevo, para un tiempo de aves de mal agüero y zancadillas, y también de horizontes con luz y sueños. Grandes aplausos en el congreso, donde está sintetizada, dicen, la soberanía del pueblo; grandes aplausos, menos los de aquellos que ponen trabas a las ruedas de la convivencia y de la historia. Me gusta la libertad, pero respetuosa consigo misma. Yo no aplaudo sólo porque aplaudan; pero me gusta darme razones y me pregunto por qué no hago lo que hace la mayoría. ¿Soy más libre, más listo, o más tonto si me salgo del guion? Y me doy respuestas sin complejos. Un mandatario de un pueblo no se representa a sí mismo, nunca, sino al pueblo todo al que encarna, también a la parte de pueblo que no piensa como él y que puede sentirse abochornada por lo que ve y oye de su representante. Se puede ser todo, hasta nacionalista, pero también educado. Yo esta mañana he aplaudido, porque espero: me revolaba la esperanza en el deseo. Siempre me ha enseñado caminos nuevos la esperanza. Y, cuando me cuenten la historia que yo he vivido hoy, diario, sólo me creeré lo que se parezca a lo que yo he visto y oído (20:29:25).
 

miércoles, 18 de junio de 2014


18 de junio de 2014. Miércoles.
UNA HISTORIA AZUL
 
Ojo azul, en Las Canteras, Las Palmas de G. Canaria. F: FotVi
-Ayer, por fin, llovió, en unos lugares abundantemente (en Molina, por ejemplo, que por poco pierde el apellido «de Segura», ido éste por los colectores de sus calles saturadas, tanta fue el agua caída) y con granizada, y en otros, apenas un rociado. Aunque se sea laico, la lluvia siempre es un bien a bendecir: como el bien de que amanezca o haya noche, o que las abejas y otros insectos polinicen las plantas, para alargar así la vida de las especies en este pedrusco llamado Tierra, que, por lo que dicen, vive de casualidad. Son tantas las aberraciones que se han cometido contra la madre Tierra, que asombra verla todavía en pie: abuela mayor ya, pero de buen ver aún, sobre todo desde el espacio, que se ve con atuendo de hada azul, casi de tul angelical. Aquí, en el sitio de mi soledad, llovió gotas; tan pocas que no sé si me alcanzó alguna al salir de casa y mirar al cielo. Una me alcanzó, sí: cayó y me llenó el ojo, creí llorar. ¡Pero qué hermosa es la lluvia, tiene todas las formas de los sueños, aunque éstos sean sueños menores! Y para sueños, los de hoy: formal y legalmente abdica un Rey (Juan Carlos I) y deja paso a otro: Felipe VI. Un sueño de sangre azul, hecho realidad. Uno de sangre azul da paso a otro de sangre azul; pero lo que importa es que lo hacen en paz (aparentemente) azul. En realidad hoy hemos vivido una historia azul, que ya ha entrado como un capítulo más en la otra Historia Grande, que, sin embargo, es multicolor. Pero en ese cuadro expresionista que es la Historia Grande, de colores arracimados y trágicos, broncos, el color que prevalece es el rojo; es decir, la guerra, el terror, con la muerte siempre de lacayo. Que el color azul (no político, sino celeste), Diario, nos siga regalando una convivencia en paz, fruto de la justicia y el derecho, en libertad e igualdad, y fraternidad (20:46:34).

martes, 17 de junio de 2014


17 de junio de 2014. Martes.
EL POETA CREYENTE
 
Paz, en el jardín. F: FotVi
 
-Se me ha hecho la boca agua cuando esta mañana, en Laudes, y en el salmo 84, he leído como actitud y alabanza del poeta creyente: «La misericordia y la fidelidad se encuentran», que halla esta otra traducción en la Biblia de Jerusalén: «Amor y Verdad se dan cita». Y sigue el salmo: «La justicia y la paz se besan», para decirse en la Biblia de Jerusalén: «Justicia y Paz se abrazan». Para en una nota añadir la de Jerusalén: «Los atributos divinos personificados vienen a instaurar el reino de Dios en la tierra». Qué bella descripción de Dios y de su papel en el mundo de los hombres. Dios es Amor (Misericordia) y es Verdad (Fidelidad), y en el Amor y en la Fidelidad se hace presencia en la tierra, o en el terruño y la vivienda de los hombres. Luego dirá San juan: «Y la Palabra se hizo carne y acampó -puso su morada- entre nosotros». Dios hecho carne, encarnado; es decir, hecho inteligencia, voluntad, sentimientos, y, en la opacidad de su divinidad que era la carne, se hizo uno más entre los hombres. Él, Amor y Verdad, comunicó Amor y Verdad para que la Justicia y la Paz se abrazaran en un beso entrañable. Y han de ser beso, comunión de boca a boca, porque sin Justicia no puede haber Paz, y sin Paz no puede haber Justicia. Abrazo y beso, pues, de matrimonio. Luego sigue el salmo: «La Verdad brotará de la tierra, y de los cielos se asomará la Justicia». El brote de la Verdad en la tierra: el Mesías, el Cristo; y de los cielos se asomará la Justicia, o el Amor de Dios. Dios, Diario, es Amor, el principio de toda Justicia, y ésta campo florido de toda paz (21:49:39).

lunes, 16 de junio de 2014


16 de junio de 2014. Lunes.
CASTILLO DE NAIPES
 
Pendiente de un hilo, en el jardín. F: FotVi
 
-Ayer, sucedieron dos cosas; una, que fue domingo (Perogrullo) y dos, que hubo viento más bien fresquito de levante (casual). O lo que es lo mismo: ayer el termómetro, el que mide las fiebres y los fríos, se tomó un respiro en evaluar calenturas, y se puso de perfil primaveral: lo suyo, hasta el 40 de mayo, fecha en la que se nos aconseja no prescindir del sayo, por aquello del desabrigo y los resfriados inoportunos. En los últimos días, sin embargo, parece que hemos entrado en resfriados ideológico-institucionales y deportivos. Se cuestiona el modelo de Estado y pierde La Roja; o sea, el castillo de naipes parece desmoronarse. ¿O no es un castillo de naipes quizá esto que llamamos España? Yo me pregunto por qué siempre estamos en el mismo sitio: avanzar y retroceder es nuestro destino, por lo que nunca adelantamos. Destino que nos imponen, pero que nosotros consentimos. Somos un país que siempre vive en la perplejidad de la duda; pero en una duda destructiva, no enriquecedora. La duda, que es el andamiaje de la fe, a nosotros, sin embargo, nos destruye; vivir constantemente en la duda es como hacerlo en arenas movedizas, hasta que nos traga el hervidero pantanoso. Yo no oculto mis miedos: no por mí que ya voy de capa caída, sino por lo que viene. Pienso en la niñez de ahora, ¿qué será de ella pasado mañana, o, por qué no, mañana mismo? Me debato en la duda, Diario, como la España en la que, no obstante, aún nos dejan soñar; o sea, nos dejan vivir en libertad: con el de la vida, el gran logro de la democracia, que algunos guillotinarían sin más, para instaurar no se sabe que revolución o pira de muerte (21:08:33).

sábado, 14 de junio de 2014


14 de junio de 2014. Sábado.
DESGRACIA
 
Cinco, en el jardín. F: FotVi
 
-Siempre hay una vez, y esta llega cuando menos se espera. Es el signo de la vida, y de la muerte: España 1; Holanda 5; es decir, a punto de conseguir Holanda un set demoledor contra España: 6-1. Desgracia, desde luego, pero sólo deportiva. Ya que todas las desgracias fueran como ésta…Y esta mañana: tristeza en el pueblo; prensa con locos titulares como de revancha (contra Casillas, les han pisado el callo del negocio); y políticos sin circo. Como pueblo, ya no podemos decir aquello de «dame pan y dime tonto». Un político sin circo que ofrecer, es la mitad (o menos) de político. Para el engañabobos institucionalizado del «todos con la Roja» (la Roja, ayer blanca, como una cándida paloma), sin España, sin la Roja, el Mundial será menos Mundial, y habrá menos caja. Que aquí, la caja es lo que importa. Aunque los de la caja, Diario, podrían muy bien decir lo de Voltaire: «Debo amar a mi patria -a la Roja- aunque me trate injustamente». Pues, eso (20:33:08)

viernes, 13 de junio de 2014


13 de junio de 2014. Viernes.
UN VÓMITO DE ROBOS
 
Al acecho, para el robo, en el jardín. F: FotVi
 
-En un ambiente de latrocinio, de rapiña, de atraco, en el mundo mundial, todo puede ser objeto de hurto, también un partido de fútbol. Ayer, un árbitro japonés (podía haber sido de Jerezal de Abajo), con la autoridad que le da un pito, regaló a Brasil un partido que tenía muy difícil, si no perdido, contra Croacia. Se está jugando un Campeonato del Mundo de fútbol en Brasil, lugar de la samba y de Pelé, y por lo que se vislumbra, y dadas las circunstancias, parece que lo ganará Brasil, anfitrión y testaferro del evento. Sin embargo, este robo es una pálida imagen de tantos otros robos como cada día se dan en el mundo. El mundo es un vómito de robos, empezando por el robo de la dignidad de las personas y aun el de las cosas. ¡Las cosas! «¡Qué de amor no he sentido yo por las cosas!», exclamaba Rilke (Rainer María, poeta) ante lo sencillo y cotidiano, ante las cosas más humildes, con un tono de elevación espiritual inusitada y conmovedora. «Las noches en que todas las cosas son plata», dice en otra ocasión; que es como señalar que en las cosas más naturales, en lo pequeño, en lo que no aparenta por carecer de apariencia, en lo disimulado del mundo, se encumbra la luz de la Luna, luz hecha de cendales y mercurios, de libélulas de agua, como mojadas. Vistiendo a las cosas, la plata de la Luna es más plata, más metal de nobleza, más metal sabiduría, parece querer decir el poeta. Pero lo más triste es el robo que se perpetra a cada instante en la dignidad de las personas: libertades, hambrunas, riqueza en mano de unos pocos y más número de pobres, desplazados, lacras, miseria, guerras inútiles, siempre las guerras son inútiles, incluso para los que las provocan, porque al final, ellos también mueren guerreando con el asco de sí mismos. Sólo un robo considero digno y festivo: el del Lazarillo al ciego, el de Tormes, por lo oscuro de la conciencia del ciego y la ruindad de cosa rota que de él emana; en sus ojos huecos, el ciego, Diario, destila mala leche, y cólera por todo (20:22:02).

jueves, 12 de junio de 2014


12 de junio de 2014. Jueves.
NADIE IMPRESCINDIBLE
 
Gota de lluvia, en el jardín. F: FotVi
 
-Siempre hay un rey que suple a otro rey, siempre hay alguien que suple a alguien; es decir, no hay nadie imprescindible. Digo «nadie» y no «nada», pues hay algunas cosas que pudieran entrar dentro del concepto nada, y que sí son imprescindibles, como el aire que respiramos o el agua que humedece la vida. Una moneda que perdamos, no es imprescindible; pero sí lo es una última gota de agua derramada en el desierto. Recuerdo un cuento que dice que a Dios, en una ocasión, no le quedaba más que una gota de agua con que aliviar la sed del mundo, mundo en el que aún se mantenían con vida una persona y un árbol. ¿A quién doy el agua?, cuentan que dudó Dios. Si la doy al hombre, se dijo, beberá él y se acabó todo; porque, a poco, sin agua, morirá el hombre y el árbol con él. Pero si la doy al árbol, morirá el hombre y vivirá el árbol, que crecerá y llamará a la lluvia, y ésta a su vez a la vida, y la vida hará, sin duda, que surja de nuevo otro hombre. El árbol no es nadie, es nada; pero vale más que nadie, aunque no tenga alma inmortal como el hombre, que diría Platón, el filósofo. Sin nada, sin cosas, no habría nadie. Entre nadie y nada existe la diferencia de ser persona o cosa; por eso he dicho no hay «nadie imprescindible» y no «nada» imprescindible. De nadie se puede prescindir; pero no de nada, si nada es la cosa agua, como se ha dicho. Hay cosas, pues, que sí son imprescindibles, como el aire, el agua, el amor, quizá. En este caso, el rey Juan Carlos I, que entra dentro del concepto «nadie» (no porque sea nada, sino porque es alguien), no es imprescindible, como se ha visto; y por eso lo suple otro alguien con nombre y número de rey, que es Felipe VI, y que dentro de un tiempo tampoco será imprescindible. Ya antes hubo un Felipe V, llamado el Animoso, que también abdicó; aunque, por la muerte prematura de su hijo Luis I, volvió al trono en el que pereció que iba a eternizarse; hasta que lo apandó la muerte (que diría un mexicano), y lo obligó a la última y definitiva abdicación. Ayer, en las Cortes, se hizo una representación tragicómica que dio por resultado la aceptación de la abdicación del rey; y digo tragicómica, por variopinta, ilógica y desternillante. Iba a añadir esperpéntica, pero ya lo dijo Vallé Inclán, y no hay razón para insistir sobre lo mismo. En las Cortes hay de todo; hay voces (voces vascas, algunas) que adulan el asesinato como si fuera una virtud o acto de heroísmo, y hay voces que lo reprueban, como es de lógica. Los hay que se quieren ir y los que prefieren quedarse; y todos (o casi) mal hablan del vecino, si el vecino es de distinto pensar y balar. En todo caso, Diario, ayer en las Cortes, según guion y con normalidad (democrática), se parlamentó y se confirmó la abdicación de un rey para dar paso a otro; hubo, pues, palabras, algunas resbaladizas y cortantes como navajas, pero nunca hicieron que llegara la sangre verbal al río: el río revuelto de nuestra política, tan cansina, por otro lado, a veces (19:44:40).

martes, 10 de junio de 2014


10 de junio de 2014. Martes.
SI VIS PACEM…
 
Paz, en el jardín. F: FotVi
 
-Se ha venido diciendo, siempre desde un modo hipócrita y tramposo de ver la paz, esta frase guerrera: «Si vis pacem, para bellum». O sea: «Si deseas la paz, prepara la guerra». Sería como decir: «Si buscas que te guste la lectura, quema libros». Quemar libros, para despertar el amor a los libros, por compasión o misericordia del libro abrasado, quizá. Al ir a quemar el libro, como el que va a herir un pájaro en el cuello, se siente piedad, y, a causa de tal piedad, amor por el libro al fin. ¡Qué desahogo y qué mentira! Con guerra preparada no puede haber otra cosa que guerra declarada, nunca paz; o, en todo caso, una paz condicionada y asustada, paz en espera de guerra. O una guerra fría, sin fuego y sin ciudades taladas, sin llanto, pero sin paz también. Como dice Elena Poniatowska en uno de sus cuentos irreverentes, pero líricos a más no poder (El volcán y su volcana), «la quietud de mi compañera, más que inspirar paz, era presagio de guerra». Si, para que haya paz, se prepara la guerra, la quietud puede derivar en inquietud, y ésta concluir en tragedia. En un polvorín solo basta una chispa para que todo salte por los aires, como un gigante que de dormido pasa a desperezarse y es como si estallaran sus miembros y se hicieran entonces el viento y el trueno, y el cuchillo en zigzag del relámpago, y el rayo. Para que haya paz, hay que preparar la paz; y, para que dure, también el corazón donde reside. La paz nace en el corazón, en sus deseos, y luego va por todos los conductos del cuerpo hasta expresarse en los ojos, en la boca, en las manos, hasta el abrazo final, o la sonrisa cómplice final. El domingo día 8, tres líderes mundiales (el papa Francisco, el israelí Shimon Peres, y el palestino Mahmud Abas) deseaban la paz, y, dejando de lado preparar la guerra, se dedicaron a ponerle raíces nuevas (o novedosas) al olivo de la paz. Y, en silencio, como hacen las raíces, y cada cual en el lenguaje de su fe, como hacen las raíces, rezaron. Si deseas la paz, prepara la paz, se dijeron, y rezaron. Antes el papa Francisco había escrito en Twitter (ese mundo de todos los «corre, ve y dile», buenos y malos): «La oración lo puede todo». Desde ahora, Diario, tal vez haya que decir: «Si vis pacem, para pacem», prepara la paz, en la oración. Quién sabe… (20:52:17).

lunes, 9 de junio de 2014


9 de junio de 2014. Lunes.
FIESTA DE LA PALABRA
 
Distintas (y hablan todas el mismo lenguaje, el de la belleza), en el jardín. F: FotVi
 
-Ayer celebré (celebramos los creyentes) la fiesta de Pentecostés, o la fiesta de la palabra. En Pentecostés, y en el mes de Siván, o de la recolección de la cosecha para los hebreos, y en Jerusalén, se oyó hablar todas las lenguas. Quizá por vez primera y única. De pronto, en la plaza pública, como un bramar de ríos, ocurría una eclosión de lenguas, que, al oírse, se entendían y no creaban confusión. En el tiempo de los principios, ya hubo una confusión de lenguas, la de Babel, cuando el hombre, inflado de jactancia y sumido en una cierta infantilidad insensata, quiso hacer una torre que fuera signo de su poder, un rascacielos que rascara estrellas y le hiciera sombra a la divinidad, torre que no remató; la confusión de las lenguas le impidió el conocimiento de la albañilería y la colocación idónea del ladrillo, y se les desniveló la plomada, se les cayó el edificio, por falta de comunicación. Sin embargo, en el día de Pentecostés, ocurrió lo contario: se unió el Espíritu de las lenguas y fueron éstas lenguas de entendimiento, de acercamiento de la verdad. Primero, tras la muerte y resurrección de Jesús, hubo los silencios de los discípulos. Los silencios del miedo. Luego, llegado el Espíritu Santo, o la inspiración de Dios, la Palabra habló por boca de los apóstoles y se la escuchó y se la entendió. A causa de la fiesta y el mercado de los cereales, en Jerusalén había (cito a Gabriel Miró en su libro Glosas de Sigüenza), había descendientes de los tres hijos de Noé: de Sem: elamitas, mesopotámicos, lidios, árabes…; de Cam: egipcios, cireneos, cananeos o fenicios, habitantes del Cáucaso…; de Jafet: romanos, cretenses, medos, griegos, partos, frigios…; y cada uno, decían, «los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua» (Hch 2, 11). El día de Pentecostés, pues, el fuego y el aliento del Espíritu, hicieron posible que todas las lenguas, con palabras distintas, sonaran, sin embargo, con el mismo significado. Todas hablaban de las «maravillas de Dios» y se entendía; y, de entre estas maravillas, Diario, la más preciada: la paz; y el entenderse, o la paz, los llenó a todos de alegría (20:52:43).

sábado, 7 de junio de 2014


7 de junio de 2014. Sábado.
SURTIDOR
 
Surtidor, en el jardín. F: FotVi
 
-Se creyó fuente y se hizo surtidor, chorro, escala de luz, pero sin ruido de agua; fue caño sin habla, Diario, pero con la belleza de los silencios del alma que gritan en el poema, a veces (20:58:48).

viernes, 6 de junio de 2014


6 de junio de 2014. Viernes.
LO FUGAZ FOTOGRAFIADO
 
Belleza, a punto de volar y caerse, en el jardín. F: FotVi
 
-Fotografiar es un modo de perpetuar hasta lo que es efímero, me he dicho yo hoy, que, por vocación de detener el tiempo, últimamente fotografío la fugacidad. En lo fugaz fotografiado, pongo puertas al tiempo y lo paro. Tengo, como fotógrafo aficionado, ese poder. El mismo poder, casi, que me da la palabra; en la palabra, soy libre; hermosa conclusión contra toda cadena, me digo; y en la fotografía, hago instante el tiempo; instante, sin embargo, eterno. Fotografiar un palacio, un templo, incluso unas ruinas como el Partenón de Atenas, es perpetuar lo que de por sí es estable; pero hacerlo con la hilacha de una nube o el simple romper de una botón de flor en la planta, es elevar lo humilde a la categoría de lo que va más allá del tiempo y lo supera. Exaltar, pues, en la fotografía (como en la palabra) lo humilde, es un modo de remediar en estos tiempos tan revueltos la excitación de la vanidad o el fraude del grito. La fotografía acalla el bramido y exalta la grandeza interior de lo sencillo. Vender nubes, como hacía la niña de Elena Poniatowska en el cuento La vendedora de nubes, o fotografiar una hoja a punto de irse del árbol, de volar y caerse, es (creo) más digno y bello, Diario, que cualquier «viva» o «muera» estentóreos y bélicos (20:56:09).

jueves, 5 de junio de 2014


5 de junio de 2014. Jueves.
ABDICACIÓN
 
Sólo chamuscadas las hojas, no el meollo, en el jardín. f: FotVi
 
-Al sentirme mordido por un mosquito esta madrugada (6:30 horas), despierto y doy gracias a Dios por no ser ni rey ni papa, y sí por ser simplemente persona que ama y siente el dolor, y busca al mosquito para decirle que eso no se hace, decirle y hacerle algo más. (Tú aplastas un mosquito y queda una manchita roja en la pared, que es tu sangre allí estrellada, una gota de ti, y que probablemente aún late). Es decir, ser persona, pero simplemente persona, sin tener que revestirme de otra cosa. ¡Qué hermoso no ser nada, salvo el hecho de ser persona y tener una familia, y soñar (o tener ojos que miren más allá de donde estás), y arder (en el amor), y que las cosas nunca te parezcan tuyas, sino prestadas, y poder así compartirlas, y tener la sensación de que todo en tu derredor es un poco mejor que tú, para saber valorar todo, y que nada, aun lo de menos relumbre, entres en tentación de despreciarlo…!, me digo, y dejo de buscar al mosquito, que hace lo que sus genes le han enseñado que haga, morder y causar ardores cutáneos, y escapar. Como el tigre, pero en otra dimensión, infinitesimal y apenas trágica esta, sólo molestosa. Ser papa o rey lleva consigo lo de abdicar, que suena a drama; de ser persona, sin embargo, nunca se abdica. Nunca abdicaré de desear ser libre, o bondadoso, o ciudadano del mundo, y sin barreras ni ideológicas ni religiosas, que me pudieran impedir ser libro abierto al que todos puedan acceder y leer, escuchando lo que dice, y haciéndolo luego biblioteca (o remanso del saber) en su corazón. Como diría Ortega, en la peripecia de ser persona se es y se está, y en ella se hacen el existir y algunas otras cosas que quedan o en libros, si eres escritor, o en los recuerdos  del alma, si eres simple y hermosamente persona normal; es decir, nada menos que persona con la vida y el saber de cada día, normal. De tal modo que, a lo largo del tiempo, del saber de la primera persona se fue haciendo montaña la sabiduría de las otras personas que le siguieron, hasta ahora, como una magnífica torre que llega hasta las estrellas. Y, arañando allí, sobre la cima de esa torre de sabiduría, entre dudas, se busca también a Dios, a quien hasta en la razón se encuentra a veces; y siempre en la fe, pero si es fe (o don) y no voluntarismo. Yo me imagino a la persona humana como un libro, que, incendiado, nunca es posible quemarlo del todo; queda chamuscado por fuera, pero no el meollo, el lomo que une las hojas; sólo si se deshoja, si se desvalija hoja por hoja, se puede quemar un libro. Pues igual la persona humana, mientras haya alma y voluntad de ser, unidas, la persona será indestructible. ¡Qué alivio esta mañana, Diario, despertar y ver que no era ni papa ni rey, sólo persona humana, de la que nunca ni puedo ni debo abdicar! ¡Alivio! (19:51:41).

martes, 3 de junio de 2014


3 de junio de 2014. Martes.
LA MIEL DE MI RESPUESTA
 
¿Medusa o flor?, en el jardín. F: FotVi
 
-Esta mañana salgo y me preguntan en la calle: «¿Monarquía o República?» A bocajarro, como una pequeña bofetada de aliento agitado, palpitante, en la cara, y con saliva. Convertida en saliva, en un ojo me da la Monarquía; en el otro, la República. Me limpio discretamente de una y de otra. De la expresión del interrogador deduzco que espera que conteste República; pero hago como que dudo. Hacer como que se duda es bueno, si sabes lo que quieres decir. La duda hace que el que inquiere pierda la verticalidad y haga de torre de Pisa, pasando de apoyarse en el pie izquierdo al derecho, nerviosa e indistintamente. Tu duda le hace dudar a él. «¿Monarquía o República?», insiste. Me cojo la barbilla, bajo los ojos, hago como que pienso; en realidad, me estoy divirtiendo, pensando. Dentro de la duda, ahora soy yo el que pregunta: «¿Monarquía o República, dice?» Levanto los ojos y veo que se ha marchado con el micrófono a otra parte. Con el micrófono arrastra el cable y al esclavo de la cámara. No ha querido oír lo que le iba a decir. Preguntan sin pensar y no saben esperar a que el interrogado piense. «¿Monarquía o República?» Y recordando a Unamuno (él había dicho: «Todo acto de bondad es una demostración de poderío»), iba yo a contestar: «En Monarquía o República, personas buenas y sabias, chaval»; pero ha huido, Diario; no ha querido escuchar, y así me he quedado con la miel de mi respuesta en la boca (20:01:40).