29 de junio de 2014. Domingo.
DE LENGUAJES
Lenguaje, del jardín. F: FotVi |
-Si hablas con Dios, nunca digas con qué lenguaje lo has hecho, pues siempre
habrá quien diga que ese lenguaje no es posible. O porque Dios no atiende a lenguajes,
por carecer de oído. Dios, sin oído, dicen, no puede escuchar. O que nada puede
escuchar quien no existe. Eso dicen. Pero yo hablo con Dios. Hablo y me
escucha; y sé que me escucha porque sus respuestas son coherentes con lo que yo
le digo. Por lo visto he dado con el lenguaje que él entiende y que yo
entiendo, aunque a veces parezca no estar. Que ¿qué lenguaje es éste? Si te lo
dijera, Diario, contestarías lo que tantos otros me han dicho: o que Dios no atiende
a lenguajes, porque carece de oído, o que no hay lenguaje que pueda entender
quien no existe. Pero yo digo que le hablo y me escucha: todo consiste en
afinar el oído y descifrar los silencios. En el silencio más íntimo y más libre
de prejuicios, se oye todo, hasta a quien, siendo invisible, está y responde; y
al que yo, por no salirme del tiesto intelectual y más común, llamo Dios. Bueno…,
Dios, o El-Que-Oye (20:38:20).
No hay comentarios:
Publicar un comentario