miércoles, 24 de abril de 2019

24 de abril de 2019. Miércoles.
NO SÉ

La abeja ha sabido elegir, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Miro al cielo y me lleno los ojos de azul, un azul vivo y aún con polvo de estrellas de la noche. Es decir –como el mar o el jazmín añil–, me baño en azul. Y no es milagro. Es que, si miras al cielo intensamente, deshaces el azul y, como lluvia con pintura, te cae en los ojos, y te llena de claridad. Claridad que no me impide ver en negro el porvenir que nos espera. Unos mediocres –políticos de tres al cuarto– el día 28 nos darán a beber la pócima de la mediocridad. Y nosotros nos la tomaremos sin rechistar. Mediocres los políticos y mediocres –muchos– quienes les votamos. Se ha visto en los debates: ha ganado la pequeñez, la insignificancia, el desdén, la bronca, la mentira. El día 28, Diario, miraré al cielo por ver qué papeleta me cae, si azul, roja, naranja, lila…; tal vez me caiga la papeleta de la sensatez, y, al ir a votar, me lo piense…, y no vote; o, sí… No sé  (19:10:59).

martes, 23 de abril de 2019

23 de abril de 2019. Martes.
LOS LIBROS VEN Y OYEN

El Santuario de los libros, en Madrid. F: FotVi 

-Me he acercado a la pequeña biblioteca que preside mi estudio y, con la humildad y la reverencia del lector, he ido tocando y saludando uno por uno a mis amigos los libros. Desde El Quijote a Platero, desde el Diccionario Latino-Español a La Eneida, desde Los Evangelios Apócrifos al ¿Existe Dios? de H. Küng. Y de todos he recibido la misma respuesta: «Gracias por recordarme que existo». Porque los libros, en una estantería, si no se lo visita alguna vez, se mueren de soledad, como el anciano en una de esas residencias de descarte. Amar los libros, hasta contarle tus preocupaciones y tus sueños. Los libros, además de decir, escuchan, sienten. He ahí la almendra de la cuestión. El libro no es algo hermético, no es clausura, sino algo abierto y con vuelos. Como el gallo de la veleta del pueblo de Alfanhuí, que una noche se bajó del tejado y se fue a las piedras a cazar lagartos y los ponía a secar al sol. Desnudos y muertos de vergüenza. Pero más muertos que desnudos. Esta mañana, despacio, con mucho amor en mis dedos, con delicadeza de nieve, he ido tocando todos mis libros, solo tocarlos, y he sentido que respiraban, y, en su lenguaje de libro de estantería, con polvo en su voz, he oído que me decían: «Gracias». Y yo, volviéndome, les he respondido: «Gracias a vosotros, mis amigos». Y, de este modo tan sencillo y verdadero, he celebrado yo, Diario, el día del libro. También he escuchado a Ida Vitale, poeta, decir su hermoso discurso en el día en que recogía el Premio Cervantes de Literatura. Un bello día, Diario: para enmarcar (18:57:41).

lunes, 22 de abril de 2019

22 de abril de 2019. Lunes.
SRI LANKA: 290 MÁRTIRES

Una oración por los caídos en Sri Lanka. F: Google

-Se quema Notre Dame de París y el mundo se estremece, y con razón; mueren 290 personas en Sri Lanka y el mundo se estremece, pero menos, solo un poco. Si allí lloraron con los dos ojos, aquí solo con uno. Me duele Notre Dame de París, que se puede reconstruir; pero me duelen más, hasta el llanto, las víctimas causadas por el terror en Sri Lanka, liquidadas a cuerpo limpio, y con alevosía. Me conmueve más la muerte que el fuego, aunque se trate del fuego que destruye una joya del medievo. Recuerdo, cuando la matanza en el local de la revista Charlie Hebdo, que todos decían «¡Yo soy Charlie Hebdo!». Ahora, miramos, nos conmovemos quizá, pero no he oído a nadie decir: «¡Yo soy los 290 mártires de Sri Lanka!». Mártires, aunque los que han muerto, solo tuvieran fe en la vida. Que no es poco. La vida, ese don que va unido al hecho de nacer, al de vivir –con derechos y libertades–, y al de morir en paz, sin el sobresalto del estallido vandálico que te lleva por delante. La vida, lo más valioso que me pueden dar y que me pueden arrebatar. Si ya es hermoso que me den la vida, no lo es menos que me la respeten, desde la concepción a la dormición. Es decir, cuando la enfermedad, o la vejez, o Dios quieran; pero después de haber vivido y usado la libertad, la familia, el trabajo, el amor. Entonces es hora de morir; no antes. Pues yo, ¡sí soy los 290 mártires de Sri Lanka!, porque con ellos, y con otros perseguidos y aniquilados en tantas partes del mundo, a mí, y a ti, y a la humanidad nos han matado un poco. Y todo, Diario, porque, como dejó dicho Stephen Hawking: "compartimos el mismo espíritu humano", el mismo espíritu creador y libre, y que toca las estrellas (19:25:58).

domingo, 21 de abril de 2019

21 de abril de 2019. Domingo.
ALELUYA Y VIDA

Vuelo de la fragilidad, aleluya. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Hoy, a pesar del atentado en Sri Lanka (207 muertos), hay una palabra que lo explica y lo dice todo. Todas las alegrías del día –la Resurrección de Jesús, la lluvia, la amistad, el amor, la tierra regada, el árbol florecido, el mar encrespado, el odio perdonado…–, todas las alegrías (y tristezas) se hallan resumidas, definidas, libres, en una sola palabra: ¡Aleluya! Palabra esta que va de boca en boca, de llanto en llanto, como una resurrección de la vida y una negación de la muerte, como canto a la existencia, al espíritu  y un desafío a la intolerancia, al fanatismo, a la saña. Lo oscuro y perverso, en esta palabra, se hacen luz y bondad, piedad y ternura, gozo con lágrimas y liberación. ¿El origen de esta gran crucifixión de cristianos en Sri Lanka? Aún no se sabe. Pero siempre proviene esta barbarie de mentes enfermizas, radicales, extremas. Da igual que sean budistas o musulmanes. Lo que realmente no se pueden llamar, es «amigos de Dios». Nunca Dios se ha prestado a la muerte ni al odio. Ni a la crueldad. Esperemos, Diario, que en estos lugares donde se vive la cultura de la muerte, abra el vuelo algún día la paloma de la paz, de la reconciliación, del amor. La paloma del ¡aleluya! más pleno (18:57:23).

sábado, 20 de abril de 2019


20 de abril de 2019. Sábado.
LLUVIAS QUE HABLAN

Rosa dando gracias, por la lluvia. Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Una noche de intensas lluvias; lluvia que sigue –como una bendición prolongada– sobre la tierra. Dios nos toca cuando llueve. Y cuando nieva, como una gallina a sus polluelos, Dios cubre con sus manos blancas nuestros pecados. Dios es Padre que ama y Madre que da ternura. El amor es su esencia, según San Juan: «Dios es amor», dice, y añade: «El que ama, es de Dios». La lluvia es amor de Dios hecho germen, origen, impulso, comienzo de algo nuevo. Es el asombro, la maravilla por la que la tierra sigue con vida. Por eso, a los niños y los que se hacen como niños, les gusta mojarse cuando llueve y que le dé la lluvia en los ojos abiertos, para, de este modo, tocando la lluvia, sentir que tocan a Dios. Lo mismo que, cuando se toca el silencio, se siente de igual modo la presencia de Dios. Ya decía el indio Swami Sivananda: «Siente el silencio, tócalo y saboréalo. El silencio es la música del alma». Y, en los oídos que aprenden a escuchar, Diario, palabra callada de Dios (18:43:22).

viernes, 19 de abril de 2019

19 de abril de 2019. Viernes.
OBJETOS DE MUSEO

Huerto de los Olivos, Salzillo. F: Googel

-Diluvia en Murcia: el día que menos convenía. La lluvia ha podido con Salzillo, con su gubia prodigiosa, con su fe reflejada en esas imágenes que toman vida de la madera y que se hacen dolor de madre, mirada abandonada de Cristo, o bellísimo silencio de ángel en el Huerto de los Olivos. Las imágenes de Salzillo quedarán este año sólo como objetos de Museo, no verán las calles, ni las calles las verán a ellas. Aunque las imágenes sean en sí mismas fervor, no sentirán, sin embargo, la exaltación de la calle, que embellece su barroco vivo y azotado, tierno a veces, descarnado otras. La calle da esplendidez, color, vida, vuelo, a los «salzillos». La Dolorosa parece más sufrimiento y más abandono en la calle que en el Museo, y más maternidad desolada. Es más dramática y cercana la calle que el Museo, Diario, y más visual, hay más llanto en la calle y más representación sacra, más auto sacramental (18:29:26).

jueves, 18 de abril de 2019


LAVATORIO DE LOS PIES
            
Lavatorio de los pies, Rosario María. 
18 de Abril de 2019
Lector.-         
            Dice San Juan que Jesús,
“habiendo amado a los suyos,
que estaban en el mundo”
(tú, yo, el amigo, el que no lo es,
el traidor, el oficialmente bueno,
el oficialmente malo, el más pobre,
el que lo es menos, el que tú sabes,
el que Dios sabe, todos),
“habiendo amado a los suyos,
los amó hasta el extremo”.

Pueblo.-
¡Te amó, me amó, nos amó!

(Silencio).

Lector.-
“Estaban cenando y Jesús,
sabiendo que el Padre
había puesto todo en sus manos,
se levanta de la cena,
echa agua en la jofaina
y se pone a lavarles los pies a los discípulos”.

Pueblo.-
Es decir, se pone a lavar los pies
a ti, a mí, al amigo, al que no lo es,
al traidor, al oficialmente bueno,
al oficialmente malo, al más pobre,
al que lo es menos, al que tú sabes,
al que Dios sabe, a todos.

(Silencio)

Lector.-
“Cuando acabó de lavarles los pies,
les dijo: ¿Comprendéis
lo que he hecho con vosotros?
Pues si yo, el Maestro y el Señor,
os he lavado los pies,
también vosotros
debéis lavaros los pies unos a otros”.

Pueblo.-
Es decir, tú a mí, y yo a ti;
y tú y yo, al amigo, y al que no lo es,
y al traidor, y al oficialmente bueno,
y al oficialmente malo, y al más pobre,
y al que lo es menos, y al que tú sabes,
y al que Dios sabe, a todos.

Lector.-
Lavar los pies. ¿Estamos dispuestos?
¿Atarearnos con Jesús
en este acto de amor?

Pueblo.-
Lavar los pies,
enjugar las lágrimas,
dar la mano al de manos limpias,
y al de manos sucias;
besar las llagas del bueno
y del oficialmente malo;
ceder el paso al pobre
y al que lo es menos;
dar una palabra de aliento
al que te estima
y al que te niega el saludo;
abrazar el bien
y rezar por el mal.

Lector.-
“También vosotros
debéis lavaros los pies;
lo que yo he hecho con vosotros,
vosotros también hacerlo conmigo”.

Pueblo.-
Dijo el Señor.
Amén.

martes, 16 de abril de 2019

16 de abril de 2019. Martes.
EL ESPÍRITU VUELA

Tras el Presbiterio de Notre  Dame de París. Francia. F: FotVi

-Todavía conmovido por las imágenes del incendio de Notre Dame de París, intento analizar lo que ha ocurrido. Con el edificio en llamas, ¿ha ardido el espíritu de Europa, como dice algún autor? Arde la materia, aunque sea de belleza innumerable, pero el espíritu vuela. El espíritu escapa al fuego; aunque hecho de fuego, el espíritu queda como rescoldo en la ceniza, que, al ser soplado, vuelve a hacerse ignición. Como lo será la joya arquitectónica –la ostra, el relicario, la catedral– que guardaba a Dios en su interior. Las lágrimas son agua que brota de un sentimiento herido. Y las lágrimas de Europa y parte del mundo –agua al fin–, harán, con al extinción del fuego, que renazca el espíritu que ha quedado enterrado en la escoria que ha dejado este incendio. La fe es espíritu, como la palabra, y, con el fuego, se purifican. Y con el agua –las lágrimas– renacen. Lágrimas estas de redención. Quizá, el incendio de Notre Dame, sea un aviso del Espíritu al materialismo que preside casi toda la vida en Europa. Europa ha dejado al Espíritu y se ha ido tras los idolillos de arcilla y oro, que la deslumbran. El consumismo, el relativismo, la precariedad espiritual, la vuelta a los nacionalismos más extremos, el olvido de los pobres, la mentira como el camino de la política… Y, con este incendio, el Espíritu ha hecho que vuelvan las miradas a lo esencial, a lo realmente valioso, pues, como dijo Saint-Exupéry en su obra El Principito: «Lo esencial es invisible para los ojos». A lo que yo añadiría, Diario: «Para los ojos que no quieren ver» (18:17:23).

lunes, 15 de abril de 2019

15 de abril de 2019. Lunes. (Santo).
ARDE NOTRE DAME DE PARÍS

Fuego en Notre Dame de París. Francia. El Mundo

-El cielo, lleno de inocentes nubes blancas, que, empujadas por el viento, van unas tras otras como un rebaño de ovejas. Pero no todo ha sido blanco en este santo lunes de abril: yendo hacia la farmacia, he sufrido un percance en los gemelos de mi pierna derecha. Al ir andando y, sin causa que lo justifique, he sentido un agudo pinchazo, y me he puesto a cojear, como un viejo enclenque, desvalido. Dando pasos con dificultad, he podido volver a casa y, sudoroso, sentarme por ver si se me calmaba el dolor. Y he encontrado alivio; descubro, que, sentado, no me molesta el dolor. (El dolor, que, en la biografía del hombre, y luego de la muerte, es el más terrible y humano de los acontecimientos de la vida). «Hosanna», digo, y me pongo a escribir, que es mi quehacer más valioso y querido de cada jornada. Contemplar cómo sale el sol, rezar, leer, escribir, iluminarme cuando miro una foto de Candela, llorar cuando me toca la soledad, reír con las ocurrencias de mis compañeros, vivir, es, en mi ancianidad, el quehacer más valioso y feliz de cada día. Y el dolor, inevitable a lo largo de la existencia, y más en estos años últimos, o penúltimos, de la vida. Cuando estoy terminando esta crónica, otro dolor: la catedral de Notre Dame de París, que se comenzó en el año 1163, está siento pacto de las llamas. Pavoroso, Diario: lloro (20:02:41).

domingo, 14 de abril de 2019

14 de abril de 2019. Domingo.
EL CRUCIFIJO DE CADA DÍA

Varón de Dolores, en Dubrovnik, Croacia. F: ForVi

-Día de palmas, de ramos de olivo, de gozosos hosannas, para, al final, caer en la más honda tristeza: la Pasión. (De Jesús en el mundo). En este domingo, la alegría de los ramos –«¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna!»–, se hace penumbra, llanto, con el recuerdo de la Pasión de Jesús. Lo que es luz –la fiesta–, se hace sufrimiento, es decir, solemnidad. Iba esta mañana con el ramo de olivo entre las manos y, al tiempo, iba pensando en el sufrimiento de Jesús. El de la cruz que vive ahora en la humanidad sufriente. Pensaba en aquellos lugares donde sigue elevada la cruz, con Cristo padeciendo en ella, sin resurrección, sin consuelo. Pensaba en los países en guerra: Siria y Pakistán; Yemen y República democrática del Congo; Nigeria y tantos otros lugares del mundo. Pensaba en las gentes desplazadas, en lo niños sin padres y sin patria, en las alambradas que impiden el paso a multitudes de emigrantes que huyen del horror y que les desgarran los cuerpos si intentan asaltarlas; pensaba en los hogares sin agua y sin pan, donde el hambre y la carencia de lo más elemental es el crucifijo de cada día. Pensaba en el egoísmo de tantos y en la miseria de los más. Con el ramo en la mano veía la fiesta y, al proclamar la Pasión, veía al Cristo Crucificado, despedazado y roto, «el varón de dolores», como lo llamaría Isaías. Cristo retratado en cada uno de esas personas del hambre que andan por el mundo, sin que nadie los cobije, sin abrigo que ponerse, con solo su pobreza como vestimenta que los cubra. Luego de comulgar, Diario, sigo con la visión del Cristo fiesta y la del Cristo cruz y sufrimiento, o solemnidad llorosa (18:57:59).

sábado, 13 de abril de 2019

12 de abril de 2019. Viernes.
NAVAJAS EN LA BOCA

Si fueran palabras, herirían. En Murcia. F: FotVi

-Esta mañana le hablo al sol, que entra reptando y bonancible por la ventana, y le digo: «Hermano sol –recuerdo al de Asís–, tengo miedo». «¿De qué?», me dice. «De la vuelta a conductas intolerantes en políticos y sus cohortes de descerebrados que les siguen sin pestañear y gritando», digo, mientras me quito un poco de sol que me molesta en los ojos. Unos y otros hablan con navajas en la boca de cosas que apenas interesan al resto de los mortales. Y callan las importantes, o, ante estas, se hacen los distraídos. Hay universitarios (independentistas) que, al contrario de lo que debiera ser, no dejan hablar en estos centros del saber y la reflexión a los que no piensan como ellos. Se tiene que llevar el lacito amarillo, o de lo contrario te asaetean a insultos. Como ha ocurrido con Cayetana Álvarez de Toledo en Barcelona. Se suele decir: «La Universidad, lugar de diálogo». Pero de diálogo, si dices lo que yo quiero, lo que a mí me gusta oír. De lo contrario, eres mi enemigo y uso armas (palabras) que te hagan daño, que te hieran, no te queremos, apestado, y de este modo, Diario, se llega al enfrentamiento,  al conflicto, a la guerra incivil (19:51:55)

jueves, 11 de abril de 2019

11 de abril de 2019. Jueves.
UNA HISTORIA VOMITIVA Y TERCA

Caperucita con el lobo, de Gustave Doré. Google

-Siempre es triste ver cerrar una librería o un quiosco de periódicos, pero lo es más el hecho de que muera un modesto pero brillante editor de provincia. Él no buscaba dinero, buscaba dar salida y dejar constancia de aquella excelente literatura que no tiene eco en las grandes y elitistas editoriales de ámbito nacional. Su nombre es Pepe Criado, que, con otro amigo, fundó una Editorial en Almería y la llamó la Letra Impar, y publicó libros importantes, que ahí quedarán como ejemplo de bien hacer. Ahora, ruego a Dios que le permita descansar en paz, y seguir siendo mecenas, como lo ha sido en la tierra, de las cosas de Dios en la otra vida. El cielo brillará un poco más. Por otro lado, leo que en la escuela pública Tàber de Barcelona se han retirado el 30% de los libros de la biblioteca, por impulsar valores sexistas e inducir a la violencia. Entre los más de 200 libros apartados, se encuentran, por ejemplo, Caperucita Roja y La bella durmiente, por ser «ejemplares de historias tóxicas con perspectiva de género», dicen. La historia vomitiva y terca se repite. Meterse con un libro, silencioso y parco, no necesita heroicidad alguna, solo mala baba. Ante esta barbarie o burrada, me viene a la mente la quema de libros en la Plaza de la Ópera de Berlín, y en 21 ciudades universitarias más, el 10 de mayo de 1933, por la federación nazi de estudiantes. También talibanes y yihadistas en Siria, Iraq, Mali, y otros lugares, derribaron templos y reliquias de la antigüedad, que muchos amábamos y que lamentamos. Ahora vienen estos ebrios de ideología, fanatizados, y derriban un templo de la cultura, como es una biblioteca, para satisfacción de su pequeñez y debilidad intelectual. En ellos, el odio puede más que la razón, más que el amor al libro y a la belleza que el libro guarda; la locura, Diario, puede a la prudencia y a la lucidez, al talento (18:44:21).

miércoles, 10 de abril de 2019

10 de abril de 2019. Miércoles.
OJOS DE PALOMA

Ojos de paloma, en el jardín. Vistabella. Murcia. F: FotVi

-Nada más despertar, me asomo al balcón y veo a una paloma cruzar velozmente delante de mí. La paloma, símbolo de la paz, me saluda el día; y yo, mirándola alejarse, le doy las gracias. Ella me deja su candor, su vuelo sereno y amplio, la suavidad de su zureo, su elegancia y belleza. Ya lo dijo Jesús: «Sed prudentes como serpientes y sencillos como palomas». La sencillez, o la virtud que no se exhibe, que es espontánea y afable. Sin artificio. Y pienso en la vanidad de la vida, que tan destructiva es para la armonía y la existencia acorde entre las personas. Dice Gregorio Niseno que: «Por su crecimiento espiritual, el alma va de belleza en belleza, es decir, de paloma en paloma». Y en el Cantar de los Cantares, cuando se alaba a la esposa –porque su mirada espiritual está orientada hacia Dios–, se dice que tiene ojos de paloma. Las madres, sin embargo, Diario, tienen ojos y manos de paloma, y pasos atentos de paloma, y ruido en su corazón de paloma que ama y lo dice con lágrimas y el zurear hermoso, a veces, de sus labios (18:50:26).

martes, 9 de abril de 2019

9 de abril de 2019. Martes.
LA NIÑA ELLA LENNOM

La niña Ella, con su carta y su alegría. Mundo Noticias.

-Me entusiasma la inocencia de un niño y más la de aquellos que, siendo mayores, se hacen niños para poder tocar los cielos de la niñez y habitar en ellos. Quien se hace como un niño, vive en las utopías en las que vive el niño, y en los cielos en los que habitualmente ríe y llora. Y anhela. Lo leí ayer en la prensa, la misma en la que un día tras otro nos marean con un hartazgo de noticias sobre la política y los políticos, esos embarradores de la verdad y hagiógrafos de la mentira. Se trataba de una niña escocesa de cuatro años que escribió una carta a su madre –fallecida hace cuatro meses de un cáncer cerebral–, y que está en el cielo. La dirección de la carta decía así: «Mami. Puerta del Ángel, 1. En las Nubes. El Cielo» La niña se llama Ella Lennom. Y resulta que la carta llegó al cielo, y un «amable extraño» –así lo llama la tía de la niña Linda Ross– usó su tiempo y su ternura «para responder y hacer a una niña feliz». La niña Ella lloró de alegría. Y esto es lo que dice la respuesta de la madre a su niña desde el cielo: «Mi hermosa Ella. Muchas gracias por mi especial carta del Día de la Madre. Tú eres única en un millón para mí y te amo mucho. Estás creciendo mucho para ser una niña hermosa y especial y estoy muy orgullosa de ti. Estoy en el cielo y te cuido todos los días». Un servidor, emocionado, se pregunta cada día: «¿Por qué el mundo no se hará un poco más niño y deja de hacer trastadas de mayor?» Ay, Diario, si el mundo fuera un poco más niño, habría más cielo y menos tierra –tan hermosa– en la que enfangarse, más amor y menos perversidad: en todo caso, Diario, habría más sueños en los que subirse y volar, sin herir ni ser herido, libres como potrillos juguetones, redimidos (19:44:35).

lunes, 8 de abril de 2019

8 de abril de 2019. Lunes.
OÍR SILENCIOS

Silencio de la rosa que muere, en el jardín. Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Mañana nubosa y fría, y con los pájaros escondidos. Y me preocupa. Porque, cuando los pájaros esconden su plumaje, amenaza de lluvia tenemos. O, no. Pero sé que algo quieren decir. Yo me pongo y escucho sus silencios, tan llenos de presagios, y oigo. Y me dicen que no va a llover. Me lo han dicho tan en silencio, que apenas lo he oído. Un servidor, acostumbrado a oír silencios, entiende casi a la perfección la lengua sin sonidos de las aves, que dicen más de lo que no se escucha. Como dicen (sin decir), otros silencios que no se dicen, pero que están ahí, que laten, que hablan: los de la persona que sufre por cualquier enfermedad del cuerpo o del alma. Sobre todas, las del alma. Y no la dice, su enfermedad, por no herir, por no hacer daño al ser querido, por quitarle responsabilidad al que está al otro lado de su sufrimiento. El alma, donde también se ocultan el amor, y el perdón, y la mirada amable de quien sufre, en silencio, por no implicar al ser querido. Oír los silencios, Diario, y saber interpretarlos, es lo que cada día pido a Dios, desde el mirador de mi ancianidad silenciosa y agradecida, y compartida, felizmente (19:23:33).

domingo, 7 de abril de 2019

7 de abril de 2019. Domingo.
LLUVIA Y TRUENOS

Florecen los olivos, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-La tarde de ayer fue de lluvia y truenos, y granizo. Gracias sean dadas porque, durante un corto espacio de tiempo, la lluvia fue generosa, y débil la granizada que la acompañó. En otros sitios de la región, no fue así: hubo lluvia y pedrisco en abundancia, y temor por las cosechas. Desde que estuve de cura en Casas Nuevas de Mula, allá por los años del 57 al 63, y recorrí con mi moto Guzzi aquella hermosa comarca, cada vez que llueve pienso en las personas que se aventuran a sembrar, confiando en que el cielo riegue los campos y evite la piedra. Ayer, al ver llover granizo, me acordé de Indalecio Escámez, aquel hombre grande y prudente, sabio y socarrón, del que aprendí tantas cosas bellas y prácticas, y que, en mi infantilismo teológico, tanto me ayudó a tener paciencia y a ser más evangélico que teórico, más de Dios, desde la sencillez y el trato amable, que desde la arrogancia del púlpito y la palabra engolada. Aquel hombre me llenó las manos y el corazón de misericordia, y la boca, de sonrisas. Con mi padre Vicente y el amigo Indalecio, me hice hombre y cura de pueblo, y nunca quise ser más de eso. Por todo esto, ayer tarde, mientras tronaba y llovía piedra, me acorde del campo y de sus gentes, y de la alegría y la amistad con la que vivían y se apoyaban entre sí. ¡A cuántas personas de bien conocí entonces, y cómo las recuerdo ahora, Diario, con devoción y emoción! Y con un cariño que cada día renuevo y hago vivo en la oración (19:13:19).

sábado, 6 de abril de 2019

6 de abril de 2019. Sábado.
SIGNO DE ESPERANZA

En diálogo amistoso, las palomas de la paz. Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-«Signo de esperanza», llama el Papa a la labor de médicos, enfermeros y resto de personal sanitario en los países en guerra. Signo de esperanza en una realidad «extremadamente peligrosa». Dice. La labor de estos sanitarios –poner las manos, curar heridas, dar consuelo a la tristeza– es como celebrar un sacramento: ellos son signo de luz y eficacia. Luz, porque con la palabra iluminan, y eficacia, porque tratan de remediar las desgarraduras del cuerpo, coser y pegar esas carnes rotas y astilladas, y sobre todo, alumbrar las oscuridades del alma, sus impenetrables laberintos, donde habita el sufrimiento. Son personas que abrazan el llanto del que llora. Dando palmadas en la espalda, abren caminos al afecto y juntan corazón con corazón, de tal manera, que hacen que los latidos hablen, conversen, dialoguen. Un servidor se imagina los latidos del corazón como palabras monosílabas sueltas, llenas de infinitos significados, que, en un tic tac amoroso y dulce, maternal, comunicativo, dicen: Dios, sí, no, ven, soy, don, fe, ley, fin, mal, flor, pan..., monosílabos de piedad samaritana. Si hay ángeles al servicio de Dios, estas personas, dedicadas al hermoso ejercicio de la medicina en países en guerra, Diario, son ángeles al servicio del amor al prójimo, las manos del Bien –sacramento de esperanza– en los cuerpos desnutridos y heridos de este mundo, y, en los campos de la muerte, del odio, del terror, donde mandan las armas, son liturgia festiva del amor, eucaristía que salva (17:54:17).

jueves, 4 de abril de 2019

4 de abril de 2019. Jueves.
TACOS E INGENIO

Obreras de la miel, en el áloe. Torre de la Horadada. F.FotVi

-Hay palabras que parecen no caber en la boca de quien las dice. Me refiero a palabras de morfología hiriente, malsonante, grosera. No pongo ejemplos por no herir ni mi boca ni tu oído. Pero todos estamos imaginando palabrotas de este cariz. Son aquellas que suenan más de lo que pesan, y eso que algunas pesan lo suyo. Oyes ciertos tacos o reniegos y te dices: «¿Cómo es posible que tal musaraña salga de esa boca tan decorada o tan infantil?» Si dices dátil o manzana, se te hace la boca agua, y renace la frescura y el crujir del bocado en ella. Pero si dices escarabajo o sapo –es un decir–, escupitajo o esputo, son palabras estas que chirrían entre los dientes como si fueran un ácido corrosivo. Hay escritores que gustan de meter tocones de leña ardiendo en sus escritos o en sus bocas y, cuando lo hacen, un éxito barato –así está el siglo– les espera. No se trata del ingenio y el donaire, la gracia, la galanura, de nuestros clásicos Quevedo, Góngora, Cervantes, que, en sus reyertas literarias, con una de esas palabras, llenas de ironía y maldad, colmaban de luz sus escritos, y de regocijo inteligente a los lectores. Ahora, no; ahora todo es grosero y mal oliente, que hasta en la boca, antes de decirse, hiede, y, al decirse, es, Diario, vómito o eructo, y no gloria y lujo del lenguaje, sino cloaca y sumidero del deshago fétido y pegajoso, despojo (18:34:55).

miércoles, 3 de abril de 2019

3 de abril de 2019. Miércoles.
LA MÁSCARA

Ficción del puente en el agua, en Murcia. F: FotVi

-La hipocresía, o esa daga de mentira metida en la apariencia del ser humano.  La hipocresía es compañera de viaje de la máscara y de la representación, del simulacro. Se simula una cosa que no se es. Te vistes de zángano –vivir del cuento– sin serlo, o de farol, siéndolo, y causas estupor. El farol, donde hace pis un perro callejero sin amo y sin destino, o donde se apoya un beodo sin casa y con toda la soledad del mundo sobre sus hombros. La hipocresía es la puerta que cierra la salida a la verdad. O la verdad, enclaustrada tras la reja de la mentira, del disfraz, del fraude. La hipocresía es el libro de texto del político en tiempo de elecciones. Entonces la mentira se da la mano con la verborrea y, entrambos, hacen el milagro de prometer cosas, que cree la gente, pero que luego quedan en nada. El único hipócrita honesto, Diario, es el actor, que lo mismo representa al villano que al héroe, al santo que al ruin, al ángel que al diablo, y que, al final de la función, se viste de calle y vive su verdad, rezando o yéndose de copas, que de todo hay (19:08:09).

martes, 2 de abril de 2019

2 de abril de 2019. Martes.
SÁNCHEZ FERLOSIO

Sin perder su belleza, lo viejo muere. Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Ha muerto Rafael Sánchez Ferlosio y ha nacido la alabanza y el ditirambo elogioso y lírico, y el no quedar mal en el ejercicio laudatorio y ponderativo, que se corresponde con la hora del irse con la muerte. ¡Qué grande era el fallecido! Y este mensaje va pasando de boca en boca, con un vocabulario de escritores subidos al carro de la lisonja y del cumplido, casi por obligación. Y el que no lo haga así que tire la primera piedra. Sánchez Ferlosio fue un genio en su libro Industrias y andanzas de Alfanhuí, menos, en El Jarama, y notable en todo lo demás. Pero de ahí a tirar el anzuelo y sacar un pez tan mayor y excelso como Cervantes, o como Ortega, o como muchos otros de su generación, es pasarse de agasajo y entrar en el reino de la adulación e incienso sin control, hasta el ahogo, por asfixia, del personaje literario. Sánchez Ferlosio fue un extraordinario escritor en su literatura de ficción, y en la del ensayo y el artículo; y ahí debe quedar –sin un panegírico más–, su extraordinaria vocación de rebelde crónico, de amante de la lengua y sus infinitos recovecos expresivos y lúdicos, de caballero de la triste figura, sin arnés y sin Sancho, solo por el mundo de lo anárquico y sin espuela, con el fuste de dar allá donde se pusiera algo o alguien a su alcance en plan chulesco o matón. Descanse en paz –la paz que nos viene de arriba– nuestro amigo y maestro, y que como el gallo con el que Alfanhuí escapó de su casa siga creyendo «que el rojo de los ponientes era una sangre que se derramaba a esa hora por el horizonte para madurar la fruta, y, en especial, las manzanas, los melocotones y las almendras». Yo, Diario, creo más en este Ferlosio niño que en el superhombre que me quieren hacer ver sus incansables turiferarios y retóricos admiradores, que, en realidad, lo parecen menos (19:11:41).