miércoles, 3 de abril de 2019

3 de abril de 2019. Miércoles.
LA MÁSCARA

Ficción del puente en el agua, en Murcia. F: FotVi

-La hipocresía, o esa daga de mentira metida en la apariencia del ser humano.  La hipocresía es compañera de viaje de la máscara y de la representación, del simulacro. Se simula una cosa que no se es. Te vistes de zángano –vivir del cuento– sin serlo, o de farol, siéndolo, y causas estupor. El farol, donde hace pis un perro callejero sin amo y sin destino, o donde se apoya un beodo sin casa y con toda la soledad del mundo sobre sus hombros. La hipocresía es la puerta que cierra la salida a la verdad. O la verdad, enclaustrada tras la reja de la mentira, del disfraz, del fraude. La hipocresía es el libro de texto del político en tiempo de elecciones. Entonces la mentira se da la mano con la verborrea y, entrambos, hacen el milagro de prometer cosas, que cree la gente, pero que luego quedan en nada. El único hipócrita honesto, Diario, es el actor, que lo mismo representa al villano que al héroe, al santo que al ruin, al ángel que al diablo, y que, al final de la función, se viste de calle y vive su verdad, rezando o yéndose de copas, que de todo hay (19:08:09).

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