16 de mayo de 2021. Domingo.
ORFANDAD APARENTE
ORFANDAD APARENTE
-«¿Qué hacéis ahí plantados mirando al cielo?» Cuando nos falla la
tierra, miramos al cielo. Es una actitud de defensa, también de esperanza. Jesús
se ha ido y ha dejado una orfandad aparente en los suyos, han quedado sin
asidero, no saben a qué atenerse. Jesús se ha elevado: ha ido al Padre. Y
ellos, los discípulos, no saben qué hacer. Sin Jesús, sienten el vacío, les
invade el desaliento, miran desde la desesperanza. El abismo les rodea. Dice
San Agustín: «Él está en el cielo, nosotros en la tierra. ¿Tan lejos está de
nosotros?» Y añade: «De ningún modo. Si te fijas en el espacio está
lejos; si te fijas en el amor, está en nosotros». En el espacio dos pasos son
lejanía, en el amor cualquier distancia es el mismo lugar. Cuando se ama, todo
se reduce a un único latido: el del que ama en el amado. Jesús, la Cabeza, sube
al cielo a respirar al Padre, para que el cuerpo –su iglesia– inhale el mismo
aire. Y el hilo conductor es el amor, en él descansa toda la vida de Dios y sus
criaturas. Con el tiempo, los discípulos irán comprendiendo; pero hasta que
llegue el Espíritu, seguirán en sus miedos, se esconderán, le temblarán las
palabras en la boca. Cuando llegue el Espíritu, Diario, hablarán lenguas, la
palabra de Dios encenderá sus bocas, serán apóstoles, testigos (17:35:11).