6 de mayo de 2021. Jueves.
EL AGUA ES SAGRADA
EL AGUA ES SAGRADA
-Miro mis manos y las veo llenas aún de noche, me las lavo, y quedan sin
sombras, empieza el nuevo día. El agua es sagrada: bautiza y limpia, y, como el
espejo, refleja. La ilusión –el río que corre– me habita. Me he dicho: «Menos
mal que no he tenido que lavarme con ideología, sabría a fanatismo y dogma», y
eso me aterra; tanto, como tener que masticar almendras con cáscara. No hay dientes
que mastiquen almendras sin pelar, ni ideología que aguante la libertad. Andar
entre ideologías, es caminar por senderos de exclusión, de enfrentamiento. Es
más eficaz hablar evangelio, que predicar dogmas, o ideología camuflada. Quien
predica evangelio, dice: «Ama»; quien ideología: «¡Es esto, y punto!». Evangelio
es dar el pan que quizá te vaya a faltar y recibir el que no esperabas. Evangelio
es tocar y limpiar al pobre, y besar sus heridas, porque seguro que, si lo
necesitas, habrá alguien que te lo haga a ti. Ideología, sin embargo, es
hacerte un castillo y vivir rodeado de ti, sin paisaje ni alrededor, sin nadie
con quien conversar: sin diálogo a que acogerte, sin entorno con el que hablar.
Me gusta el Papa Francisco porque predica evangelio y no dogma. Como Jesús, que
dio su vida –y su palabra, su evangelio– por los amigos; y desde entonces, Diario,
la cruz se ha hecho diálogo de santidad; diálogo que hasta los niños entienden,
y que, llegado el caso –María Goretti, ejemplo–, son capaces de imitar (12:29:26).
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