4 de mayo de 2021. Martes.
BOCADO DULCÍSIMO
BOCADO DULCÍSIMO
-Hoy he despertado cuando aún quedaba noche. He visto nacer el día como el
que monda una naranja, poco a poco, desnudando los gajos. Gustándolos antes de
morderlos. Haciéndolos visibles al deseo y al bocado, dulcísimos. Al abrir el
día, me ha tocado la luz, y su esplendor me ha llenado de optimismo, que
mastico y comparto. «Toma un poco de mi luz, en lo que escribo», he dicho. En
tiempos tan revueltos y sombríos, no es malo desayunar un poco de luz. Masticarla
en compañía, y hablando. Si hay que llorar, hagámoslo juntos, y si reír, busquemos
codiciosamente hasta hallar la carcajada. La risa franca, liberal, abre y
ensancha la confianza, como la cerilla que, al tiempo que enciende el pitillo,
ilumina el rostro y te hace ver. Repliega la oscuridad, y te hace ver. La
cerilla te ennoblece de claridad, para poder decir con León Felipe: «Luz. /
Cuando mis lágrimas te alcancen / la función de mis ojos / ya no será llorar, /
sino ver». En el principio, Diario, cuando todo era caos sobre la tierra, Dios
hizo su primera criatura: la luz. Dijo: «¡Hágase la luz!», y fue la luz, y las
cosas, despojadas de la pesadez de lo oscuro, se vistieron de color (17:48:35).
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