martes, 1 de noviembre de 2022

1 de noviembre de 2022.
UNA ESQUINA DE CIELO EN LA TIERRA

Atado a la pobreza, en Polonia

-Si hurgo un poco, me doy con Dios a cada paso en la vida de los hombres; sólo tengo que leer las bienaventuranzas y creerme que dan felicidad a quien las pone en práctica: las vive. Si contemplo la pobreza, por ejemplo, y la hago regocijo interior que me libera, estaré viviendo una bienaventuranza y pisando en suelo de santidad. Dios está en la pobreza porque es libertad, y no ajuar o caja de caudales bancaria como la riqueza, que esclaviza; y está también en el llanto, no por el llanto en sí, sino porque el llanto es signo –sacramento– de angustia, y Dios es como la madre que limpia las lágrimas del hijo que vislumbra un peligro y lo expresa con lágrimas: el fluir de su pena. La pena y el miedo y el desvalimiento se vierten en lágrimas, que son el escape de la angustia; por eso Dios está ahí, para consolar y limpiar, con el pañuelo de su amor, lágrimas. En las misas, hoy he leído con lentitud de deletreo las bienaventuranzas, las que san Mateo pone como cuerda floja por la que hacer equilibrios para irse de cielos. Es el legado de Jesús de Nazaret, el que desde Galilea a Jerusalén pasó haciendo el bien. Las bienaventuranzas son el esquema de lo que el mundo ve como absurdo y Dios (su Hijo) como reglón torcido para escribir bien y rectamente la palabra felicidad. El mundo escribe felicidad con renglones que parecen rectos (dinero, salud, cierto amor) y, al fin, en vez de felicidad salen desencanto y chasco; sin embargo Dios escribe felicidad con los renglones torcidos de las bienaventuranzas y, quien los experimenta, encuentra una felicidad que no da este mundo. Yo, Diario, voy a ver si me embarco una vez más en las bienaventuranzas y sigo estando así en la felicidad continua, que es casi como lograrse una esquina de cielo en la tierra (12:47:38).

lunes, 31 de octubre de 2022

31 de octubre de 2022. Lunes.
SIN RESPUESTAS

Mirando con ojos de vacío, en Cartagena, Ruinas.

-Halloween, o fiesta de la muerte. O si se quiere, el antónimo de fiesta: tristeza de muerte. En la era de la técnica y la ciencia, y el salto a las estrellas, y la alta ilustración, se recuperan fiestas paganas que recuerdan lo más oscuro y lúgubre de tiempos pasados. Tiempos de demonios y brujas, y esoterismos bárbaros. Se estigmatizan costumbres irracionales de antaño, y, sin embargo, se recuperan otras que son brutales y groseras. Las primeras celebraciones de Halloween se hacían para honrar a un tal Samhain, o «señor de la muerte». Es, como se ve, una especie de humor negro. Festejar la muerte. O quizá Halloween sólo sea una excusa, otra más, para la diversión ilusa y desesperada de una sociedad enferma. En esta sociedad del exceso y la incontinencia, todo vale con tal de salirse de la norma y establecer la arbitrariedad como ley. La ley de la sinrazón, que diría Ortega. ¿Diversión? En estas fiestas, se salta, se vocea, se bebe, se suda. Y, en algún caso, como arácnido vigilante, la droga. El olor de estos locales donde se celebra el Halloween debe ser agrio, abrupto, de urinario de cervecería sucia, abandonada. El olor y el sabor. Saborear, masticándola, la acidez del sudor, el propio y el del vecino. La nueva filosofía. Y, de pronto, la tragedia. Sin la grandeza de las clásicas, que aquellas enseñaban humanismo; es decir, comportamientos dignos. De pronto, el chispazo (cualquier cosa), y la avalancha, el sálvese quien pueda. 151 personas caen sin remedio, en Corea del Sur. Y el «señor de la muerte», al que se festejaba, se cobra unas muertes más. Mejor, unas vidas más. Y en una tragedia terrible, por inútil. Yo he rezado por estas muertes en Corea; pero más por los padres, que, como cualquiera, Diario, se preguntarán el porqué, sin hallar respuesta, quizá; o sí, la respuesta –diría un psicólogo– de la locura (17:58:19)

sábado, 29 de octubre de 2022

29 de octubre de 2022. Sábado.
HALAGO DEL OÍDO

Tristeza de las hojas, alegría del árbol. Torre de la Horadada.

-¿Es fresco o es desgana del calor? Uno no sabe si es una u otra cosa. Pero lo cierto es que el otoño ya empieza a dar  muestras de ser la antesala del invierno. Se está vistiendo de jersey y de versos sentimentales. Se está enfriando, como el sol o la mano que saluda desnuda. En los saludos, ya se nota que es otoño: se nota el frío del apretón, del contacto. Aunque arda el cumplido. Antes los poetas cantaban el otoño; ahora, no. ¿Por qué? Juan Ramón Jiménez lo llegó a llamar «encantamiento de oro» y «decadencia de hermosura». El otoño siempre ha tenido un cierto aire melancólico, romántico, que ha procurado la atención y la tensión del poeta. «Por mi vida se va el otoño», dice otro poeta. Pero es el caso que los poetas de ahora se han despreocupado del otoño, y de Dios, y tal vez sea o porque no hay poetas o porque les cae grande la estación de la añoranza, o el infinito de Dios. No cabe en sus versos. Sin embargo, yo sigo creyendo en J. R. Jiménez y en Leopoldo Panero («Porque es como la rama donde la savia nace, / mi corazón, Dios mío, sueña que tú lo ves»), y menos en la poesía de ahora mismo, ésa que apenas nadie lee porque apenas dice, y que ha dejado de ser, Diario, halago del oído y gozo para el espíritu, convirtiéndose en prosa vulgar y oscura, apagada (17:37:07).

viernes, 28 de octubre de 2022

28 de octubre de 2022. Viernes.
EL SOL, PISAPAPELES

Río Segura, reflejando a Murcia. Pasarela Vistabella.

-El sol entra por la ventana y hace, sobre la mesa, de pisapapeles. Días de mucho sol y poco otoño. Los papeles de la mesa, inmovilizados, aplastados por el sol. El otoño es apenas unas hojas caídas del árbol, cuyas raíces piensan en ser ya raíces monacales, enclaustradas, vegetales en dormición, para despertar en primavera, pero que no se lo permite el anticiclón de las Azores. Las Azores son unas islas que montan anticiclones como el circo su carpa, en un santiamén meteorológico. Al anticiclón acompañan el desierto, y dunas, y bellos cuentos de las mil y una noches; pero con ríos raquíticos, apenas ríos de Belén, como de papel de plata, que entristecen los cuentos. El río Segura, en Murcia, es un río de Belén, sin apenas agua, pero con huerta que fuera ubérrima. Huerta que se va muriendo de sed, y de cansancio, y de exterminio urbanístico. La col y el calabacín, y la lechuga, y la acequia, y el brazal, y la aceña, y el azahar, el azur de la Contraparada, y el rumor del agua, y el sudor del huertano, sus manos callosas, los aros color hueso del gusano de la seda, la morera, el capullo y su geometría de artilugio aerostático, todo empieza a ser estampa antigua o triste objeto de museo. El Bando de la Huerta, en Murcia, es una representación inicua de la mentira. Ya no hay huerta, sólo intereses creados regionales y especulativos, obscenidad bursátil. Por eso el sol, el que preside este otoño, me aterra: engaña al árbol y agosta la tierra, y empieza a alentar el desierto, que se viste de duna y de reptil, y de suaves declives, y de espejismos de oasis rojos, pero que son, Diario, muerte emboscada, o infinita soledad de tuareg, desierto, con Dios –al que no oímos–, llamando a nuestras conciencias, sordas (12:41:06).

jueves, 27 de octubre de 2022

27 de octubre de 2022. Jueves.
REZAR A DIOS SIN PALABRAS

Rezar es poner voz a lo que no la tiene. 

-Salgo al balcón y me lavo el rostro con el sol de entre tules del otoño. Más tarde se enfurecerá un poco, pero es un sol amable, sin agujas que puncen, sin demasiados lobos, como los del verano, que muerdan. Yo digo con George Eliot –seudónimo de Mary Ann Evans– que si fuera pájaro volaría sobre la tierra buscando otoños sucesivos. En primavera, se abren flores y hojas en los árboles, mas como diría Albert Camus, el otoño es una segunda primavera, en la que cada hoja es una flor. Mañana, pues, de luz y azul luminosos, fervoroso rezo de amor de la naturaleza a Dios. Las cosas, con solo su presencia, rezan a Dios. Es posible rezar a Dios sin palabras, con solo dejarse ver. Mi oración, cuando de las cosas pasa a Dios, es oración de las cosas. Yo les pongo las palabras que a ellas les faltan, interpretando sus silencios. Como cualquiera que ora. Los silencios de la rosa, de la cumbre nevada, del canto de las aves, del manantial que corre ladera abajo con la bella melodía de su música. Toda esa belleza proclama la belleza de Dios, de la que participa. La naturaleza no es Dios, pero habla de la belleza de Dios. Fue lo que hicieron San Francisco de Asís con su Cántico de las Criaturas: «Alabado seas, Señor, en todas tus Criaturas»; o el cántico de los tres jóvenes Ananías, Azarías y Misael, en el libro de Daniel: «Criaturas del Señor, bendecid al Señor…» En esta mañana de otoño, Diario, yo digo con el salmo 150: «Todo ser que alienta, bendiga al Señor», y de este modo celebro yo, con las cosas, a Dios (17:58:58).

miércoles, 26 de octubre de 2022

26 de octubre de 2022. Miércoles.
TRASTO VERBAL

Hombre con un trasto entre las manos, pescando. Lo Pagán. San Pedro del Pinatar

-A las cosas inútiles, lastimadas, viejas o que estorban se les llama trastos. Puede ser un trasto, por ejemplo, un piano de cola sin cola; o un lírico sin lírica; o un ataúd sin muerto. También puede serlo un etcétera sin nada que añadir a lo ya dicho. El etcétera puede significar que en una disertación se callan cosas o porque supondrían sobreabundancia o porque no interesa decirlas; pero también, porque el orador o maestro o predicador, luego de lo expuesto, no sabe que decir más, aunque hubiese cosas que pudieran ser dichas. Esto último sería un etcétera fulero o de tahúr del Misisipi. Es el etcétera de la ignorancia. En el póker se le llama farol. Y mentira, en confesión. Aunque trasto, la palabra, en su significación, puede ser también una metáfora. E incluso un elemento arrojadizo virtual: como el tirarse los trastos a la cabeza, de un político a otro, que suele ocurrir casi todos los días. La metáfora es un mundo dentro de otro mundo, que casi siempre causa asombro y hace que la imaginación salte en vuelos, o se haga vuelos. El volar de la metáfora. Así como se ha dicho «la imaginación al poder» (Marcuse), también podría decirse el trasto, o lo que se acuerde, a la cabeza. Es el «y tú más» del arrabal. Es, en todo caso, un gesto de mala educación, que se suele usar frecuentemente en esta España nuestra –«mi querida España, esta España mía», de Cecilia–. Ay, Diario, en esta hora de nuestras vidas, la mala educación está a la orden del día, como una plaga maligna (12:48:01)

martes, 25 de octubre de 2022

25 de octubre de 2022. Martes.
CUMPLIR  AÑOS

Belleza de lo viejo, junto al Rin. Alemania.

-Ayer día de alegrías, con aleluya de Haendel al final. Pero, como todo en la vida, las alegrías pasan y queda el sedimento, lo que pesa. Y lo que pesa son los años cumplidos, tantos, que me da pudor decirlos. Podía haber cumplido Ilíadas, Antártidas, o naranjas de la China, pero ayer cumplí años. Siempre me ha gustado cumplir años, para, al momento, “descumplirlos”. A cada año que cumplía, recuerdo, quitaba uno, desde los dieciocho. Y, así, sin mentir, no pasaba de los 18 años cumplidos. Sin embargo, lo de cumplir años es maravilloso: hay quien se acuerda de ti (y más si andas por las redes sociales) y además puedes desactivar el cumple y activar el quita. En vez de un “quita y pon”, es un “pon y quita”. O tratándose de determinados políticos, sátrapas, enloquecidos mercaderes financieros, bueyes almizcleros, etcétera, los hay que quitan y no ponen. O, con el tiempo –y si los cazan–, ponen un poco de lo que han quitado. Es decir, se lo llevan crudo. De 30, según filosofía matemática de Cantinflas, me llevo tres; me llevo tres y restan veintisiete, los que quedan. Como diría Borges, no es una metáfora: «Quizá la historia universal –escribe en La esfera de Pascal– es la historia de unas cuantas metáforas». No. Es la tersa y terca realidad. Buen, decir que ayer cumplí años y me sentí feliz, porque te das cuenta entonces de la cantidad de amigos que tienes, de su cercanía y calidad humana, de su cariño desinteresado. Esas son los gozos y aleluyas por los que –pienso– debe andar Dios. Luego, Diario, caigo en una alicaída añoranza: los años que pasan, me digo, y no volverán, y esto me llena de tristeza, o el poso del café; para, al momento, respirar hondo y decir: «¡Pero son años que he vivido, míos!», y, con gozo, vuelvo a los aleluyas, sin complejos, con vuelos en los ojos (17:39:55).

lunes, 24 de octubre de 2022

24 de octubre de 2022. Lunes.
DIOS SE RÍE CON LA BURLA

Iluminando la oscuridad, el misterio. Torre de la Horadada. 

 -Lo he dicho alguna otra vez: Me dan cierta pena los ateos: sin pretenderlo, siempre tienen a Dios en la boca. De sus dudas y negaciones les brota Dios en los labios como en el prado, tras la lluvia, la hierba. Con amapolas, además, que es su dolor, y su cruz. Dios sobrevolando la duda, poniendo inquietud en sus sombras. Dios desearía salir del no del ateo, evadirse de ese Gulag de la incomprensión; pero no le dejan. Dios, así, sigue en el Gulag del no, en ese acrónimo de la desesperanza. Niegan, y, al negarlo, dicen a Dios; y si es con saña, con saña lo proclaman; es decir, con más signos de admiración que cualquier otra cosa que puedan decir. Si se hace burla de él, también se dice, y la burla, entonces, se hace teología inopinada. Dios, así, llena la burla, e, impensadamente, ésta se hace apología de Dios, entre risas. Aunque con ella se le quiera zaherir, Dios existe en la burla, y aletea sobre el caos de la chanza, como el funámbulo sobre el alambre, sin caerse. Dios se ríe con la burla –es Padre–, y permite que siga el circo, la farándula. Dios, protagonista y espectador. De este modo, Dios, da de comer (científicamente) a la filosofía y al títere. Qué serían la filosofía y el títere sin Dios. Dios, pues, en el no y en la broma, sin dejar de serlo, armonizando el no y la pulla con la duda, que es la fe. Cuando creo reírme de Dios, me río con Dios. En el teatro del mundo, se pregunta el filósofo: ¿Dios es deseo o realidad? Y el que pregunta se da a sí mismo la respuesta: lo que el ser humano echa de menos, eso es Dios. Me quedo, sin embargo, no con el Dios que no deseo, sino con el que tengo. Y lo tengo en mi alegría y en mi llanto, en la mano que doy y en la que me niegan, en el absurdo de la guerra y en la otra mejilla que pongo, que es la paz, y en la que no pongo, que es egoísmo, y en el ir, y en el venir, y en el estar, y en el soñar que sueño, y en el despertarme sin soñar, y en el amén que digo y en el que callo, y en la duda, que es la fe, y en el amor, que nunca es duda, porque es la certeza de dar a cambio de no recibir; y eso quizá cree dudas en el ser amado, pero nunca en el que ama. Me dan pena los ateos, porque sin Dios, sólo se poseen a ellos, removiendo sombras y avernos terrenales, y subjetivos, Diario, como Dante removía infiernos y se miraba en ellos, absorto, confuso (13:01:40).

sábado, 22 de octubre de 2022

 22 de octubre de 2022. Sábado.
LAS AGUAS TURBULENTAS DEL CORAZÓN

Huerto de olivos, Jerusalén. Israel. 

-«Hablar con sosiego y en paz, es el primer paso para entenderse», con Dios y los hombres, y aun con la naturaleza. Y es que como dice San Juan de la Cruz: «En la quietud interior a la que conduce la meditación, el Espíritu unge en secreto el alma y sana nuestras heridas más profundas». Sosegarse es amansar las aguas turbulentas del corazón, y ponerlas al servicio de la vida, con la alegría y la sorpresa de vivirla sin grandes oleajes. La meditación es el arma de la quietud interior, la que va cerrando heridas y pasiones, y abre cielos nuevos, con vuelos nuevos. Volar en el interior del silencio, para poder hablar con Dios, es el milagro de la contemplación. «El silencio –sigue el santo–  es el lenguaje de Dios». Dice el evangelio que Jesús se retiraba a espacios libres de ruidos y de palabras para orar, y, en el silencio, se unía a su Padre Dios. A Jesús le era grato rezar en cualquier lugar, sobre todo en lugares solitarios. Le atraía la naturaleza, como templo sin bóveda, de su oración. El huerto de los olivos y el monte eran los espacios libres donde Él oraba: necesitaba estrellas y paz que le inspiraran. Jesús disfrutaba en la oración de su comunión con el Padre, Diario, y en él nos revelaba la vida que agrada al Padre, la de la intimidad (12:38:09).

viernes, 21 de octubre de 2022

 

21 de octubre de 2022. Viernes.
LOCURA Y ESTULTICIA

Enredo en el jardín. Torre de la Horadada, Alicante.

-Y hubo un país en el que se instauró la locura. La locura puede que no sea una enfermedad; o quizá lo sea; pero es más un continuo estado de asombro. El asombro que, según Aristóteles, hace posible la filosofía, también hace posible la poesía, y la locura. El asombro por la raza aria modeló a un Hitler cruel y paranoico. Cuando Erasmo de Rotterdam escribe su Elogio de la locura, le añade de inmediato: o encomio de la estulticia. O sea, viene a decir que locura y estulticia se complementan, se amigan. Él, que es un racionalista, emplea sin embargo la locura como metáfora didáctica e insolente para describir y hacer burla del mundo que le rodea. Así como en la Escritura la Sabiduría, como si tuviera personalidad propia en Dios, habla por sí misma, Erasmo hace hablar a la locura porque ve que la razón apenas tiene ya voz, ni fuerza, y es considerada como mucho un espasmo de la antigüedad. Erasmo había visto una Europa (y una Iglesia) enlodadas, en pura y frenética decadencia. Los príncipes se destruyen unos a otros; la Iglesia es todo menos evangelio: el lujo y el placer, y la misma guerra (Julio II). La Iglesia no era la voz que clamaba en el desierto: era el mismo desierto, sin voz que la hiciera clamar. Mientras, el pueblo estaba en la más absoluta orfandad espiritual, y la miseria era su vestimenta y su pan, su taparrabos y su mesa. Como ahora, se alababan la ignorancia, el error, la holgazanería, el ir de corrupto listo y guapo por el mundo; es decir, de pijo caviar. Erasmo, con su elogio de la locura, intentó despertar conciencias en una sociedad ebria de hedonismo y estupidez. ¿No es ésta quizá una descripción aproximada (o exacta, no entro en matices) del mundo actual? Una España –dentro de una Europa–, en las que la locura se ha hecho asignatura de universidades sin grados (degradadas), de políticas correctas (totalitarias) y de una sociedad asilvestrada en general (miseria del espíritu). Pero luego de la locura, Diario, viene la destrucción. Advertía Eurípides que los dioses eran así: daban la locura a los hombres para luego destruirlos (18:00:05).

jueves, 20 de octubre de 2022

20 de octubre de 2022. Jueves.
SI ABRO LA MANO

Luna mirando dónde hay un charco para meterse. Casa sacerdotal.Muecia

-Si abro la mano y sale un pájaro, es que se está formando un poema en el aire, como se forma una nube que luego será charco de agua en la tierra, y lugar de lunas reflejadas; pero si abro la mano y sale un saludo, el poema ya está hecho, poema que se dice en la paz y se escribe, sin letras, en los ojos, donde descansan el tiempo y los secretos, y las palabras que se callan, y el Dios de la cruz y la misericordia. Dijo un sabio: «Miré el bosque y ardió, tanto lo amaba»; y nunca supieron que fui yo –excelso amante de la naturaleza– el que, con la mirada, lo había calcinado. Miré el bosque y ardió, y, con él, mi mirada, ceniza enamorada desde entonces. Por eso dicen que hay amores que matan; ¡y tanto que matan!, Diario, pero amando (17:45:12).

miércoles, 19 de octubre de 2022

19 de octubre de 2022. Miércoles.
UN CHORRO DE LÁGRIMAS

Pastor cantando, alegría. Acuarela de Zacarías Cerezo. Murcia.

-Te invito a no decir cosas por decir, sin sentido, o con un sentido perverso; no decir «prefiero pájaro en mano que mil volando», porque te puedes quedar sin sueños, sin abejas en la boca que fabriquen la miel de las palabras, o sin notas en los dientes que hagan versos con las teclas del piano de Camille Saint-Saëns, por ejemplo. No decir cosas por decir o que no sientas; como «ande yo caliente y ríase la gente», porque puedes quedar helado por el desprecio de las risas de los que se mofan de ti, y aún más helado por tu propio egoísmo, pues es mejor ir por la vida acompañado de miradas amigas que de espaldas burlonas, que te huyan. La soledad es eso: o tu propio egoísmo o las espaldas de los otros, que nunca dan la cara ni la mirada. O aquel otro que dijo: «que se mueran los feos»…, y se murió; me lo contó alguien que fue a mi entierro y lo hacía entre un chorro de lágrimas… de risa. Verlo, para creer. Y no decir nunca «me estoy muriendo de asco», porque si dices eso, es que ya estás muerto y hueles que das asco. En este día borroso y como lleno de barro, ceniciento, te aconsejo con el libro de los Proverbios no decir palabras inútiles, porque «la boca del necio es calamidad cercana» (12:56:52).

martes, 18 de octubre de 2022

18 de octubre de 2022. Martes.
EL VERSO Y LA ARCILLA

El verso, la flor, y lo demás, arcilla. Torre de la Horadada. Alicante.

-El verso y la arcilla es el título de un nuevo libro de versos, que pienso acabar cuando la inspiración deje de bajar de las cejas a los ojos; los ojos, donde las ilusiones –lo iluminado– sueñan. En cuanto no haya sueños que soñar en los ojos, daré por finalizado mi libro. Hasta que venga otro libro y me llene los ojos de luces y de hojas caídas de otoño, las otras maravillas iluminadas de la vida. Las luces de otoño y las hojas caídas son fundamentales para alimentar la poesía, que siempre nace de raíces cansadas que van al invierno. Son el flujo que hace a la manzana en el árbol, en los otros días de más anhelos frutales, verde –o irreal– y roja. Dios, de una irrealidad real y verde, también está –según Espinoza– en la manzana. Yo creo que está, aunque lo diga Espinoza y lo niegue Leibniz: la manzana, que es seno de blancura, vientre, donde modula Dios los huesecillos que serán otra vez manzana. En los blancos del seno (mujer, manzana) está la vida. Yo no sé qué es la poesía; sólo sé que en la manzana está la poesía, porque en ella estuvo la ciencia del bien y del mal, y del conocimiento. Y ella quitaba y daba vida; ella es, pues, Diario, la poesía. O sea, belleza y gusano, y cobijo y muerte; es decir, la vida (12:37:48).

lunes, 17 de octubre de 2022

17 de octubre de 2022. Lunes.
UN CORAZÓN TRASPARENTE

Trasparencia en el jardín. Estambul. Turquía.

-Orar es pensar y luego hablar. La oración nace en el corazón y aflora en las palabras, como el manantial brota de las entrañas de la tierra y se alarga hasta ser río y fecundidad en el valle. En la oración, que es palabra y entraña, se estrechan las distancias, logrando que la tierra y el cielo se unan, en un sublime decir y escuchar próximos. La tierra, al rezar, alza lo ojos, y se da con el cielo, que, al alcance de sus palabras, oye y atrae la bondad de Dios. Ayer, en la liturgia se hablaba de oración. Moisés rezaba con los brazos en alto, para decirnos que en todo lo que hacemos o decimos allí está Dios; y así, «la empresa humana adquiere sentido de salvación». Decía Santa Teresa de Calcuta: «La oración hace que el corazón sea trasparente, y un corazón trasparente puede ver a Dios». La trasparencia deja ver tras el cristal, por el que pasa el sol sin romperlo ni mancharlo. Tras el cristal de la oración, Diario, puede verse a Dios, sentirle como latido en ti, inspirador de tu plegaria, el que pone palabras en tu boca, para que, como alabanza o súplica, las digas y las hagas oración (12:58:45). 

sábado, 15 de octubre de 2022

15 de octubre de 2022. Sábado.
SANTA TERESA, UN AMOR ROMÁNTICO

Lengua de alabanza, en el jardín. Casa Sacerdotal. Murcia

-El alma de Teresa de Jesús (limpia, hermosamente corderil, entregada, con algún ángel ilustrado en su inspiración poética) se me aparece hoy en unos versos sencillos y encendidos, en los cuales nos dice cómo deja ir en la voluntad del Amante su voluntad: «… pues por vuestra me ofrecí, / ¿qué mandáis hacer de mí?» Es el modo excelso de la disponibilidad. Aunque éste es otro amor: o amor de amantes místicos; y, al ser amor del alma, es más sensible, más tocable en las palabras y en los sentimientos que en los castillos feudales del cuerpo, con sus encrucijadas y laberintos eróticos, y deslumbrantes, a veces, pero, al fin, sin luces, o con luces que son de neón y que tienen el deber de fundirse. Fundido el neón, se apaga el amor. No hay amor –salvo alguna excepción sublime– que aguante un cuerpo sin luces, sin haces de tallos nuevos y vírgenes, ondulantes, con brisa entre sus hojas, sin pájaros en sus montículos y manojos de trigo en sus eras, echadas. Y el amor marchito (o amores soportados) es el peor de los odios. Por eso me gusta beber del amor místico, sin forma, o de molde espiritual, de Teresa de Jesús; es amor sin envejecimiento, siempre entallado –de talle–, que, como el buen vino, mejora el buen sabor con el tiempo. ¡Qué buen amor el vino del amor de Teresa, llamada de Jesús! O con el apellido-nombre del esposo. Este vino se bebe entre éxtasis y ollas de cocina, un poco entre cielo y tierra, y, a esa altura intermedia, es amor compartido con Dios, que también hace su éxtasis inverso –se extasía–, dejándose ir desde arriba abajo, pero sin que sus pies toquen tierra. Es este un éxtasis de «estar sin parecer estar», pero estando en el amor, Diario, un amor romántico, donde los haya, con etiqueta de sublimidad (17:46:04)

viernes, 14 de octubre de 2022

14 de octubre de 2022. Viernes.
CANTÁBILE

Rosa a punto de abrir, en el jardín. Torre de la Horadada.

-El sol canta y las plantas recitan versos, aun en otoño. El sol esta mañana está cantando su canción de luz murmullo, casi quebradiza, y las plantas la repiten, con gozo de humildad musicable. El otoño tiene estas músicas, casi de gregoriano monástico, que las plantas festejan. Sol y plantas pues salmodiando a Dios; salmodia a la que me uno, para celebrar al Creador. El sol es bellamente curioso, y, si lo invitas y abres ventanas y puertas, se entra por tu casa y va iluminando, con delicadeza de una mano admirada, cada cosa que toca. Toca e ilumina los libros, las sillas, la mesa, el silencio de las fotografías y el descansar del sillón y el sofá. Y lo hace sin molestar, todo de pasada, y se va yendo con la humildad de quien recita versos sin decirlos, sugieréndolos solo. Decía Soren Kierkegaard que él prefería el otoño a la primavera, porque en otoño se mira al cielo y, en la primavera, a la tierra. Ahora mismo el sol me da en la mano y en el ordenador, y escribe conmigo, y como silencio que es, lo hace callado. Dios, que está a mi lado, Diario, oye el paso del sol y sonríe; y yo digo lo que la rosa que está a punto de abrir en el jardín: «La vida vuelve a empezar con el otoño». Cuando todo alrededor es negro, yo miro por la rendija de la esperanza y veo la luz de Dios, que me invita a no rendirme, a seguir (11:34:31).

jueves, 13 de octubre de 2022

13 de octubre de 2022. Martes.
LA SUPERSTICIÓN DEL ANTIBIÓTICO

Bella rosa, envejecerá y perdera su esplendor. Pero habrá sido. Torre de la Horadada

-El lunes, salíamos de casa, los más, apoyados en el bastón; los menos, con paso lento y ligeros de equipaje. Jadeantes, llegamos todos al Centro de Salud, en Vistabella, sin más sobresaltos, que el de la ancianidad. Doscientos metros escasos; para nosotros, sin embargo, como un gran maratón. Allí nos esperaba Pedro, el enfermero, vestido de blanco, como los ángeles que, sin dejar el cielo, se instalan en la tierra, como ayuda y guía, como ungüento que cura. Éramos seis o siete octogenarios, y esperábamos a que nos vacunaran con la cuarta dosis contra el covid y la correspondiente contra la gripe. Me fijaba en la gente. Una madre joven y su bebé en el carrito, gorjeando y mirándose las manos, para, al instante, contraer el gesto y echar una lloradita. La madre, presta, se inclina y le pone el chupete: el bebé se calma. Unos cuantos ancianos, torpes como patinadores inexpertos en una pista de patinaje, se acercan a la ventanilla a reservar cita con el médico. Todo es como una madeja que se va desliando. Los bebés, llorisqueando, y la ancianidad, remoloneando. Como diría Leila Guerreiro, en un artículo titulado Hospital: «Pienso en la tribu. Cuántos de nosotros vendremos a este lugar buscando la superstición del antibiótico, la destreza de la radiografía, y saldremos muertos». Es la insistencia en nuestro anhelo de inmortalidad; aún no nos hemos dado cuenta de que seremos inmortales, pero de otro modo. Despajados de la cáscara, del cuerpo, seremos solo espíritu, solo soplo de Dios, solo realidad espiritual. Los ancianos de la Casa Sacerdotal, Diario, llegamos a la hora justa al Centro de Salud y volvimos, sin más incidencia que nuestra senectud; y dando gracias, por el milagro de vivir (12:30:26).

miércoles, 12 de octubre de 2022

12 de octubre de 2022. Miércoles.
LA PIEDRA Y LA FE

Jesús en brazos de su Madre, su Pilar. Santa Sofía. Estambul. Turquía.

-Hoy es la fiesta del Pilar: fiesta de la piedra y de la fe, y de la Virgen (Madre) a la que acudir. La Virgen es, estuvo y está, en la historia y en la fe. Con Jesús de Nazaret (o cruz y salvación él), ella es evangelio e historia, y ternura de Dios. Y leyenda. Cuando algo o alguien se convierten en leyenda es que se ha consolidado su realidad y ha conseguido hacerse pasión en el amor del pueblo. María de Nazaret se hizo leyenda junto al Ebro, en Caesaraugusta (Zaragoza), y como objeto de fe y leyenda se la venera. En la fe descansa la piedra –la fe y la piedra se complementan metafóricamente– y, en la leyenda, descansan el asombro y el aspaviento: o la religiosidad popular. Toda verdad tiene su realidad y su leyenda, y así la una consolida a la otra. La teología explica la fe y la poesía, la leyenda; y así el objeto de la fe se hace delectación en el pueblo, verso, clamor. En el año 40, pues, María –evangelio con Jesús y objeto de fe, y verdad–, se hace además leyenda, viniendo «en carne mortal» a Zaragoza; la columna de jaspe sería su firma para datarla, en su vertiente poética, en la historia. Piedra y fe, ambas, se entienden con la lírica. Santiago el Mayor, con dificultades, recibe la visita de su prima María, que le anima en la fe y, ante el desaliento, lo rejuvenece en la palabra, para llevar a cabo el «id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva» (San Marcos), hasta la Hispania. Pero la leyenda también es fe, porque es tradición. La tradición es lo que se viene haciendo y diciendo desde tiempos arcaicos o remotos, sin interrupción; es el arco iris del hoy hasta el ayer, con algún que otro gris de nubecilla (o vacío y borrón de tradición no documentada), que pueda oscurecer la realidad del arco. Pero el arco sigue, luminoso y terco. Hasta hoy, Diario, en que se celebra la fe y la poesía del Pilar (la Piedra) en Zaragoza, junto al Ebro, el que, con el tiempo, bautizaría a España (10:51:00).

lunes, 10 de octubre de 2022

10 de octubre de 2022. Lunes.
LA DANZA DE LOS ÁTOMOS 

Dios hizo bien todas las cosas,tambiñen el calor. Casa Sacerdotal. Murcia,

-El verano no quiere irse: nos ha tomado cariño. «¿Dónde voy a dejar el calor que he atesorado?», se dirá el verano. ¿Y si las estaciones, como el pájaro o la aguja de pino, o la gota de agua, tuvieran sentimientos? ¿Y si el verano nos hubiera tomado afecto? Puesto que toda la materia es comunicativa, un átomo afectuoso que hoy es mío, pudiera estar mañana en la luz que desplaza el aleteo de un pájaro; o en el calor. Es «la danza de los átomos», dice el sabio. Mañana, en vez de casi odiarlo, cogeré el calor en mis manos y lo besaré; quizá esté besando algo que ayer fue parte de mí. Un átomo que ayer pude tener en la punta de la lengua, como palabra o sabor, o suspiro, convertido hoy en calor otoñal. Maravilloso. Según parece, Diario, Dios, que hizo bien todas las cosas, también hizo lo que nos desagrada o no nos gusta: «Su razón de ser tendrá», me digo, y lo celebro (17:58:04).

domingo, 9 de octubre de 2022

 

9 de octubre de 2022. Domingo.
AMAGO DE TORMENTA

Vela ardiendo, símbolo de la fe, santo Sepulcro, Jerusalén, 

-Esta es mi filosofía: si río, no lloro; pues yo río, como una vocación. Y si hay que llorar, entonces, a reír y llorar, para que el llanto en soledad no me revista el alma de desesperación. Si río, el llanto se va por la risa y queda sólo en llovizna en los ojos, un amago de tormenta. El llanto, a veces, reconforta, consuela; la risa, siempre, y, además, libera. La risa es mil pájaros en vuelo; el llanto, un solo pájaro entre rejas. El alma se enreja en el llanto, y deja de ser sueño y vuelo. El momento de más llanto es el de la muerte; pero, aun en el llorar por la muerte, queda una esperanza para la risa: la fe; y, siempre, en la fe anda Dios insinuándose, dándose en la gracia, y en los silencios. Jesús, en el evangelio de la misa de hoy, dice a un leproso que, tras ser curado, vuelve a darle las gracias: «Levántate, vete; tu fe te ha salvado». Decirte, Diario, que nunca reiré por no llorar; en todo caso, reiré llorando, bebiéndome el llanto y dejando que aflore en los labios la risa, por salubridad, para que vuele el espíritu, liberándome (17:48:32).