20 de febrero de 2023. Lunes.
EL HOSPITAL ME LLAMA
EL HOSPITAL ME LLAMA
-Mañana no estaré:
me habré esfumado de El bosque apócrifo,
diré «pío», como el pájaro, y me marcharé: voy a sufrir una leve operación. El
hospital me llama. Dejaré por unos días de hablar de Dios, de la belleza del
mundo, su obra, y de las cosas ordinarias: las que toco y con las que vivo en
cada momento, y con las que soy y estoy. ¿Miedo? Un poco: siempre me han
impresionado las batas blancas deslizándose, como en levitación, por los
pasillos del hospitlal, y hablándose bajo y reservado al oído. Un hospital es un rictus de
dolor en el rostro alegre y confiado del mundo. Andar por el recinto
hospitalario es como andar por una ciudad herida por la guerra, solo que con
personal sanitario, que alivia y cura, y da esperanza. El resultado de la
guerra es la destrucción material –a veces espiritual– de un país; el hospital,
por el contrario, es la pequeña luz que aún oscila en la noche oscura de la
vida. Y en todo caso, no tengo miedo a la muerte, es lo que nos aguarda desde
que nacemos; le voy teniendo más miedo a la vida, que tanto dolor y desasosiego
nos procura. Pero al final, siempre será lo que Dios quiera. Mi consejo es que,
con una sonrisa en los labios, esperemos este acontecimiento que siempre llega,
y, a veces, sin avisar. La sonrisa por encima de todo, como un analgésico que
libera de la locura de saberte frágil, vulnerable. Confiando en Dios, Diario, todo
es más llevadero, y festivo. Amén (12:11:08).