7 de febrero de 2023. Martes.
UNA NOCHE SIN FIN
UNA NOCHE SIN FIN
-Noche de poco sueño y abundante tos; me ha cazado un resfriado de invierno, de los que no dan fiebre, pero sí tos. Toso y toso en una noche sin fin. Y me levanto roto, hecho un pingajo, como un pájaro sin alas, desalado. Estoy como el día: gris y lluvioso. Pero no me dejo llevar por el desánimo; de inmediato pienso con Marco Aurelio en el «precioso privilegio de estar vivo: poder respirar, pensar, amar». Consciente de que estoy vivo, y que a pesar de las dificultades, respiro, pienso y amo –el estar escribiendo este comentario es una muestra de mi amor–, dejo a un lado el resfriado e intento centrarme en la vida, dando algo de mí: escribir es un destello de amor: en él me estoy dando. El amor, sin donación, no es amor: es una ilusión rota al primer contratiempo. El amor, Diario, nos hace un poco dioses, pues Dios es amor, y en el amor, Dios se nos da Padre, Redentor, Aliento; es decir, Vida (17:39:08).
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