23 de febrero de 2023. Jueves.
LA LUZ QUE AÚN QUEDA DE DIOS EN EL SER HUMANO
LA LUZ QUE AÚN QUEDA DE DIOS EN EL SER HUMANO
-El día ha amanecido encenizado, como si ayer le hubieran puesto la ceniza en la frente de la penitencia, el ayuno y la oración Día de luto cuaresmal, con
un manto de ceniza en el cielo, que tapa al sol. El sol que es justo y no hace
acepción de personas, dándose a todos por igual, símbolo de Jesús, el del
evangelio de la donación. Pablo Picasso, genio de la pintura, él que tanto entendía
de la materia, nos aconsejaba que apagáramos el gris de la vida y encendiésemos
los colores que llevamos dentro. Es decir: los colores de la fe, la piedad, la ternura,
la esperanza, la inclinación de escuchar, el amor por todo, aun del pequeño y
humilde brote de hierba perdido en el bosque. La lluvia es gris, pero es bendición, gracia,
cielo pisando la tierra: ella construye la espiga de trigo y a la vez la amapola que
habla de amor en el trigal. Decía la poeta Dulce María Loynaz: «Si me quieres,
quiéreme entera, / no por zonas de luz o sombra… // Quiéreme día, / quiéreme
noche. / Y madrugada en la ventana abierta.» Como Dios, Diario, que ama sin
mirar al color ni a la altura, sólo se fija en los destellos de amor que saltan
del corazón, por ser estos la luz que aún queda del mismo Dios en el ser humano (18:43:07).