24 de marzo de 2023. Viernes.
GRACIAS
Gracias, florecilla del jardín. Torre de la Horadada. |
-Como un gorjeo de palomas, se me agolpa la palabra
«gracias» en la boca y pugna por saltar de los labios y hacerse congratulación
y reconocimiento. Y ahí está el aire dispuesto a recibirla y hacerla música en
los oídos, como una alondra que cantara. Leo en el Diccionario de la Lengua:
«Sólo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud». Es un
exceso que no hace ruido, pero que provoca la sonrisa y el brillo agradecido de
los ojos. El ser agradecido, como el saber, no ocupa lugar, y, sin embargo,
llena el espacio de paz y belleza, de bondad y favor. La Eucaristía es acción
de gracias, y, participar en ella, es signo del que devuelve algo a Dios por
todo lo bueno que nos regala cada día. Vivir cada día, es un regalo
excepcional, grandioso, como estar envuelto en un milagro, que respiras y
masticas, y en el que vives y por el que vives. Dar gracias es admitir que
Alguien o algo te han hecho un bien, y que han merecido estar en un lugar
especial en tu corazón. Y lo dices, como el pájaro canta cuando está enamorado,
o el bosque se renueva cuando llueve. Yo, Diario, estoy agradecido por tantos
mensajes de cariño que he recibido estos días de hospital y preocupación, de
dolor, y, en una celebración admirable de las palabras, lo digo: «Gracias», «muchas
gracias, amigos», «Dios os lo pague», quedando en mi boca el sabor de la fruta
que es decirlo, como un bocado de luz y sabiduría, como una rosa sorprendente de
abundancia (12:53:32).