viernes, 1 de julio de 2022

1 de julio de 2022. Viernes.
NIVELAR

Julio espléndido, en el jardín. Casa Sacerdotal. Murcia

-Paso hoja en el calendario y es otro mes, como un fruto más cogido del árbol de la vida. Julio se despierta con un vientecillo venido del noroeste, que se agradece. Julio, el séptimo mes del año, el que echa a la gente desocupada (¿y despreocupada?) a las carreteras. O quizá, no; mejor decir que echa a la carretera a la gente ocupada que se desocupa. Desocuparse para ocuparse en no hacer nada, o en ponerse «a caldo» al sol. Rojos como gamba roja al sol de la sartén. Caldeados o soleados al sol, como el pan candeal en el horno. Otros no se caldean al sol, se caldean en las colas del INEM, que son las colas de la humillación del sistema (Ahí está la prueba del algodón de que determinados Capitalismo y Liberalismo han muerto). Y éstos, los de las colas del INEM, no se desocupan para no ocuparse en nada, porque malviven de la desocupación. La desocupación obligada, como medio de malvivir desesperado, y trágico. Los políticos se consuelan cuando oyen decir a la DGT (Dirección General de Tráfico): 4 millones, o 9, o 20 millones se echarán a la carretera este fin de semana. Es el desmadre hecho inconciencia colectiva que da consuelo al político, que piensa: ya los tengo en la carretera, en el circo, en el pan y toros de las vacaciones, sin acordarse de la madre (perdón) que me hizo. Y sonríe, complacido. A tostarse al sol, como las almendritas con sal y un poco de aceite en la sartén. Y es que en esta sociedad de listos (truhanes) y de tontos (robados), no se hace lo que aconsejaba Pablo, el de Tarso, el santo, que decía que había «que nivelar». En el momento actual, decía él – vale también para el ahora del ahora–, vuestra abundancia debe remediar la falta que los otros tienen; y un día, añadía, la abundancia de ellos remediará vuestra falta. «Así habrá nivelación.» Dice la Escritura: «Al que recogía mucho, no le sobraba; y al que recogía poco, no le faltaba.» O nivelar, Diario, como decía San Pablo (12:17:17)

jueves, 30 de junio de 2022

30 de junio de 2022. Jueves.
PENURIAS

No hay rosal sin espinas, en el jardín. Torre de la Hoaradada. Alicante

-En estos tiempos de penurias de todo pelaje –ejemplo: más de trece millones de personas se encuentran en riesgo de pobreza en España–, un trozo de sabiduría no estaría mal. Hay carencia de valores morales y cívicos, con sus correspondientes flecos relativistas y demagógicos. Sin embargo, hay un libro en la Biblia llamado Sabiduría, que inicia su andadura afirmando: «Amad la justicia, los que juzgáis la tierra». La justicia como estrado o pedestal de la sabiduría; la justicia, tan maltratada en el mundo, y ¿quién dice que no por cada uno de nosotros? En la acepción número siete del Diccionario de la Lengua, se dice: «En el cristianismo la justicia es una de las cuatro virtudes cardinales, que consiste en la constante y firme voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que le es debido». No solo a Dios, también al prójimo; porque sin el prójimo ese amor a Dios sería lo mismo que pensar en un rosal que diera rosas sin dar además espinas. Sin amor al prójimo –a veces las espinas del rosal–, tampoco hay amor a Dios, pues solo «donde hay caridad y amor, allí está Dios». Dice San Agustín: «Gran poder tiene la concordia fraterna, para hacernos propicios a Dios». (18:05:52).

miércoles, 29 de junio de 2022


29
de junio de 2022. Miércoles.
PEDRO Y PABLO: O PIEDRA Y PALABRA

San Pedro Apóstol, San Pedro del Pinatar. Murcia

-Cristo es la Roca; Pedro, la Piedra; Pablo, el portador de piedras (la palabra), con lo que se va construyendo la Iglesia, edificio místico, que se apoya en Cristo la Roca, en Pedro, la Piedra, y en el portador de piedras –predicador del evangelio– Pablo, enraizada a su vez en la Palabra de Dios que es Cristo. De Cristo que es Roca se desprende la Piedra que es Pedro, y Pablo lo dice, corre la voz por el mundo, y de la Piedra que es Pedro y el decir que es Pablo, surge la Iglesia, fundamentada en la Roca que es Cristo, piedra angular de la fe. Hoy es la fiesta de la fe, que es piedra en Pedro y palabra en Pablo, y construcción magnífica en todos los bautizados, pequeñas piedras vivas –fieles cristianos– formando el edificio espiritual de la iglesia, que trata de transmitir un legado. Pedro es el primero en confesar la fe; Pablo la interpreta y, como aceite por el mundo, la extiende y yo, Diario, la beso tembloroso en mi bautismo, y la doy, para quien la quiera vivir como piedra viva, como iglesia, con Pablo, y con Pedro, y con Jesús, la Roca, lo haga (18:13:22).

martes, 28 de junio de 2022

28 de junio de 2022. Lunes.
LA ROSA DE LOS VIENTOS

Y vio que todo era bueno, en el jardín del mundo. T. de la Horadada. 

-Habló Dios –dice la Biblia– y fueron las cosas, existieron: el mundo, las estrellas, las galaxias, el cosmos, y las leyes por las que se rigen; lo que era caos, nada, fue trasformado en belleza, extensión, inmensidad; bastó una palabra: «Hágase» y fueron lo infinitamente pequeño y lo infinitamente grande, y vio Dios que su obra era buena. Dios se complacía en su obra. Un regocijo divino. El valor de la palabra. Luego habló por los profetas y decía lo que le satisfacía y lo que no, avisaba con algún castigo las injusticias cometidas por el pueblo, y siempre perdonaba. Hasta que llegó el tiempo de que se oyera su Palabra, la Sabiduría que le inspiró el mundo y sus alrededores. Y la Palabra –la Palabra que él hablaba en su intimidad– se encarnó, se hizo carne, y puso su tienda junto a nosotros y nos habló del Padre, del Dios que es Amor, y nos reveló su mandamiento nuevo, el amor de la cruz, que es dar sin esperar nada, pues solo con poder amar ya estás pagado. De este modo el Amor de Dios se hace Amor de Cruz, en Jesucristo. O la rosa de los vientos del Amor, Diario, y no hay rincón de lo creado al que no llegue ese Amor. Un Amor compasivo, clemente, «lento a la ira y grande en misericordia»: o el Amor de Dios (12:24:15).

domingo, 26 de junio de 2022

26 de junio de 2022. Domingo.
GRACIAS

Reseña de Francisco Javier Díez de Revenga. La Razón. Murcia

-Ayer, otra alegría, esta vez a causa de mi último libro, la antología llamada Palabras y alas en el aire. En el diario La Razón salía una reseña de Francisco Javier Díez de Revenga, en la que canta y desentraña, descubre, la verdad y el brillo, quizá, de los versos que en ella viven y sueñan y se dan, buscando solo alegrar el día y los labios de quien los lea, por puro amor a la poesía. Titula su reseña: La presencia de Dios para conversar, sin teologías. «En su poesía –dice– está muy presente Dios, pero un Dios sin teología, un Dios para conversar con él, para hacerle preguntas e incluso para aconsejarle que se proteja ante los enemigos de siempre». Y sigue: «Su palabra poética fluye caudalosamente, enriquecida por un dominio del verso, de la imagen y de la metáfora en la línea de la mejor literatura espiritual». Ante estas afirmaciones, sale de mi boca una palabra armoniosa y sagrada, llena de luz y de reminiscencias eucarísticas, resumen de lo que soy y de lo que siento: gracias. Pues la gratitud, como dice Cicerón, no es solo la mayor de las virtudes, sino que está emparentada con todas las demás virtudes. Las palabras de Francisco Javier enseñan a leer y a sentir lo que se lee, a gustarlo; él es el magister, el maestro que instruye y guía, el que desbroza caminos para que luego en soledad, y libre, el alumno piense y decida, sea él mismo. Así, Diario, la libertad queda enriquecida (12:32:44).

sábado, 25 de junio de 2022

25 de junio de 2022. Sábado.
DANZA DEL EMBRIÓN Y EL FETO

Creación del ser humano, Capilla Sixtina. Vaticano. F: Prensa

-Ayer fue San Juan y anteanoche, las hogueras. San Juan fue de oficio precursor, profeta, y las hogueras son precursoras de San Juan. San Juan allanó caminos y señaló al Señor; fue delante del que tenía que venir. Y es que todo precede a lo que sigue; por ejemplo, la vida es precursora de la muerte, y ésta, de otra vida. Todo es círculo, todo es esfera, como diría Pascal. Todo es punto de donde partir y al que volver. San Juan, antes de serlo, santo, saltó en el vientre de su madre; no pataleó, bailó. Como las hogueras en la noche de San Juan, que bailan en las llamas. Ante la presencia de Jesús, que era embrión en el vientre de María, Juan, feto, danzó en el vientre de su madre, por la vida. El embrión de un lado pasa su alegría al feto del otro. En María e Isabel, de vientre a vientre, la vida danza; ellas son dos vientres hinchados de alegría, de todos los gozos. Ya lo dijo el ángel: «Alégrate, llena de gracia» (Lc 1, 28). María acababa de concebir e Isabel estaba de seis meses, y el embrión hace danzar al feto: el baile del hijo en el vientre de su madre. María se alegra –mandato del ángel– y comunica su alegría a lo que hay en el vientre de Isabel; es la danza de los aún no nacidos, que traen vida nueva, si el egoísmo no la frustra. Ambas, María e Isabel, con ojos danzantes de embarazadas, trasmiten sus gozos a los hijos de sus entrañas, y danzan; pero parece que San Juan se movió más: «saltó de gozo el niño en su seno» (Lc 1, 1, 41). Ambos, en los vientres respectivos, juegan juegos de danza. En los salmos, se habla constantemente de danzar y de instrumentos que incitan a la danza. Son invitadas la cítara y el arpa a que despierten, porque «voy a cantar, voy a salmodiar, pues tu amor, Señor, es grande hasta los cielos» (Sal 107). Las llamas de las hogueras de la noche de San Juan trenzan la danza del feto de Juan en el vientre de su madre: «saltó de gozo». Mañana, manifestación en Madrid en defensa del don de la vida, de la danza de la vida, desde el embrión y el feto hasta el hallazgo de la persona humana, la que ríe y llora, la que habla y recrea las cosas diciéndolas, la que Dios creó a su imagen y semejanza. Mañana, Diario, en las calles de Madrid, danzará la vida (12:06:16).

viernes, 24 de junio de 2022

24 de junio de 2022. Viernes.
DESCANSAR ESCRIBIENDO

Volver a las andadas, descansar escribiendo. Casa Sacerdotal. Murcia

-Aburrido de no escribir, vuelvo a las andadas. He descubierto algo insólito y original, que lo que me cansa no es el escribir, sino el no escribir; sin  escribir, me puede el aburrimiento, el bostezo, los brazos caídos. Imagínense a alguien todo el día bostezando, y con los brazos caídos. Estar sin hacer nada, es como echarse al agua y dejar de nadar: te lleva la corriente. Si deseas sentirte vivo debes mover los brazos, y aun parpadear de vez en cuando. Me aterra aquella greguería de Ramón Gómez de la Serna, que decía: «Aburrirse es besar a la muerte»; o quedarse frío y sin pulso, mustio el espíritu. La muerte no aburre, es muerte. Voy a volver a descansar escribiendo, es el descanso más eficaz y productivo; es como el niño que juega, que, mientras lo hace, sueña e inventa, y no permite que le molesten las moscas. Cuando falta la imaginación, te asedia el aburrimiento. Lo peor es que se aburra la mente, que es, como diría Kierkegaard, la negativa desesperada de ser uno mismo. Hoy, fiesta de San Juan Bautista, arrinconado el aburrimiento y recuperada la actividad, vuelvo a ser yo mismo. El amor por contar las cosas y no dejarlas morir en el silencio del olvido, Diario, puede más en mí que cualquier otra cosa: es como gustar una dulce bebida –la paladeo– que me embriagara (12:14:09).

martes, 21 de junio de 2022

21 de junio de 2022. Martes.
DESCANSO

Florecerá más fuerte, en su tiempo. Jardín Casa Sacerdotal, Murcia.

-Pensaba yo ante el ordenador de qué escribir, buscando, en ese galimatías de ideas que se cruzan en la mente antes de ser escritas, la imagen y la palabra exactas que dijeran lo que deseaba expresar. Cavilaba yo y me preguntaba: «¿Política? ¿Escribo de política?»; sería interesante, con lo alterado que está ahora el parque jurásico de la política: unos lagartos alicaídos y otros masticando euforia. ¡Ah, Sánchez y su cohorte! Vivir de la mentira te lleva a embarrarte en su fango, y fenecer en él. La ciénaga de la mentira, si caes en su almarjal, tiene un final catastrófico. Y la euforia de los otros: excesiva, creo yo. ¿Pero para qué escribir de estas cosas terribles y absurdas? Y lo he dejado. Mas de pronto se me ha detenido ante los ojos, como una luz de aurora, la idea del descanso. «¡Ah, descansar!» «¡Voy a intentarlo!», me he dicho, como el que bebe un vino generoso. Y recordando el refrán que dice: «Quien a su tiempo descansa, rinde el doble y no se cansa». Voy a descansar un tiempo, Diario; voy a pensar líquenes y estrellas, a enhebrar silencios, a corregir defectos, a ensayar maneras nuevas de alabar a Dios, a rezar con pausas largas –contemplación–, a conversar conmigo mismo, a gozar con las palabras, sin tener que escribirlas: he descubierto que se saborean más con solo pensarlas, como el que se queda con el hueso de un melocotón dándole vueltas y vueltas en la boca, en un deleite sin fin. Saco el pañuelo, lo agito en alto, me despido, y digo: «Hasta pronto, amigos, Dios me entiende» (11:54:46).

lunes, 20 de junio de 2022

20 de junio de 2022. Lunes.
LA MONEDA HUMILLADA

Sentido común, en el mundo. Forges.

-Pasear por cualquier calle de nuestras ciudades, es coger la humillación y hacerla objeto de escaparate. El escaparte de la pobreza. Y sin disimulos, con toda clase de abalorios de derrota. Mal vestidos y con signos en el rostro de temor y decaimiento. A poca distancia uno del otro, se ven pobres, o derrotados, con la mano en actitud de recibir una limosna. Una mano extendida y vuelta la palma al cielo es mano que pide auxilio. Auxilio que no llega o lo hace a cuenta gotas de monedas de cinco y dos céntimos. Eso, sí: una moneda y otra, de más o menos peso, quizá sean el pedazo de pan que se espera, o el botellín de cerveza con que cantarle una nana al hambre. Los hay, pobres, de todo jaez o pelaje. Los hay negros, amarillos, blancos; melenudos y barbados, y barbilampiños. Lisiados y fuertes. Viejos y jóvenes, y aun casi niños. Y es curioso: los más niños, al tiempo que piden, juegan. Y, pintarrajeada su cara de trazos de suciedad, ríen. Desde su candor, le ponen buena cara a la pobreza. Pero la humillación sigue ahí: en las calles de cada ciudad, como signo de la afrenta de todos. Yo, cuando doy una moneda a un pobre, me resigno a pasar vergüenza; me siento más humillado que quien me alarga la mano y me pide una limosna o con la voz o con los ojos. Aterran más unos ojos que una mano pidiendo. La mano puede evitarse, los ojos, no. La mano queda; los ojos te siguen. Me gustaría ver a los trúhanes y cipayos de la política, de la banca, de la especulación, a la sociedad hipócrita del bienestar, recorrer las calles de nuestras ciudades y dejarse mirar por unos ojos de pobre que te siguen. Verían (si es que ven) que la democracia, así, es mentira. La democracia nunca puede ser humillación ni una mirada derrotada que te sigue hasta perderte de vista. Su humillación es nuestra humillación, aun en la moneda que damos. Menos mal que Dios, Diario, está al quite y mide el peso de la moneda que doy, el peso del amor con que la doy, y a veces sonríe (12:14:17).

domingo, 19 de junio de 2022

19 de junio de 2022. Domingo.
LA ESPIGA Y EL RACIMO

Vidriera eucarística, Capilla Casa Sacerdotal. Murcia. 

-El pan y el vino: o el alimento y la fiesta. Corpus Christi. «Esto es mi cuerpo; éste es el cáliz de mi sangre», dijo el Señor, y fue su testamento, rubricado, antes de irse, con la sangre de la cruz. Jesús no lo escribió, solo lo dijo y quedó en la memoria de los suyos, ligado a su fe, para alegría de los que viven la esperanza. Palabras estas que no son magia, sino aliento de Dios, que dan vida y contenido sacramental a lo que antes fueran solo trigo y uva. «Esto», es decir, «tú, pan, y tú, vino, sois carne –mi Carne–, y bebida –mi Sangre–, y todo lo que Esto es os lo dejo como herencia». Una herencia de pobres, pan y vino, y una mesa exigua, el altar, pero celeste. Acontecimiento de amor. La espiga y el racimo, desgranados, molidos y pisados, se unen en la masa y el lagar para ser viático y celebración: pan y vino, comida con comensales. Puesta la mesa, los comensales comen el mismo pan y beben el mismo vino de la unidad y del amor, y proclaman la muerte del Señor. «Cada vez que coméis de este pan y bebéis de la copa –dice San Pablo–, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva». Es el recuerdo del amigo que se va pero se queda en el rincón hermoso y tierno, bellísimo, del pan y del vino, donde la presencia de Dios siempre late, escuchando, amando. Esta mañana, tras la consagración, hemos dicho: «Este es el sacramento de nuestra fe», y yo, Diario, he añadido: «Y de mi esperanza, y de mi amor», y emocionado, me he acercado a recibirlo en mi boca, el otro sagrario de su permanencia entre nosotros (12:31:04).

sábado, 18 de junio de 2022


18
de junio de 2022. Sábado.
EL CEDRO

Cedros de telón de fondo, en la presentación de mi libro. Cigarralejo. Madrid

-Mal estaban las cosas para Israel, deportado a Babilonia y humillado. (Mal están las cosas para Europa –guerra de Ucrania–, para España, para el mundo). Cuando, desde la nube, surgió la voz de Dios que hablaba a Ezequiel. Y Ezequiel, con el oído atento, la escucha. No siempre es audible el Dios que habla. Más que nada por los ruidos externos –o internos– que nos cercan. Hay que purificarse de ruidos extraños para lograr oír a Dios. Ezequiel, liberado de ruidos –sus miedos, quizá–, oye a Dios y expone lo que ha oído. El rey con su pueblo no se han fiado del Señor. Ante la gran águila que era el rey de Babilonia, el rey de Israel busca otra águila en Egipto –el poder de Egipto– que lo salve. No confía en el Señor. Y el Señor se enoja. (¿Se puede enojar Dios?) Y entonces avisa que tomará de la copa de un alto cedro, de la punta de sus ramas, un ramo y él mismo lo plantará en una montaña elevada y excelsa. Echará ramaje y producirá fruto, y se hará un cedro magnífico. Un cedro que será casa de toda clase de pájaros. «Y todos los árboles del campo anuncia sabrán que yo, el Señor, humillo al árbol elevado y elevo al árbol humilde, hago secarse al árbol verde y reverdecer al árbol seco. Yo, el Señor, he hablado y lo haré.» (Ez 17, 22-24). Ante el fracaso del pueblo y sus dirigentes, Ezequiel, por medio de una parábola, invita al pueblo a la esperanza. A Dios le basta una ramita del alto cedro para hacer posible otro cedro magnífico –obra de sus manos– salvador y refugio de aves. Yo, Diario, pienso en Jesús de Nazaret y en su Iglesia: un grano de mostaza que se hace árbol y cobija toda clase de aves; es decir, salva y, con su Vida, da vida (11:52:44).

viernes, 17 de junio de 2022

17 de junio de 2022. Viernes.
UN OLVIDO IMPERDONABLE

Maravilla en el jardín, San Blas. La Ribera. Murcia.

-A poco de levantarme, me encuentro cansado, sin ánimo de nada. Como si se me hubiera llenado la cabeza de ausencias; es decir, vaciada la cabeza de ideas. «Es el calor, el de la noche y el del día», digo, y bebo un trago de agua, y parezco resucitar. Pero, al poco, caigo en la desgana y el desplome, me vuelven las ausencias. Son tantas las ausencias que hay veces que me quedo sin dada que decir. Pero las ideas, pienso, están ahí, en cada cosa que miro o toco, en el libro o en la orquídea que viste mi salón, o en esa diminuta araña que, desorientada, no entiende que haya algo traslúcido y duro, el cristal, que le impide salir al exterior, donde el aire, el aire que ella y yo respiramos, el aire por el que vivimos. El aire, esa realidad tangible que no vemos, pero que sigue siendo imprescindible para soñar y andar por la vida, y que aspiramos sin caer en la cuenta de su necesidad. ¿Cuántas veces damos gracias por el aire que respiramos? Un olvido imperdonable, que Chesterton, el converso, nos recriminaría, «pues el existir –dice– es ya una maravilla, aunque nos pasen cosas malas». El simple hecho, Diario y tan complejo, sin embargo de respirar y poder decir: «Amén», o «Amor», o «Dios»…, y reír (18:16:07).

jueves, 16 de junio de 2022


16
de junio de 2022. Lunes.
NO PIERDAS LA SONRISA

A punto de morir, ríe la rosa, en el jardín. Torre de la Horadada. Alicante

-Salto de la cama –lo del saltar es un decir–, primeros pasos vacilantes, respiración honda, me santiguo, y, con dudas, entro en el cuarto de baño: el espejo delata mi vejez, dejándome el consuelo, sin embargo, de una sonrisa resignada. O el aleteo de algo vivo en mis labios. No perder la sonrisa, aun en los momentos más difíciles, es un ejercicio de gimnasia espiritual, lírica, sacramental –unción casi– que salva. Yo me voy salvando en la sonrisa –quizás cansada– de cada mañana. Lo he citado alguna vez: «La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz», proverbio escocés. Recuerdo que alguien me dijo una vez: «Aunque sea envuelta en lágrimas, no pierdas la sonrisa». Cuando estoy a punto de llorar, o la desesperación me acorrala, hago un esfuerzo, sonrío y desarmo a las lágrimas. Las lágrimas se pueden enjugar y quedar en el pañuelo, no así las sonrisas que, si nacen de un interior limpio y libre, destello en la boca, nunca cesan. Y, como la luz del sol, siempre iluminan, aunque haya nubes. Y es que la sonrisa no está en las cosas, sino en nosotros, y la hacemos vuelo cada vez que llega a nuestros labios y la convertimos en mariposa y no en zángano. Con mariposas en la boca es más fácil sonreír que maldecir, más fácil perdonar que odiar, más fácil el amor que la indiferencia. Ser indiferente es quedarte sin nada que dar y nada que recibir, es entrar en el mundo de la apatía, de la desidia espiritual. Es morir de tristeza interior, la que mata la esperanza, la que sacrifica cualquier clase de utopía en ti; es caer en la desesperación, sin una sonrisa a la que asirte para salir de ti mismo y dar con el Dios de la bondad, de la misericordia; el Dios que siempre, Diario, está de nuestra parte como un buen amigo que siente y ama, y alienta (12:28:50).

martes, 14 de junio de 2022

14 de junio de 2022. Martes.
UNA GALAXIA SIN FIN O DÓNDE PONGO LA PALABRA MADRE

Con tu eterna sonrisa, Madre. Murcia. F: FotVi

-Ya hace diecisiete años; la eternidad debe parecerse a esto: diecisiete años sin ti, madre Francisca, huyendo de ti sin querer hacerlo; tú, ahí, y yo, en la otra orilla, huyendo, con el brazo extendido hacia ti como en una terrible separación y sin poder asirte, huyéndome de ti sin quererlo, hasta que fuiste un punto en el territorio inmenso de la lejanía, y ya no te pude coger, te me fuiste llanto y ausencia, ¡y silencio! Si fueras un relato que pudiera volver a escribir, sin correcciones; o, en todo caso, con una sola corrección: la de amarte más, sin medida. Hacer recuento del amor es descubrir que se podía haber amado más. El amor es, debiera ser, una galaxia sin fin. Un amor pequeño es tener un Dios pequeño en la fe y más pequeño aún en la soledad, en el exilio de la soledad. Como Dios a Elías, viniste a mí como brisa, madre, y te fuiste como huracán, en un carro de fuego y frío.  Eran las diez de  la  mañana, y saliste de ti para dejarme huido, en la soledad; cerrados tus ojos –dos dedos bastaron–, se hicieron el frío, la ausencia, la hoja arrancada del libro, toqué tu frío y quedé helado para siempre, de no tenerte. Te cerré los ojos y me hui de ti; aunque rezo, aunque beso tus cosas, aunque paso las cuentas de tu rosario donde, al final, te perdías: te dije adiós y me fui a mi orfandad. ¿Dónde pongo ahora la palabra madre, dónde su palomar en el que todo yo me albergaba, cría de pájaro asustada, desasistida?  Eso sí, aún guardo tus cosas: el rosario con la cinta blanca anudada al inicio de la bifurcación de las cuentas para no perderte, los besos que tantas veces le diste, las avemarías, y aquel decir tuyo, tus palabras que casi tocaban la sacralidad. Ahora, Diario, mi madre en Dios, con Dios, y yo en esta otra orilla, la de las preguntas, la del adviento o la espera, aguardando ver y tocar lo que tú, madre, ya ves y tocas, y vives. Dichosa tú, madre, porque creíste (12:13:28).

domingo, 12 de junio de 2022

12 de junio de 2022. Domingo.
DIOS Y EL MISTERIO

No igual, pero parecido: tres en uno, en el jardín. Torre de la Horadada. 

-Hoy celebramos la fiesta de la Santísima Trinidad, o el Dios que se hace número, cifra, Uno y Tres, o Tres en Uno, todo a la vez. Dios, pues, reducido a las matemáticas. Sin embargo, como canta y reza el himno de Laudes, en el Libro de las Horas, se trata de «Dios escondido en el misterio». Esconderse en el misterio es recogerse en lo arcano, en lo inexplicable para la razón, pero asequible para el sentimiento. Si dices con San Juan que «Dios es amor», cambia todo. Dios entonces es un acorde de amor; es decir, diferentes notas unidas en un solo racimo, sonando al unísono en Dios. Se nos quiere decir que Dios es compañía en vez de soledad, es familia, hogar que se desborda. En 1997 –ya ha llovido–, componía yo este poemilla: «¡Aleluya! / Dios es Padre, / e Hijo en el que se da, / y Espíritu Santo / en el que alienta, / y Madre, porque es amor. / ¡Aleluya por tal Pascua!». Esquema de fe este, de mi fe. Mi fe no especula, solo intenta amar, meditar, contemplar, para poder así entender. Aunque a veces no entienda y dude, y se me derrame la gracia como el agua por entre los dedos, y donde debería decir amor, diga egoísmo, egolatría. Y es que como dice San Agustín: «La medida del amor es amar sin medida». La teología habla de tres personas –Padre, Hijo y Espíritu Santo–, que viven en una misma naturaleza divina: el amor. Dice San Juan de la Cruz: «Tres personas y Un Amado entre todos Tres había… Porque Un Solo Amor Tres Tienen, que su Esencia se decía». Dios, pues, Diario, Padre, Amor que se da en el Hijo, y que alienta en el Espíritu, y que, como Madre, lo da a todo aquel que lo busca, y lo vive, hasta ser Hijo adoptivo de Dios. Es decir, Dios que sigue «escondido en el misterio» (18:27:32).

sábado, 11 de junio de 2022

11 de junio de 2022. Sábado.
EL PEDERNAL Y LA YESCA

Soñando que embarco, en Palos de la Frontera. Huelva. 

-Cae el calor desde arriba como una inmensa masa azul de fuego. El cielo se viste de bosque ardiendo y se nos viene encima sin consideración, abrasándonos. Esta madrugada me desvelé –el calor, ay– y me puse a escribir; luego, me volvió el sueño y, entre vahos de duermevela, me acosté, pero seguí escribiendo en la página en blanco de la mente. La mente es el lugar en el que primero dan las ideas, como chispas −el pedernal y la yesca −, y luego, revestidas las ideas de palabras, se hacen redacción, o sea: escritura, poema, obra, libro con hojas; hojas que pasa el viento o el dedo romántico, y las lee, gustándolas, saboreando en ellas su bella arquitectura. Nadie que no tenga un dedo romántico es capaz de pasar la hoja de un libro y, casi libidinosamente, leer lo que hay en ella. Pero lo que se escribe entre vahos de sueño, se convierte luego en ensoñación y no se sabe entonces si lo escrito te ha escrito a ti o tú a lo escrito. Yo, entre vahos de sueño –digo–, seguí escribiendo el libro de poemas en el que ahora me hallo inmerso. (Se trata de dar con los misterios o laberintos o canto de sirenas que, en su interior de astilla de árbol de bosque con ardillas y hadas, y ayes de ánimas benditas, y otras cosas, oculta el ordenador). Yo suelo soñar mucho, las más de las veces despierto. Soy pez que se mueve sin descanso, y libre. Y a lo que iba: si se te rebelan tres tenedores en el fregadero y te atacan ¿qué haces tú, Diario? Salir del sueño inmediatamente, escaldado. ¡Ya! Salgo y respiro, y doy gracias a Dios por el nuevo día, que, aunque caluroso, me deja soñar y celebrar, con la sencillez de una gota de agua, que vivo (18:00:57).

viernes, 10 de junio de 2022

10 de junio de 2022. Viernes.                 
EL TODO Y SU CONTINUIDAD

Mi rincón de trabajo, en Casa Sacerdotal. Murcia. 

-Un número simbólico es algo así como una aparición que te dice: «Yo no soy lo que aparento». La aparición se viste así (sin vestirse), de una neblina trasparente. Es un es sin ser. Los números simbólicos expresan ideas, mensajes, y aun castillos en el aire, fantásticos, pero no cantidades. El número simbólico es nada como cantidad; pero mucho como cápsula de otras cosas o significados. En las personas sensibles, la calidad es más apreciada que la cantidad. Un brillante tiene más valor que cualquier otra cosa de su tamaño. Ayer, llegué al número 2293 artículos subidos a mi blog El Bosque Apócrifo. En mi vida, éste no es un número simbólico, sino real. ¡Dos mil doscientos noventa y tres veces poniéndome a decir algo ante una página en blanco! Ya hubo quienes se pusieron ante la nada y, al intentar representarla, les nació el cero. El cero que a tantos números reales (o naturales) acompaña. Y con valor, si se viste de humildad. Desde la soberbia, el cero nunca hace nada. De tal modo, que si el cero –ejemplo– se sale de la formación de 1000, y, poniéndose delante, pretende presidir el desfile, pierde todo su valor, quedando sólo en aro de humo, que, al menor vaivén del aire, se desvanece. Es decir, vuelve a sus orígenes; nacido para representar la nada (el vacío), vuelve a ser nada. Meter, pues, el concepto de nada en palabras y decirlo (con humildad) es casi un milagro. Yo, día a día, y con una inspiración venida desde el trabajo, la constancia, la orfebrería de escribir –la fe–, he logrado articular (nunca mejor dicho) 2293 artículos, valga la redundancia. Crear galaxias y colocarlas una aquí y otra allá, abigarrar los espacios ociosos de nuevos mundos, de nuevas convulsiones poéticas. Y creo, Diario, que Dios debe andar por ahí o por sus alrededores; por esos espacios y libertades sin fin, que supone el escribir. Tal vez la eternidad sea eso, Diario: el Todo, conteniendo los todos y lo más allá del Todo, y su eternidad, sin fin. ¿No? ¡Sí! (12:05:43).

jueves, 9 de junio de 2022

9 de junio de 2022. Jueves.
BLASFEMIA

Cruz entre la maleza, en Sakopane. Polonia

-La blasfemia vende porque hay blasfemos. Como el vendedor de palomitas a la puerta de un cine en tarde pobre y lloviosa de sesión doble. Hay palomitas porque hay “come palomitas”. Los hay “come palomitas” y “come Dios”. No “come dioses”, sino “come Dios”. Un blasfemo, cuando da, quiere dar donde más duele. El blasfemo no da en la “d” minúscula de “dioses”, sino en la “D” mayúscula de “Dios”. Así cree ofender más a Dios y a los que de él se fían, o creen en él. La blasfemia contra “dioses” pequeños cree el blasfemo que es menos blasfemia, tan inculto es. Siendo así que se puede blasfemar (como dice San Pablo) o contra individuos o contra personas en general. Según la raíz griega, blasfemar es igual a injuriar (blaptein: “injuriar” y pheme: “reputación”; es decir: ir contra la honra de alguien). Y además se puede injuriar a cualquiera, si esa injuria hecha al Dios con mayúscula, alguien la siente como injuria propia. La blasfemia es una perversión del lenguaje, e indica la corrupción que hay dentro del que la dice. Ya lo insinuó el Salmo: «Las palabras de su boca son iniquidad y engaño; ha dejado de ser sabio y hacer el bien». La blasfemia, Diario, es una maldad grande y una mezquina mentira, aparte de otras consideraciones de moral e infamia (12:26:13).

miércoles, 8 de junio de 2022

8 de junio de 2022. Miércoles.
LA CLEPSIDRA, EL RELOJ DE AGUA

Danza del agua, Glorieta de España.Murcia. F: FotVi

-Muy de mañana, 21º C ya; o sea, calor. El calor que hace retroceder en sus entusiasmos cantores hasta al pájaro, sumiéndolo en un silencio de espera, o de tiempo que pasa. Curioso: se hace la espera para que corra el tiempo, si es que el tiempo corre. En todo caso, corre el reloj, que no es tiempo sino matemática y tecnología, controladas; matemática y tecnología que avanzan sin que avance el tiempo. El reloj es la ilusión de que pasa el tiempo, sin que así sea. El reloj lo debió de inventar un sádico, para atormentarse y atormentarnos. Estar pendientes del reloj es como Damocles de la espada que, sujeta por un único pelo de crin de caballo, pendía sobre su cabeza. Debió ser, según parece, en tiempos de Amenofis III, siglo XIV a.C. El reloj es el único artilugio que avanza sin moverse, urdiendo la ilusión de que todo se mueve a su alrededor. Aunque la clepsidra de los egipcios era más poética (medición del tiempo por el agua), no dejaba de ser reloj que creaba el espejismo del movimiento de las cosas en al tiempo. Lo que no sé es si se mojaba al dar o señalar la hora; es decir, si la daba exacta o si sufría adelantos y retrasos. (Mojarse en el sentido de comprometerse). Con todo, la clepsidra aventajaba al reloj de sol, en que en los días nublados seguía dando la hora. Como Dios da la hora, está, en los días sin esperanza del hombre. Y los hay, y muchos, días sin esperanza. Y más ahora, en tiempos de crisis, de Sánchez, de caos. Si se me presenta la ocasión, trataré de hacerme con un reloj de agua para el verano; y así, además de indicarme la hora, me refrescará la muñeca en los días de calor extremo y hará que recuerde que Dios no se apaga aunque se ponga el sol. Dios, Diario,  siempre está dando la hora de su amor, puntual, constante, como la gota de agua que va formando la obra de arte de la estalactita, ese acontecimiento de roca y agua deslizante, bellísimo (17:41:13).

martes, 7 de junio de 2022

7 de junio de 2022. Martes.
MUERTE EN NIGERIA

La Biblia y la mártir Nigeria,después de la tragedia. F: Prensa

-Celebraban gozosos la llegada del Espíritu Santo. «Ven Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo», habrían cantado en la Secuencia de la misa. Pero unos fanáticos, en nombre de Dios –Boko Haram u otra organización yihadista–, asesinan a quienes están rezando a Dios en la iglesia de san Francisco Javier, en la ciudad de Owo. Se confunden el rumor, el susurro de la oración con el estruendo de las metralletas disparando. El templo, al sur de Nigeria, se llena de alaridos y de sangre. Y Dios llora con los que lloran. Los disparos de los que matan en nombre de Dios son una blasfemia contra Dios, y la blasfemia es un pecado nefasto, diabólico. La prensa apenas se ha hecho eco de la matanza, mientras el Papa Francisco, como cualquier persona de bien, sea o no creyente, dice sentirse «profundamente entristecido». El Papa se pone al frente de la iglesia que llora, y, para combatir la barbarie, saca el arma pacífica de la oración, la que todo lo puede. El recuerdo y el sentimiento dan vida a los que se han ido. La oración es el recuerdo vivo de lo que se dice en las palabras. El corazón silabea recuerdos entrañables en las palabras. Por eso es tan hermoso rezar por alguien, Dios y las personas por las que rezas se unen en la palabra y, como alentadas por el Espíritu, Diario, producen la paz y animan la esperanza, y crean una relación amorosa entre el cielo y la tierra (17:21:26).