jueves, 4 de junio de 2015


4 de junio de 2015. Jueves.
DE CUENTOS
 
Contando cuentos, en el jardín. F: FotVi
 
-¿Se están confesando o repartiéndose la tarta? (Yo, niño aún, meto el dedo y «¡qué rica!» exclamo, mientras goloseo el dedo). ¿Confiesan sus pecados con propósito de enmienda, o, al estilo Cantinflas, hacen pactos sobre qué llevarse: de 20 me llevo 2 y de ciento 10, o algo más si se tercia? Hablan de trasparencia y se tapan con el manto de la noche o el secretismo; son luciérnagas que apagan la luz para pasar desapercibidas entre los demás bichos-sombra de la noche. El «entredudas» Rajoy, el «verborreico» Sánchez, el «retórico» Iglesias y el «lírico» Rivera se están reuniendo para llevar a la virginidad al huerto. La virginidad (dicen) de los emergentes, al huerto (corrupto) de los otros. La virginidad, de noche y en el huerto, y sin luciérnagas, se pierde a una velocidad de espasmo o rayo. Sólo basta con dejarse ir y hacer un desgarro al velo, donde andan la virtud o la carne crudas, o el desliz. En realidad, estos líderes de cuento de Las mil y una noches todo lo que tocan lo vuelven cuento: cuento, la regeneración, cuento, el vengo a servir y no a ser servido, cuento, las promesas, cuento, el blablá aniquilador, cuento, el cuento de que vienen a salvar; salvar ellos, que, en el menos malo de los casos, andan más necesitados que cualquiera de salvación; es decir, necesitan ser salvados de su propio naufragio intelectual y cínico, egoísta, mezquino; naufragio ribeteado, además, de una inmensa tristeza, con dolor. Y decir, Diario, que yo con León Felipe, ya me «sé todos los cuentos». Todos (21:11:37).

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