19 de febrero de
2016. Viernes.
EL
LIBRO ABIERTO DEL LLANTO
Habla el cielo, en Salinas de San Pedro del Pinatar. F: FotVi |
-Desde niño he pensado
que llorar es fácil, lo difícil es contener las lágrimas. Las lágrimas son el
libro abierto del llanto, su abecedario. Mojan como la lluvia, y dicen, si se las
sabe leer, o escuchar. Sólo se llora sin lágrimas cuando el llanto es un grito
desesperado, grito en el que se explaya el corazón dolorido. Es el grito del
porqué, el grito del no entender. Y casi siempre es un grito dirigido a Dios;
pidiéndole cuentas, aunque no se crea. Los hay que, sin creer, culpan de todo a
Dios. Quizá su acusación tan violenta contra él se deba al hecho de creer que no
existe. Si existiera -se dicen- le podríamos echar todo el betún del
limpiabotas en el rostro, sin mancharnos nosotros. Así nunca habría culpa para el
hombre, el único dios insigne desde la Ilustración. Dios no existe, dice el
ateo, pero le hace culpable del mal que sí existe, y, sin estar Dios en su
agenda, lo condena sin embargo. Cuando el mal, Diario, lo provoca el ser humano
con sus actos viles y colmados de demente irresponsabilidad, a veces (21:42:03).
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