12 de marzo de 2016.
Sábado.
PRECIOSA
INDEFINICIÓN
Luz de amanecida, en Salinas de San Pedro. F: FotVi |
-Esta mañana, cuando el alba no era ni luz ni sombra, y
apenas una mueca de claridad emergiendo de lo oscuro; es decir, cuando el alba
era todavía una preciosa e insinuante indefinición, leo esta sorprendente verdad:
«Lo que salva es la mirada». Simone Weil, filósofa francesa, judía. La mirada
limpia sanea el corazón, lo dulcifica, lo hace -es un decir- panal de abeja con
miel. Endulza los sentimientos, los amuebla de suavidad. No así la mirada llena
de atajos y manchas negras, o de esquinas de odio. Cuidar las miradas es
vigilar las enfermedades del espíritu, que repercuten luego en el corazón.
Quien enferma de oscuridad sus miradas, Diario, propicia un corazón a tientas, con
todas las luces de la piedad y de la ensoñación y del amor apagadas, y sin
interruptor de encendido (19:32:53).
No hay comentarios:
Publicar un comentario