27 de marzo de 2016.
Domingo.
AL
ALBA
Al alba, en Torre de la Horadada. F: FotVi |
-Dudando si saltar de la boca o no, festivamente
indecisa, lírica, tenía una palabra en la punta de la lengua. La tenía desde el
jueves, como un estallido de algo con alas o de vida nueva. Lo nuevo reviste a esta palabra, la hace
excelsa, y, ya en el presente, la convierte en futuro. Desde el jueves tengo ahí
esta palabra, hecha un lío entre los dientes, la he masticado como un fármaco, la
he puesto detrás de otras, que sí he dicho; detrás de otras, como dolor, zozobra,
pánico, aniquilación, mirada que se detiene y no se da, mano amistosa
contenida, mano con kalashnikov que mata, mano, calada de miedos, tapando los
ojos con llanto; rabia, desnudar, proferir insultos, poner entre rejas la libertad,
apagar luciérnagas, dispararle a las estrellas, ir de noche hasta la nada y
gritar. Gritar y no oírme. Decir ¡basta! y no ser oído. Hasta que hoy, al alba,
rozando el alarido, con furia de liberado, con la furia de todo amor primero, la
he dicho, la palabra; y tan nueva, que, al decirla, me ha dejado un destello de
invención en la boca. Al fin, Diario, la he dicho: ¡aleluya! (20:11:00).
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