12 de enero de 2017. Jueves.
QUEDA EL HUMO
Llanto de político, en Chicago. EUA. YouTube |
-Se va el dios y queda lo humano. O queda el humo casi
deífico (o así lo parecía) de su paso por el poder. Incienso que se desvanece,
melodía final de un concierto de fantasía. Vino como mesías y se va como un
hombre que llora; así es el paso de toda persona por la historia. «Sic transit
gloria mundi», o así pasa el slogan voluntarioso y revolucionario de alguien
que arribó a la historia como redentor y se va con la pretensión de ser
recordado por un haz de pequeñas cosas: por haber roto el tabú de la negritud
en el poder y algunas grandilocuentes frases, como «la democracia está
amenazada», o «seamos vigilantes, pero no miedosos». O esta otra andanada
retórica: «Las leyes no son suficientes, lo que debe cambiar son los
corazones». Cambiar los corazones, ¿con qué método y hacia dónde? No lo dice,
sólo nos pone a pensar. Son los suyos, como se ve, deseos no cumplidos, esperanzas
frustradas. Ezequiel el profeta habló de cambiar el corazón de piedra del
pueblo hebreo por un corazón de carne, pero infundiéndoles «un espíritu nuevo» o
«soplo de Dios, que crea y anima a los seres». Entonces echaban mano del «soplo»
de Dios, de su aliento; respiraba el profeta y hacía renacer al que escuchaba;
es decir, tenían sentido las palabras del profeta y producían su efecto en el
creyente. Ahora todo se confía a la buena marcha de la economía, a las
decisiones de los más poderosos, a las rachas de popularidad del político más osado.
Zygmunt Bauman, filósofo que detectó, por lo inconsistentes que son las cosas
en el lenguaje y en los hechos, lo que él llama la «modernidad líquida», dijo:
«Hemos olvidado el amor, la amistad, los sentimientos, el trabajo bien hecho». O
sea, el estable aliento de Dios en la sociedad, sea pasada o actual, y que, huérfana
de sí misma (ahora y entonces), carece de referencias trascendentes, de luces, Diario,
con que iluminarse, de estrellas a las que soñar ir, de dudas y certezas
fiables para emprender el camino, o la de ilusionarse (11:51:54).
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