19 de enero de 2018.
Viernes.
FIGURA
TRISTE
Lluvia sagrada, en el jardín. Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi |
-Salgo a la calle y me
pesa el mundo, sobre la espalda. Cada vez me siento más hundido y más tardo al
andar. La cabeza a pájaros; me da vueltas. Menos mal que no doy la sensación de
ir emborrachado. Me mantengo erecto, sin embargo. Con la dignidad de un caballero,
pero de figura triste. (Quijote). Hoy me toca ir a que me ausculte la
enfermera; esta vez no será Susana, sino una chica joven, llamada Dama, la
queme recibe. No dama de ajedrez, sino Dama de nombre, quizá sudamericano, que así
la revisten de fantasía. Los sudamericanos, como García Márquez, imaginan un
paisaje que podría ser el país de las
maravillas y lo llaman Macondo. Donde sucede todo; y todo, de un modo
soñador, absurdo, luminoso, mágico, terrible. Después de tomarme la tensión
(13/7), pincharme en el dedo corazón (azúcar, 106), y pesarme (69,50 kilos), me
dice que me autoriza a quitarme algún año, porque estoy muy bien. Desde ahora,
empiezo a disimular años y achaques, manchas y arrugas, pero con sueños nuevos.
Con aleteos nuevos de paloma nueva en los ojos. Por la tarde, veo la llegada
del Papa Francisco a la Amazonía. Se cruzan las culturas, y se entienden, y el
Papa las defiende. A Ambas. El colorido y la sabiduría amazónica con la sabiduría
occidental, que tratan de ir de la mano, sabias ambas; pero aquella, perseguida
por la idolatría del consumismo y la avaricia, y esta, tratando de acercar
caminos, palabras; tratando de ser compatibles, de encontrarse y que puedan pervivir
ambas. Ha sido la denuncia del Papa, que se ha dejado vestir de personaje amazónico,
y hablar y sentir como ellos, y llorar, Diario, con ellos. Perfecto ejemplo de
dignidad (18:20:08).
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