26 de enero de 2018.
Viernes.
PESIMISTA
Belleza, en la tarde. Para un optimista. En Murcia. F: FotVi |
-Qué es un pesimista:
alguien que nunca mira de frente por si hay algo más allá que lo pueda
encandilar. O el que se inclina más a decir no que a decir sí. O a decir sí,
pero… El pesimista siempre tendrá un pero -y no frutal- que echarse a la boca. Lo
muerde y el zumo se le sale por las comisuras, como si sufriera epilepsia, o
miedo a estar allí y en ese momento. El miedo es una epilepsia del alma. La
hace pobre y escondida, y la recluye en el hato del pesimismo. Ser pesimista es
un modo de vivir al borde de la desesperanza, a punto de caer en la trampa de
la incredulidad, como un muerto de desgana. O de dudas. Es como el que sufre de
vértigo y se asoma a un balcón en una cumbre en la montaña. No le importa la
belleza, ni la aventura de mirar, le importa su seguridad, su pobre mezquindad.
Mira, pero sin ver; está, pero mirando a otra parte. Y he de decirte, Diario, que
al pesimista ni le va la aventura, ni emigra con ensoñaciones como las aves, ni
abre un libro para leerlo por si fuera un libro de humor y tuviera que reír, o tal
vez llorar, o simplemente pensar. Es la vacilación infinita (19:15:31).
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