14 de febrero de 2018. Martes.
LOS CAMINOS DEL VIENTO
Una florecilla, en las cuevas de Postojna, Eslovenia. F: FotVi |
-Ayer, día
de la radio, o día de los caminos del viento, por donde corren, subidas a las
ondas hertzianas, las noticias. Un micrófono, las ondas, la música, una voz,
esto es la radio. Un Ulises subido a una barcaza de ensueños, donde se narra y se vive lo que sucede. Todo esto cabe en un
transistor de veinte euros. Recuerdo en el seminario cuando nos hacíamos con
una radio de galena –estaban prohibidos el periódico y la radio- y oíamos, bajo
las sábanas, en la cama, toda la vida que bullía fuera de aquellas
enclaustradas paredes. Vida esta que se resumía en noticias, música, concursos,
ilusiones. Ah, y en discos dedicados. Nada más estrenado de cura, y ayudado por
unos feligreses, montamos una emisora en Pliego, mi primer destino, e hicimos
milagros con aquella pequeña caja llena de lámparas y cables -ocho mil pesetas
costó-, y que podía oírse a unos quince kilómetros. En el control, mi hermano
Javier (doce años), y como locutores, chicos y chicas de Acción Católica del
pueblo. Hicimos una hermosa historia. Luego, salté a Radio Nacional, y allí
todo fue una perfecta y engrasada máquina de dar (e inventar) noticias, que se alargaban
por las ondas, siempre que estas fueran digeribles para el régimen. El supremo
jefe era el director, al que todos debíamos respeto y desobediencia. Él no
estaba en la salsa de la composición y salida al aire de todos los programas ni
de todas las opiniones. Con todo, fue una época asombrosa de creatividad y regocijo,
de trabajo y amistad. Todas las mañanas, a las siete, se oída al padre Vicente
-un servidor- exponer su reflexión sobre los temas más diversos, y así preparar
el cuerpo -y el alma, alguna vez- para el nuevo día que empezaba a caminar. Fueron
años de luz y amistad; de palabras echadas al viento, Diario, para que, como el
rocío, cayeran allí donde más falta (o menos daño) hicieran, y donde pudieran
dar fruto, aunque solo fuera una florecilla de color rosado, en el campo de la
vida (11:28:31).
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