20 de febrero de 2018. Martes.
SOLO NOS MIRAN
Escualo en el el cielo, en Murcia. F: FotVi |
-A veces
es un texto lo que nos emociona, otras, una fotografía. La fotografía es más
directa: es un instante, que te entra por los ojos y toca tus entrañas, haciendo
pequeños espejos de agua con tus lágrimas. La fotografía cala como una lluvia
lenta, como una fina aguja en la carne. Te alegra o te hiere profundamente, sin
consideración sentimental alguna, sin palabras, solo con los silencios que ella
alberga y que tú descifras. Toda fotografía es un silencio que ríe o llora, que
da gritos. Hoy he visto en varios periódicos una fotografía de la guerra siria.
Es oscura y cenicienta, desgarradoramente convulsa. La fotografía ha captado el
momento en el que un obús ha caído en Guta, cerca de Damasco, y ha matado a
decenas de civiles. Se ve a un grupo de sombras que, con prisa y gritos en la
boca, conducen a un herido por entre los escombros y la ruina. Y en un primer
plano, una persona -¿el padre?-, que, con ojos de pavor, lleva a un niño en
brazos con el rostro ensangrentado. Niño que ha olvidado el llanto, y que, con
el pelo alborotado, solo expresa asombro, fascinación infantil por lo que ve y
oye, y que no entiende. Pero ahí está, mirando atónito. Esta vez, la guerra ha
tenido piedad de él y ha sido salvado de la destrucción que la distingue y la
sigue. Pero mientras, Diario, Al Assad, el tirano sirio, no da tregua a sus
enemigos, que quizá piense que se hallan entre los niños que nos miran sin
entender, absortos, vestidos de sangre (12:55:27).
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