9 de octubre de
2018. Martes.
DECIR
COSAS
Ventana, en Göreme, Turquía. F: FotVi |
-Ayer decía que me
dormía como una rama de olivo. Que ¿por qué? Porque mi deseo es dormirme en
paz. La rama de olivo es su símbolo. Dormirme como una rama de olivo, es pretender
hacerlo en paz. O en armonía con todo. Y después de dejar que se instale Dios
en mi mente. Como destello. Alguna vez viene alguna pesadilla, pero la supero
dándome la vuelta en la cama y pensando hallar un punto blanco en la oscuridad
que me rodea. Así distraigo a la pesadilla. Prevaleciendo, al fin, el destello
sobre la pesadilla, y volviendo a conquistar el sueño. Y la esperanza de
despertar y cumplir un día más con el laborioso deber de poner palabras en
hilera -en renglones torcidos, quizás- pero que digan sueños, adversidades,
himnos, silencios, cosas. Pues, como diría Rilke: «Estamos tal vez aquí para
decir: casa, / puente, cisterna, puerta, vaso, árbol frutal, ventana, / a lo
sumo, columna, torre…» Decir cosas, Diario, sin otra finalidad que verte vivo
en aquello que dices, en aquello a lo que has puesto nombre y has dominado, para,
más tarde, dejarlo libre otra vez, pero contigo, a tu lado, respirando y
haciendo hermoso tu entorno, tu alrededor bellísimo, la razón de tu vida (18:08:00).
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