12 de septiembre de 2019. Jueves.
ANILLO
DE BODA
Hermosas nubes, en Murcia. F: FotVi |
-El Papa habla del
evangelio como de «fuerte levadura de la paz». El evangelio nunca puede ser ni espada
ni fusil, más bien arado o anillo de boda. Es decir, comunicación y comunión, o
pan puesto en el centro de la mesa; pan que todos miran y que se parte y del
que todos comen, mirándose. El evangelio, como la levadura, es germen, origen
de algo nuevo: el amor. Pero no el amor al que te ama, sino el amor, la
ternura, la delicadeza, la presteza, al que se presenta y te mira como enemigo.
«He aquí que hago nuevas todas las cosas», dice la profecía del Apocalipsis.
Todas las cosas: también el amor, lugar de recreo y paso de Dios. Rincón donde
Dios va esculpiendo poco a poco, esquirla a esquirla, su figura, su escultura,
la de su amabilidad. Qué hermoso es pensar que Dios toma forma en el amor. De
donde fluye la paz, como de la raíz, el árbol, y, tras la flor, el fruto. Hoy
veo llover en Murcia, y me acuerdo, Dios mío, que tú eres el germen de todo, la
levadura del pan candeal de la familia humana, la risa del niño que mira todo asombrado,
la paz que nace de la cruz. Diario, hoy veo a Dios un poco más cerca de todo lo
que amo (18:31:16).
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